Concepción Gimeno: un innovador «Álbum de la Mujer»

El Álbum que fundó la española Gimeno de Flaquer fue no solo brillante, sino peculiar y orientado a mejorar la instrucción femenina y a contribuir al progreso social de la mujer.

Gimeno de Flaquer, una mujer feminista española del siglo XIX
Concepción Gimeno de Flaquer, precursora del feminismo en España y América.

Concepción Gimeno de Flaquer (1850, España–1919, Argentina) debería ser una importante referencia para el estudio de la historia del feminismo tanto en España como en América; pero paradójicamente hoy no es muy conocida como debiera. Fue periodista, narradora, oradora, filósofa, historiadora, ensayista: una carrera deslumbrante para su época y aun para el presente. Recorrió no solo Europa, sino también toda América. Dejó una muy peculiar literatura de viajes. Colaboró en España con los más importantes diarios de la época y formó parte de tertulias y salones literarios de Madrid.

Concepción fundó sus propias publicaciones periódicas no sólo en España, sino también en México, las cuales sufragó (era muy rica), administró, dirigió y editó, multifacetismo poco común para una mujer en aquellos tiempos. Fue la tercera mujer en impartir una conferencia en el Ateneo de Madrid en 1890; allí volvería en 1900 para referirse a los deberes, derechos y necesidades de la mujer y, por último, en 1903 para hablar acerca del problema feminista. Su obra, poco difundida y menos estudiada, sólo en los últimos años del siglo pasado han comenzado a aparecer, sobre todo en España, investigaciones que descubren el carácter poliédrico de esta autora. En Latinoamérica es casi ignorada.

En el año 1883 se estableció en México con su esposo Francisco Flaquer, periodista y abogado, hasta 1890; en ese lapso viajó también a Venezuela, Honduras, El Salvador, Guatemala y Cuba, lugares donde recibió diversas condecoraciones y reconocimientos por su contribución a la educación y la cultura. Recorrió casi todo México e investigó acerca de la historia y costumbres de sus antiguos pobladores.

En el país azteca fundó El Álbum de la mujer: periódico ilustrado, del cual fue su directora y propietaria. El álbum era un tipo de publicación periódica frecuente en el siglo XIX, caracterizado en la época por la integración, entonces novedosa, de fotografías, ilustraciones y texto. Las cubanas Gertrudis Gómez de Avellaneda, a la que Gimeno leyó y admiró, pero no llegó a conocer personalmente, y Domitila García Coronado, a quien sí conoció en La Habana, también gestaron sendos álbumes.

«Gimeno de Flaquer dejó establecido desde las primeras páginas de su Álbum, su posición de defensa y respeto a los valores de la mujer».

No se ha realizado, hasta donde conozco, un estudio orgánico de los álbumes femeninos en esa centuria. El álbum de Gimeno de Flaquer fue no solo brillante, sino peculiar y orientado ya hacia una postura feminista. Su primer número apareció el 8 de septiembre de 1883, dedicado significativamente a sor Juana Inés de la Cruz. Cada uno de los números de El Álbum… estuvo dedicado a una mujer ilustre de la historia de la cultura universal. Gimeno de Flaquer dejó establecido desde las primeras páginas su posición de defensa y respeto a los valores de la mujer. La eticidad es el pilar sobre el que se levanta su concepto de la mujer.

El Álbum de la Mujer: Periódico Ilustrado / directora propietaria Concepción Gimeno de Flaquer.

Muy al tanto de la producción literaria en lengua española en su época, publicó en los diferentes números de este periódico (existió hasta 1890), a autores como Emilia Pardo Bazán, Carolina Coronado, los mexicanos Juan de Dios Peza y Manuel Gutiérrez Nájera, el venezolano Cecilio Acosta, los españoles Carolina Coronado, Emilio Castelar, Gaspar Núñez de Arce o Juan Valera, la cubana Luisa Pérez de Zambrana, entre otras importantes figuras.

Gimeno de Flaquer y la defensa del progreso de la mujer

La piedra angular de los trabajos que Gimeno de Flaquer publicó en este periódico eran los dos elementos que ella consideraba fundamental para la mujer: el derecho a la instrucción y a desplegar actividades fuera del hogar. Pero en ningún momento escribió sobre una emancipación total de la mujer. Su idea era defender su derecho al desarrollo intelectual. No defendió el derecho al voto, sino que incluso se opuso a él, síntoma, tal vez, de que su interés mayor se concentraba en la ética, la educación y la cultura.1

Es de particular interés que Gimeno de Flaquer se refirió y se incluyó a sí misma, sobre un feminismo moderado o conservador, de modo que estaba consciente de que sus ideas no procuraban un cambio social orgánico, sino una modificación de aspectos, sobre todo de carácter cultural. De modo que su posición, y sus limitaciones, no derivaban de una ingenuidad, sino de una autoconciencia asumida, y esta actitud sin borrar sus limitaciones, la confirman como una intelectual lúcida. No es casual que se refiriese a las mujeres norteamericanas y a lo mucho que habían aportado en la lucha por ganar una posición social igual a la del hombre y nunca, en ninguno de sus trabajos periodísticos, tuviera en cuenta la “Declaración” de Séneca Falls firmada en Nueva York en 1848. En esa declaración no sólo se pedía el derecho al voto, sino también que la mujer participara en la creación de las leyes, por ejemplo, la del divorcio.

«Mejorar la suerte de las obreras y el derecho a ejercer la medicina y otras profesiones como las literarias, artísticas y científicas eran parte de sus ideas feministas».

