Glosario Feminista Vivo | Aporofobia: La historia de discriminación detrás de un concepto

La aporofobia describe el rechazo o desprecio hacia quienes se encuentran en situación de pobreza o desamparo y tiene un carácter clasista.

| Mundo | 29/03/2024
Mujeres y madres cubanas en protesta por la situación en Cuba.
Protesta en Maisí. Fotograma del video de Yadiuska Domínguez

El 31 de agosto de 2008, el periódico local gallego La voz de Galicia publicó un artículo en el que anunciaba que el grupo vigués Imán, que desarrollaba una labor de integración con el colectivo de los desamparados, había iniciado una campaña para que la Real Academia Española integrara el término aporofobia en el diccionario.

La verdadera actitud que subyace en muchos comportamientos racistas no sería, en realidad, la hostilidad a los extranjeros o a las personas que pertenecen a una etnia diferente a la mayoritaria, sino la repugnancia y el temor a los pobres, a las personas que no presentan el ‘aspecto presentable’ de quienes tienen cubiertas sus necesidades básicas, declararon los vigueses.

En mayo de 2017, la Fundación del Español Urgente (Fundéu) señaló que se trataba de un neologismo válido y en septiembre del mismo año se incluyó en el Diccionario de la lengua española de la Real Academia.​ Fue elegida palabra del año 2017 por Fundéu.

¿Qué es la aporofobia?

La aporofobia, es un término que introdujo la filósofa española Adela Cortina en 1995. Describe el rechazo o desprecio hacia quienes se encuentran en situación de pobreza o desamparo. Este fenómeno, más profundo que el clasismo, revela una discriminación arraigada no solo hacia quienes difieren económicamente, sino hacia aquellos percibidos como incapaces de contribuir positivamente a la sociedad. La palabra proviene de la denominación griega áporos, que significa pobre, sin salidas o escaso de recursos.

El concepto, que alude al “rechazo, aversión, temor y desprecio hacia el pobre, y el desamparado también contempla el hecho de que las personas que padecen de este miedo creen que las personas de bajo nivel adquisitivo “al menos en apariencia, no pueden devolver nada bueno a cambio.

Esta aversión se manifiesta de dos maneras principales: una inclinación hacia quienes poseen mayor estatus, de quienes se espera obtener algún beneficio, y un desdén o invisibilización de los más vulnerables, considerados incapaces de ofrecer ventajas. La aporofobia destaca por ser una forma de discriminación que trasciende la mera distinción económica, apuntando a un rechazo hacia cualquier persona en circunstancias de vulnerabilidad.

¿Qué promueve a la aporofobia?

Adela Cortina señala que la raíz de lo que ella misma llama patología social reside en la expectativa de reciprocidad dominante en nuestras sociedades contractualistas, donde la cooperación se basa en el intercambio. Aquellos que no pueden participar en este intercambio, por no tener nada valioso que ofrecer, se ven marginados o directamente rechazados. Esto refleja una disonancia cognitiva en quienes se consideran personas buenas, pero actúan de manera contraria al ignorar o rechazar a quienes se encuentran en situación de pobreza.

Personas en un patio de una casa pobre en Cuba.
Foto: Alina Sardiñas

La hegemonía del pensamiento neoliberal, que enfatiza el individualismo, la competitividad y la meritocracia, refuerza esta perspectiva, culpabilizando a las personas pobres por su situación y prescindiendo de considerar las circunstancias socioeconómicas que limitan las oportunidades de algunos desde su nacimiento.

Los discursos de odio aporófobo, a menudo solapados con otras formas de discriminación como el racismo o la xenofobia, pasan desapercibidos, complicando su identificación y combate. Estos discursos, presentes en ciertas narrativas políticas que criminalizan la pobreza o demonizan las ayudas sociales, perpetúan la exclusión y la marginación.

¿A quiénes afecta la aporofobia?

Según la actualización de 2023, del Informe de del Índice de Pobreza Multidimensional global (IPM), que presentaron el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y la Iniciativa sobre Pobreza y Desarrollo Humano de Oxford (OPHI) de la Universidad de Oxford, 1.100 millones (poco más del 18 por ciento de una población de 6.100 millones de personas) viven en situación de pobreza multidimensional aguda en 110 países. Aproximadamente, cinco de cada seis personas en situación de pobreza viven en África Subsahariana (534 millones) y en Asia meridional (389 millones).

