Entrevista | Rudy Bruña: "Yo tengo que ser antirracista"
Rudy Bruña, periodista y tallerista colombiano, defiende un activismo interseccional donde género, raza y disidencia se entrelazan.

A Rudy Bruña lo conocí cuando una profesora del curso en el que coincidimos dijo un par de frases que me rechinaron. Eran tan sutiles que, antes de salirle al paso, necesité preguntar: “¿qué está diciendo esta señora?”. Pensé que era yo con el machete en alto, deseosa de dejarlo caer por cualquier motivo, pero Bruña me sacó de mi duda. La profesora había sido transfóbica y lo peor fue que mientras más le interpelábamos, más se enredaba en sus supuestos argumentos.
Rudy Bruña es colombiano, periodista, consultor y tallerista de género y diversidad sexual, antirracismo y políticas públicas. Cuando se le pregunta no hay manera de que divorcie un activismo del otro, ni que deje de repasar su vida porque las historias personales hace mucho dejaron de ser privadas para convertirse en políticas, y más cuando se trata de gente que pelea en frentes donde se recibe mucho hate, incluso de quienes se suponen aliados. Sin embargo, Bruña no se rinde.
El viaje
El viaje de autodescubrimiento y transición y de conciencia antirracista de Rudy Bruña comenzó por la “conciencia de ser una persona diversa, porque pues era como el diferente de mi familia. Me comportaba de una manera muy masculina, siempre estaba jugando con mis primos varones. Cuando me ponían vestido, me tiraba al piso, hacía un berrinche, me escondía, no entendía, pero sí se me corregía mucho por mi expresión de género”.
“Me tocó observar cómo se comportaban los demás y performar. Entonces, como veía a mis primas y trataba pues de ser femenina. Con la raza me pasó lo mismo. Cuando entro al colegio y veo que soy la única persona negra en el salón, y empiezan a decirle a mi familia que el cabello desordenado, que me tienen que peinar como al resto de las niñas, entonces desde muy peque también tengo presente esta cuestión de la violencia estética, de que tenía que alisarme el cabello. Siempre he sido una persona grande, gruesa, gorda. Entonces también desde muy peque intentaba entrar en esos cánones y me ponía hacer ejercicio. Recuerdo que desde la preadolescencia yo estaba tomando pastas para adelgazar y cosas así”.
Pero su lucha antirracista llegó con las lecturas en la universidad, aunque notar las diferencias fue una motivación importante.
“Reconocerme como persona trans sí fue mucho más adelante en mi vida. Ya de adulto, hace 4 años decidí transitar de manera social y hace 3 empecé la terapia de reemplazo hormonal”, pero no tuvo conciencia de lo trans hasta que empezó a conocer personas trans. El haber estudiado en un colegio de monjas femenino que él mismo califica como: “represivo, homofóbico, transfóbico”, determinó algunos de sus pasos en la vida.
“Podría decir que había una transfobia interiorizada en mí. También como algún tipo de racismo porque en toda mi niñez y adolescencia, traté de negar lo que era, aunque no tanto en raza como en género. Entonces siento que ese constante querer performar trajo mucho agotamiento en mí y empecé a leer muchísimo, a buscar referentes que no veía ni en medios ni en la bibliografía que nos daban para estudiar, o sea, como que todo lo que se hablaba de lo negro era negativo, era peyorativo.
Y así es siempre como nos enseñan la historia: como si hubiésemos elegido ser esclavizados, comenzando por llamarnos 'esclavos' en lugar de 'personas esclavizadas'.
Entonces ir notando todo eso y como para las personas negras nos es más difícil, la movilidad social, pasar de la pobreza extrema a ser una persona de clase media, es un camino muy fuerte, sobre todo en el contexto colombiano, de donde yo soy. Pero llego aquí a este país, a España, y veo que el racismo tiene unas formas de actuar más agresivas. Todo eso me ha llevado a politizar cada aspecto de mi vida, a buscar justicia, a hacerme visible —aunque no es fácil ser una persona visiblemente trans y antirracista en contextos marcados por el odio constante—.Es que quiero que las personas que vengan: mis sobrinos, mis… no sé si tenga hijos, nietos, no sé, las generaciones venideras, no tengan que luchar tanto como nosotros."
¿Cómo nos ven?
Rudy Bruña lo tiene claro. “El problema es que no nos ven como humanidad. Hay que repasar ese concepto de humanidad, porque ahí no estamos las personas racializadas ni las personas diversas. No encajamos en esa matriz donde solo hay hombres y mujeres, personas blancas y no blancas. Siento que hay que repensar los derechos humanos porque no nos están cobijando a nosotres”.
“El mundo es un lugar peligroso para nosotres. Siento que no hay un lugar a donde podamos ir y que no se esté dando algún tipo de violencia hacia nuestras corporalidades, y eso también responde a una herencia colonial. En todos los territorios donde ha estado la colonia, que han sido colonizados, tienen esta idea impuesta de lo que es ser hombre y mujer, ser blanco y no blanco”.
