8M | ¿Quién fue Olympe de Gouges y por qué terminó en la guillotina?

“Olympe de Gouges pagó con su vida la audacia de demandar igualdad de derechos para las mujeres en un tiempo donde tal reclamo era visto como una traición a la Revolución francesa.”

| Mundo | 06/03/2024
Olympe de Gouges
Olympe de Gouges (Montauban, 1748 - París, 1793)

En la historia de la lucha por los derechos de la mujer, pocas figuras son tan representativas y revolucionarias como Marie Gouze, más conocida como Olympe de Gouges. Nacida en 1748 en Montauban, Francia, de Gouges emergió como una de las voces más audaces del siglo XVIII, desafiando los roles tradicionales de género y abogando por la igualdad y la justicia.

De Gouges, cuya vida comenzó en el seno de una familia acomodada, desafió las expectativas de su tiempo desde temprana edad. Su matrimonio juvenil con un hombre mayor terminó abruptamente con su viudez, dejándola sola con un hijo. Este punto de inflexión la llevó a rechazar las convenciones sociales, eligiendo no ser definida por su relación con un hombre, y adoptó el nombre de Olympe de Gouges en honor a su madre.

A pesar de vivir en una época dominada por hombres, De Gouges no se conformó con las restricciones impuestas a su género. Criticó la educación limitada que se ofrecía a las mujeres, que perpetuaba los estereotipos de género, y propuso reformas radicales como el derecho al voto femenino, el acceso a cargos públicos y la igualdad laboral.

La Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana

La contribución más significativa de De Gouges al feminismo fue su audaz “Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana” de 1791, que parodiaba la “Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano” de 1789. Su texto no solo demandaba igualdad legal y política para las mujeres, sino que también abogaba por derechos sociales y laborales, marcando un hito en la historia del feminismo.

Hombre, ¿eres capaz de ser justo? Una mujer te hace esta pregunta; por lo menos no le privarás ese derecho. Dime, ¿qué te da imperio soberano para oprimir a mi sexo? ¿Tu fuerza? ¿Tus talentos? Observa al Creador en su sabiduría, observa en toda su grandiosidad esa naturaleza con la cual parece que quieres estar en armonía, y dame, si te atreves, un ejemplo de su imperio tiránico.
“A Versalles”, 1902. Autor desconocido.
“A Versalles”, 1902.

Antes de su tiempo, ya existían esfuerzos por parte de las mujeres para reivindicar una posición de igualdad y respeto junto a los hombres en la sociedad. Se redactaron cuadernos de quejas y agravios de manera anónima, siendo Madame B. de B. una de las figuras más citadas. Estas mujeres cuestionaban cómo se había llegado a un punto donde su único rol reconocido era ser madres y esposas, relegadas y subestimadas al ámbito doméstico. Observando y experimentando esta realidad frustrante, Olympe de Gouges articuló en la Declaración de los Derechos de la Mujer aspectos cruciales sobre cómo deberían vivir y ser tratadas, incluyendo el derecho a la educación y al acceso a empleos dignos. En su artículo VI, exigió explícitamente que a las mujeres se les debía permitir ocupar trabajos respetables:

La ley debe ser expresión de la voluntad general; todas las ciudadanas y los ciudadanos deben participar en su formación personalmente o por medio de sus representantes […] todos deben ser igualmente admisibles a todas las dignidades, puestos y empleos públicos, según sus capacidades y sin más distinciones que la de sus virtudes y sus talentos.

¿Por qué guillotinaron a Olympe de Gouges?

Durante la Revolución francesa en 1789, que se perfilaba como un momento propicio para el cambio social, de Gouges defendió vehementemente la participación política femenina, el derecho al voto, y una sociedad basada en la igualdad. Como parte de su activismo, las mujeres se movilizaron, crearon la Sociedad de Mujeres Republicanas y Revolucionarias y publicaron periódicos como El Impaciente, que demandaba reconocimiento y derechos, la abolición de privilegios masculinos y la obtención de derechos como el divorcio.