Casi dos terceras partes de todas las personas pobres (730 millones) viven en países de renta media. Aunque los países de bajos ingresos constituyen solo el 10 por ciento de la población analizada en el IPM, en ellos reside el 35 por ciento de toda la población en situación de pobreza.

El mismo informe declara que los menores de 18 años constituyen la mitad de las personas pobres, según el IPM (566 millones). La tasa de pobreza entre la población infantil es del 27,7 por ciento, comparada con el 13,4 por ciento en la población adulta. Las zonas rurales son las más afectadas por la pobreza; el 84 por ciento de los pobres del mundo viven en entornos rurales.

Es importante señalar que entre los 110 países de los que se obtuvieron datos para este informe NO se encuentra Cuba. Sin embargo, según estadísticas publicadas por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos a finales de 2023, el 88 por ciento de los cubanos vive en la pobreza extrema

Mueres y hombres migrantes cubanos cruzando el río Bravo en travesía hacia los Estados Unidos.
Migrantes cubanos. Foto: Cubacute

Según el VI Informe sobre el Estado de los Derechos Sociales en Cuba, elaborado a partir de 1.354 entrevistas en 75 municipios, la tasa de pobreza subió 13 puntos en un año, si se incluye dentro de esta categoría a quienes ingresan menos de 1,90 dólares diarios para una familia de tres personas.

El 48 por ciento de las personas entrevistadas para este estudio afirmó que había dejado de comer por falta de dinero o recursos para conseguir alimentos, y un 32 por ciento indicó que necesitaba medicinas y no pudieron acceder a ellas por la escasez o el precio. Según este estudio, el 62 % de los cubanos tiene problemas incluso para comprar “lo más esencial para sobrevivir”, 11 puntos más que en otra encuesta similar que realizaron en 2022.

Un acto de aporofobia desde el Estado cubano

Siendo Cuba un país que se ha ido empobreciendo cada vez más y frente a cuya pobreza las oleadas de migración y protestas aumentan, el Estado cubano se refugia en la represión y el discurso gastado de resistencia. Frente a las últimas protestas del 17 de marzo, el periódico oficialista Sierra Maestra, órgano del Partido Comunista en Santiago de Cuba, lanzó una serie de acusaciones contra los manifestantes de las protestas antigubernamentales, tildándolas de “espectáculo denigrante”.

Protestas en Santiago de Cuba.
Protestas en Santiago de Cuba.

No bastó tal desfachatez, y el artículo titulado “Nadie puede arrebatarnos la paz”, firmado por Mayté García Tintoré, jefa de redacción del medio, no solo minimizó las demandas ciudadanas sino que las descalificó, y marcó a los participantes con adjetivos que van desde “parásitos” hasta “desestabilizadores y desagradecidos”. A las madres cubanas que acudieron con sus hijos a las protestas las llamó “criminales”.

Varias plataformas e intelectuales llamaron la atención frente a este hecho en el que la voz del Partido Comunista de Cuba, a través de uno de sus órganos oficiales de prensa, rechaza, desprecia y desacredita a esas personas que el mismo sistema empobreció.

La plataforma YoSíTeCreo en Cuba, en sus redes sociales calificó de “manipulador, clasista, aporofóbico y criminalizador el texto publicado el sábado 23 de marzo por el semanario Sierra Maestra”.

Este texto lamentable firmado por una mujer, en un acto posiblemente de revictimización secundaria que resulta usual entre el cuerpo policial, llama criminales a las madres que participaron en las protestas del pasado 17 de marzo, en diferentes ciudades del país.

La plataforma reiteró que “la carga más fuerte de esta crisis política y económica la llevan las personas cuidadoras, de las cuales la inmensa mayoría son mujeres por las casi nulas políticas de equidad efectivas“. Y destaca que las mujeres son afectadas en aspectos como pensiones insuficientes tras el divorcio y la reducción de los bienes disponibles en las canastas mensuales a precios subsidiados, lo cual hace que se vean forzadas a participar en protestas y a continuar haciéndolo, incluso con sus hijos en brazos, frente a una situación insostenible.

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