
En este texto, Doris Lessing habla sobre la importancia de una educación humanista integral para propiciar la concordia entre las personas y los pueblos.

Considerada entre las mejores escritoras de su país, Mavis Gallant reflejó en sus cuentos la vida de personas frágiles, ahogadas en el autoengaño y la soledad.

La obra de Ana Hatherly, tanto literaria como visual, indaga en el arte como medio de expresión y en los límites de la comunicación humana.

En su discurso de aceptación del Premio Nobel, Svetlana Alexievich hace un recorrido por su experiencia como periodista en los años finales de la URSS.

Juana Pastor es una autora de consulta ineludible al examinar cómo operaron las dinámicas entre raza, género y literatura en Latinoamérica.

Sin ceder a estereotipos, la poesía de Alaíde Foppa desnudó con notable eficacia los problemas de la mujer en la segunda mitad del siglo XX.

Grazia Deledda desnudó en sus relatos el peculiar carácter de su pueblo, su ingenuidad y su reciedumbre, y el profundo conflicto entre modernidad y tradición.

En su discurso de aceptación del Premio Nobel de Literatura, Jelinek habla de su relación con el lenguaje y de la marginalidad inevitable de los escritores.

La poesía de María Calcaño, valorada hoy entre las más logradas del feminismo literario venezolano, dio voz a un erotismo y un deseo de libertad indomables.

Atenta a su propio centro, lejos de un mundo que, sin embargo, nunca dejó de preocuparle, María Luisa Puga legó una obra de gran profundidad existencial.