Sin embargo, tras la inicial ola revolucionaria, se produjo un retroceso. Los clubes políticos cerraron sus puertas a las mujeres y la reorganización social impulsada por Napoleón, con el Código Civil, relegó a la mujer a una posición de subordinación legal y social. Este escenario contradecía la esencia de la Revolución francesa, basada en los principios de libertad, igualdad y fraternidad, al negar a las mujeres, la mitad de la población, el acceso a derechos políticos fundamentales.

Olimpia de Gouges denunció que la revolución había olvidado a las mujeres en su proyecto igualitario y liberador. Así afirmó que:

La mujer nace libre y debe permanecer igual al hombre en derechos y que la Ley debe ser la expresión de la voluntad general; todas las Ciudadanas y los Ciudadanos deben contribuir, personalmente o por medio de sus representantes, a su formación.
Los representantes del pueblo francés, constituidos en Asamblea Nacional, considerando que la ignorancia, el olvido o el desprecio de los derechos del hombre son las únicas causas de los males públicos y de la corrupción de los gobiernos (…) reconocen y declaran (…) los siguientes derechos del hombre y del ciudadano.
Las madres, las hijas y las hermanas, representantes de la nación, piden ser constituidas en Asamblea Nacional. Considerando que la ignorancia, el olvido o el desprecio de los derechos de la mujer son las únicas causas de las desgracias públicas y de la corrupción de los gobiernos, han resuelto exponer en una solemne declaración los derechos naturales, inalienables y sagrados de la mujer.

El programa de Olimpia de Gouges era claro: libertad, igualdad y derechos políticos, especialmente el derecho de voto, para las mujeres. Sin embargo, el planteamiento feminista no era compartido por los hombres que dirigían la revolución.

“La libertad guiando al pueblo” (1830). Obra de Eugène Delacroix
“La libertad guiando al pueblo” (1830). Obra de Eugène Delacroix

Ridiculizada y tachada de traidora por su firme feminismo y su oposición a la pena de muerte contra la familia real, de Gouges se convirtió en blanco del terror jacobino. Su lucha contra la represión de Robespierre y Marat, y su franca oposición a la dirección masculina de la revolución, la catalogaron como una realista reaccionaria. En 1793, acusada falsamente, de Gouges fue llevada a la guillotina por sus propios compañeros, un destino fatal que reflejaba el temor y la hostilidad del régimen hacia una mujer que desafiaba abiertamente el orden establecido.

Olympe de Gouges pagó con su vida la audacia de demandar igualdad de derechos para las mujeres en un tiempo donde tal reclamo era visto como una traición a la revolución. Su ejecución no solo marcó el fin de una de las primeras y más vehementes defensoras de los derechos femeninos sino que también ilustró la profunda resistencia de la sociedad revolucionaria, incluso en sus facciones más radicales, a aceptar la igualdad de género como un componente fundamental de la libertad y la igualdad humanas.

Reconocimiento póstumo

Durante décadas, la contribución de Olympe de Gouges al feminismo y a los derechos humanos fue eclipsada por la narrativa dominante de la Revolución francesa. Sin embargo, a finales del siglo XX, su figura fue redescubierta y celebrada como una de las grandes humanistas de Francia. Después de la Segunda Guerra Mundial, Olympe de Gouges fue reconocida como una figura humanista destacada.

Su biografía de 198, a cargo de Olivier Blanc, que investigó su vida a partir de documentos originales de la época impulsó su estudio. En 1989 Francia la honró en el bicentenario de la Revolución francesa. Aunque la propuesta de la historiadora Catherine Marand-Fouquet para incluirla en el Panteón de París fueron rechazadas, numerosos lugares y premios llevan su nombre. En Montauban, su ciudad natal, el teatro municipal lleva su nombre desde 2006. En el distrito XI de París, una sala de espectáculos situada en el emplazamiento de la antigua cárcel de mujeres de La Roquette también lleva su nombre. El 8 de marzo de 2007, una sala del Hotel de Beauvau, sede del Ministerio del Interior francés, le fue dedicada.

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