Daniel Triana: «Toda propuesta política para la Cuba futura debe pasar por un compromiso ambiental»

"Estoy obsesionada con la idea de lo no-binario en género, en política y un poco como matriz epistémica para entender la realidad".

Daniel Triana. / Imagen: cortesía del entrevistado.

Para cualquier mortal acomodado a patrones mentales establecidos, Daniel Triana debe ser algo así como una granada de fragmentación. Lejos de cualquier analogía terrorista, su real vocación es plural, al tiempo que conciliadora, el germen de una otredad que se abre paso entre lo rígido. Nacido en 1997, es graduado de Actuación en la Escuela Nacional de Arte Teatral en 2016. Actualmente cursa el 5to año de Teatrología en la Universidad de las Artes (ISA). Además de su trabajo con El Público, se ha desempeñado como actor en las obras Perla Marina (2016), y Oficio de Isla (2019), bajo la dirección de Osvaldo Doimeadiós. Por estos días asume con encomio el unipersonal Tom, dirigido por Adonis Milán.

La primera vez que vi a Daniel fue sobre las tablas, en una presentación de «Harry Potter, se acabó la magia», de Carlos Díaz y Teatro El Público en 2016. Nada más sintomático para empatizar con alguien que se consagra a la escena. Luego volví a saber de él durante los ensayos y las puestas de Richard III, en 2018, de Jazz Martínez-Gamboa, como asistente de dirección. En esa ocasión hablamos un buen rato, en espera del elenco y del equipo técnico de la obra, para un jolgorio de clausura en casa de Jazz.

Gracias a las redes sociales he sabido de su posicionamiento, si es que este término cabría para calificar su apertura social y gnoseológica, en lo referente a su militancia LGBTIQ+, la vida cívica, intelectual, artística y medioambiental. No sé si será un síntoma de envejecimiento, o de esos prejuicios que se te pegan con los años como los percebes en el casco de los barcos, pero, durante nuestras conversaciones preliminares para este encuentro, me soltó que tiene 24 años, edad que no me acabo de representar para su madurez de pensamiento y proyección profesional. Ello me lleva a pensar que algunas incertidumbres humanas solo pueden ser clarificadas por una sabiduría que no está en el pasado, sino en el futuro.

Represión a manifestantes frente al ICRT el 11 de julio. / Imagen. Twiter.

Han sucedido muchas cosas desde que te propuse esta conversación a inicios de julio. Me interesaría respetar la cronología de los acontecimientos en esta entrevista, si estás de acuerdo.

«El 8 de julio me senté frente a la entrada principal del Museo Nacional de Bellas Artes, edificio de Arte Cubano. Fui allí en son de protesta por el arbitrario encarcelamiento del artista visual Hamlet Lavastida. Fui el único que se apostó en el lugar, luego me enteré de que varios conocidos fueron, pero esperaban en los alrededores para sumarse en caso de que hubiera una concentración de personas. A los pocos minutos de sentarme en la acera frente a dicho edificio fui detenido.

«Luego, el 11 de julio, ante el estallido social que hubo en San Antonio de los Baños, un grupo de colegas y amigos decidimos ir a las inmediaciones del ICRT para exigir 15 minutos en vivo en la televisión cubana. Creo que de la detención se ha hablado bastante.

«Dos días después, el 13, era mi cumpleaños. Me disponía a ir a la sede del banco Bandec, en La Rampa habanera, para recoger mi tarjeta de débito. En cuanto pasé caminando por el frente del ICRT un operativo se movilizó. Cuando estaba sentado fuera del banco, un seguroso vino a corroborar si ya había sido atendido. Le dije que sí. Luego iba de vuelta, y paso por la acera del Habana Libre de regreso a mi casa. Tres o cuatro agentes vinieron corriendo desde el portal del ICRT, donde al parecer estaban apostados, y me detuvieron. No me resistí. Me esposaron y llevaron a un auto Geely al doblar del Habana Libre. Una vez allí les hice ver lo absurdo de mi detención. Luego de 20 minutos me dejaron ir.

«He tenido vigilancia fuera de mi casa solo un día: Un agente en una moto Suzuki. Le expliqué a él y a «el que me atiende» directamente a mí, que iba a casa de Miguel Coyula y Lynn Cruz a ver su película Corazón Azul, y a hablar de trabajo. Finalmente hice que el agente me llevara en su moto, y que al salir me recogiera».