“Es un momento bastante convulso y es importante desde todos los territorios, culturas, cosmovisiones, filosofías de vida, en pensarse esta cuestión del género, de la raza, del capitalismo”.
Y a su vez estas afirmaciones también responden la tendencia a reducir a estereotipos a las personas negras y a las personas trans, sobre lo que Rudy Bruña comenta.
“Ninguna comunidad puede homogeneizarse. Eso es reduccionista, es esencialista, es contraproducente. Diversidades de tránsito hay como personas trans hay. Cada quien tiene su particularidad, su contexto, su background, así que no podríamos decir esto es un tránsito y esto no, pero sí hay cosas que son transversales, como estas luchas que tenemos”.
“Sí tenemos unas necesidades específicas como es la salud sexual y reproductiva, el acceso a los derechos básicos, a un trabajo, a la educación, a la salud en general, porque es que no solamente somos trans, ¿no? A veces cuando vamos al médico también nos reducen a cuestiones del endocrino o a exámenes de control de ITS, como si no fuéramos nada más, como si no pudiéramos enfermarnos o ser atendidas por otras razones.
Es peligroso generalizar y crear unas historias únicas porque borran todo lo demás, las otras corporalidades.
El principal problema
Rudy Bruña prefiere hablar de la comunidad trans racializada cuando habla del racismo, porque “de ahí devienen un montón de cosas. No puedo nombrarme solo pro LGBT. Yo tengo que ser antirracista. Tengo que buscar la abolición de todos los tipos de opresión. Buscar el reconocimiento, la visibilidad y la reparación de todo el daño que se nos ha hecho como comunidad, de toda la persecución a la que se nos ha sometido. No necesitamos solo que nos pidan disculpas, necesitamos que se busquen maneras de reparación”.
“En lo que va de 2025 han asesinado a 25 personas diversas en Colombia”, uno de los últimos casos más dolorosos fue el de Sara Millerey del que se supieron detalles escalofriantes que señalan la dirección en que se mueven los odios.
Por otro lado, “los ataques racistas siguen” ahí para reafirmar lo que nos cuenta Rudy Bruña. Están las historias de Marwin Samir Valencia, un niño de 14 años asesinado por la policía colombiana o niños golpeados en plena calle tanto en Colombia como en Cuba.
“Cada vez hay más discurso de odio anti migración, anti negritud, anti LGBTQ y más en las redes sociales. Estamos en un momento donde el fascismo está tomando mucha fuerza”.
“Tenemos que recordar qué ha pasado en la historia; cuáles son los grupos más vulnerables, y todas las opresiones que están sobre nuestros cuerpos. La verdad, hay muchos desafíos. Necesitamos aliades, personas CIS blancas que metan las manos al fuego, pero sabiendo cuál es su lugar en esta lucha, no tratando de protagonizar, sino en posición de acompañamiento”.
¿Qué necesita Rudy Bruña?
“Me interesa mucho la difusión de conocimiento, de historia negra, de historia trans. Me parece importante la representación. Yo soy un periodista, soy comunicador social enfocado en la comunicación, en el cambio social y para ello creo contenido”.
“Para mí dar talleres, dar charlas sobre estos temas, es algo que se mezcla y que puedo trabajar desde ahí, desde mi lugar de conocimiento, de experticia. Creo que en esta ola de fake news y desinformación es importante que podamos traer las discusiones válidas y necesarias a la mesa. Yo sé que no tendré muchos seguidores, que no tendré mucha exposición, pero poco a poco” lo ha ido logrando. A los lugares que llega la gente se va con preguntas, con ganas de saber más, de buscar libros de personas negras, de personas racializadas del sur global, personas diversas.
Para Rudy Bruña el uso de una información “verificada, contrastada” es la mejor forma de ejercer la comunicación y siempre está abierto a explorar diversos ámbitos de la misma.
“He estado además hablando desde la cooperación, porque por mucho tiempo trabajé en fundaciones, en ONGs, y también en el Estado. Entonces desde donde me he podido ubicar siempre ha estado ahí el antirracismo y todos lo pro LGBTIQ+.
Confiesa que ha estado leyendo mucho, afropesimismo y afrofuturismo, y cree que su futuro ideal es que se tiene que desmantelar el capitalismo, el antirracismo. “No sé si tendrá que pasar algo radical para que la gente tome conciencia. Ya son muchos años luchando con esto y parece que estamos retrocediendo. Entonces ¿qué quiero? un mundo como lo piensa ahora el afrofuturismo, donde la negritud esté en el centro, donde no seamos personajes secundarios. Un mundo sin ser la otredad, donde dejemos de ser los condenados de la tierra, como diría Fanon”.
Rudy Bruña necesita un lugar donde “contemos la verdadera historia de África, de nuestros orígenes, qué ha pasado en la diáspora. Un mundo donde se repare y se reconozca todo lo que hemos hecho. Un futuro donde lo negro esté en el centro, se reivindique, se repare y se reconozca todo lo que se ha hecho y que podamos seguir haciendo”.
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