Desde las páginas de El Álbum de la mujer la autora de los Evangelios de la mujer (uno de sus últimos libros) pedía el derecho al trabajo bien remunerado para la mujer. A pesar de sus reservas en asumir un feminismo radical, tampoco practicó, como otras supuestas especialistas contemporáneas en el tema, una actitud de espaldas a los problemas sociales, ni mucho menos concentrada en elucubraciones artísticas, deliberadamente ajenas a la cuestión de los derechos humanos, el feminicidio y la violencia social contra la mujer. Mejorar la suerte de las obreras y el derecho a ejercer la medicina y otras profesiones como las literarias, artísticas y científicas eran parte de sus ideas feministas. Pero nunca se comprometió con una revolución radical. En cambio, en su conferencia “El problema feminista” (Ateneo de Madrid, 1903) afirmó que no hay que combatir el feminismo sin haberlo estudiado antes, idea que evidencia que ya en esa fecha estaba convencida de que el feminismo implicaba tanto un cuerpo de reflexiones, una historia social y un conjunto de posiciones teóricas diversas.

El Álbum de la Mujer: un pilar del feminismo en España y América

En El Álbum de la Mujer, cabal trinchera de sus ideas, de ahí su singularidad como publicación, Gimeno de Flaquer dio a conocer em sus páginas su novela Maura en el año 1888. La escribió un año después de su primera visita a Cuba. Puede calificarse como una obra antiesclavista que tiene como punto de partida a Sab de Gertrudis Gómez de Avellaneda. Aquí se trata de la esclava Maura, enamorada de un sobrino del amo. A diferencia de Sab, Maura es correspondida, pero muere víctima de la maldad de Carlota, su antagonista blanca. La novela no se desarrolla en el campo, sino en la ciudad de La Habana. No es una gran narración, pero cada una de sus entregas tiene como epicentro la situación de la mujer mestiza, humillada y colocada en un lugar de desventaja en relación con el hombre, conflicto agravado por la simultaneidad del dilema del dilema de la discriminación racial. Maura, la esclava, llega a afirmar: “¡Resignación! La esclavitud ha existido siempre en diversas formas. ¿Qué ha hecho por mí el cristianismo esa religión redentora? Nada: soy una mercancía”.2 Es una impugnación de una fuerza y una audacia indudables, en consonancia con el espíritu general de El Álbum de la Mujer, esa publicación renovadora y desafiante.

En el ensayo La mujer intelectual, publicado en 1901, Concepción Gimeno defendió el desarrollo del intelecto en la mujer como núcleo del progreso y de la sociedad.

En 1887 viajó a Cuba con su esposo, destinado a un puesto en la Isla. Tal vez haya efectuado un segundo viaje en el que impartió conferencias, pero no existe testimonio seguro. La historiografía cubana contemporánea apenas se ha ocupado de la presencia de la autora de La mujer intelectual en la gran Antilla, salvo las historiadoras María del Carmen Barcia Zequeira y Raquel Vinat de la Mata.

En 1890 Gimeno publica un artículo titulado “La mujer cubana”, en el que se refiere a esta con una agudeza muy peculiar. Puede afirmarse que hay una mirada antropológica cuando se detiene en costumbres o modos de vestir de la cubana. Se advierte en sus juicios una acerada crítica a la condesa de Merlín —que con frecuencia en su famoso libro de viajes evidencia una perspectiva ajena a lo criollo insular, y muy marcada por su adoptaba cultura francesa— cuando esta escribió comentarios nada amables sobre las cubanas.

Muy ajena a la postura despectiva de la afrancesada Merlín, Gimeno de Flaquer, al referirse a Domitila García de Coronado, habla de su talento como escritora y de cómo la cubana se había consagrado a biografiar a las cubanas distinguidas. Por supuesto que se refiere al Álbum poético y fotográfico de poetisas cubanas, que García de Coronado le había dedicado a Gómez de Avellaneda. Dejó constancia de sus encuentros personales con Úrsula Céspedes de Escaverino, Mercedes Matamoros y Luisa Pérez de Zambrana y destacó la estatura poética de Aurelia Castillo de González, a quien leyó, pero no conoció personalmente.

En otro número de su propio Álbum Gimeno de Flaquer habla de las grandes voces femeninas de la poesía española hace un alto en Gertrudis Gómez de Avellaneda, y la denomina “Un Hércules del pensamiento” y la figura más grande de su tiempo. El Álbum de la mujer tuvo también su espacio para la moda. La visión de la moda que tiene la Gimeno de Flaquer es cultural y de lejos hace pensar en el brillante estudio semiótico de Roland Barthes sobre el tema. Gimeno considera que la mujer no debe ser esclava de la moda y sus ritos. Publicó textos numerosos sobre la situación de la mujer mexicana. La publicación contribuyó a construir un discurso sobre la identidad y la cultura femenina en el cual está presente el diálogo entre Europa y América, no solo en los trabajos de su directora, sino también en los de otros autores.

El Álbum de la Mujer puede considerarse como uno de los pilares de la formación del feminismo mexicano, cubano y español. Todo esto permitió al sutil Juan Valera decir: “Todo el mundo sabe lo que es un álbum: pocos, muy pocos hombres saben lo que es una mujer”.


1 Nota de la editora: Ya entrado el siglo XX, Gimeno de Flaquer pidió la reforma de las leyes civiles y simpatizó con las que luchaban por el derecho al voto. Ver: Margarita Pintos De Cea-Naharro: Concepción Gimeno de Flaquer. Del sí de las niñas al yo de las mujeres, Plaza y Valdés Editores, Madrid, 2016.

2 Concepción Gimeno de Flaquer: “Maura”, en: El Álbum de la Mujer. No. 3. 15 de enero de1888, p. 16.

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