«propuesta política para la configuración futura de Cuba debe pasar por un compromiso ambiental. (…) Sería interesante ser eco-responsables por elección, y no por carencia»

Me insufló muy buena energía la acción desarrollada por tu hermana y sus amigas y amigos en la limpieza de desechos plásticos del Almendares, en la que te involucraste físicamente. Cuéntame un poco de la sensibilidad que hay en ti, relacionada con el tópico medioambiental, y cómo respondes a los desmanes de nuestra especie para con la naturaleza, específicamente en nuestro contexto.

«Yo soy un ambientalista desde la cuna. Mis padres nos criaron con plena conciencia ambiental y, en nuestro proyecto comunitario El Trencito, el fomento de una cultura ambientalista siempre ha estado presente. Temas como el reciclaje, la reducción de los desechos, o la realización de compost, por ejemplo, se han integrado muy orgánicamente a nuestras vidas y al trabajo sociocultural que hacemos con lxs niñxs y adolescentes. Creo que toda propuesta política para la configuración futura de Cuba debe pasar por un compromiso ambiental. En la Isla no somos grandes contaminadores, por la falta de industrialización y el subdesarrollo económico. Sería interesante ser eco-responsables por elección, y no por carencia«.

El 11 de julio, ¿cómo fuiste a dar al ICRT, y de ahí al Vivac, trasladado en el depósito de carga de un camión para escombros?

«Como te decía ahorita, un grupo de amigxs y colegas, intelectuales y artistas, sobre todo, enseguida nos escribimos inspiradxs e impelidxs por lo que estábamos viendo que estaba sucediendo en lugares como San Antonio de los Baños y Palma Soriano. Creíamos que era nuestra responsabilidad como artistas y como ciudadanxs estar en las calles siendo útiles de alguna manera en esa ola de rebeldía maravillosa que se dio el 11. Una vez a las puertas ICRT, Yunior García empieza a negociar con uno de los trabajadores del instituto, y nosotros, los demás manifestantes, empezamos a corear a viva voz nuestras demandas, que en ningún momento pasaban por la ofensa o por el ataque personal al instituto o a sus trabajadorxs. Coreábamos cosas como ´Queremos saber la verdad´, ´pongan el internet´, ´no somos el enemigo´. La Seguridad y lxs designadxs del ICRT para el acto de repudio, bajaron y empezaron a gritarnos cosas desde el desatino y una desconexión muy grande con la realidad. Parecía un video de los ’80, en el que un grupo de personas repudia a un individuo o a una familia por querer emigrar. Ante el rumor de que venía una guagua a cargarnos, muchos manifestantes se dispersaron y nos quedamos unos pocos junto a Yunior, que estaba plantado en la acera con absoluta convicción. Lo del camión fue muy desagradable y creo que se ha difundido bastante. Por suerte vivimos en la era de la tecnología, donde la verdad se puede difundir muy fácil y rápido. Estuvimos en el Vivac poco más de 24 horas. Todxs salimos con la condición de firmar una medida cautelar de prisión domiciliaria. Lxs artistas salimos a las 24 horas pero hubo muchos muchachos en nuestro albergue que pasaron muchísimos días detenidos y que finalmente salieron. Estamos en contacto con ellos».

«El 27 de noviembre fue un día fundacional para mí»

Me comentabas que estuviste frente al Ministerio de Cultura el 27 de noviembre. ¿Cómo te adscribes al 27N?

«El 27 de noviembre fue un día fundacional para mí y para muchxs. Desde entonces he estado conectado con el 27N como grupo, he participado de sus convocatorias y he creado vínculos de colaboración y de empatía con lxs involucradxs. Ahora mismo el colectivo 27N es un espacio muy horizontal, y la pertenencia o no a ese grupo la determina básicamente tu propia decisión de enunciarte como tal. Yo digo orgullosamente que soy un miembro del 27N«.

Daniel Triana. / Image: cortesía del entrevistado.

¿Qué estudias en la Universidad de las Artes? ¿Me puedes hablar de cómo va esa tesis de graduación? ¿Estás animado con eso?

«Estoy en el último año de Teatrología. En realidad involucrarme en los activismos tan frontalmente me quita motivación y enfoque, lo tengo que reconocer… Mi carrera es maravillosa y siento mucho amor por ella. Quien me conoce sabe que soy un teatrista y teatrero empedernido, pero ahora mismo me cuesta mucho trabajo enfocarme en la teoría teatral, en la semiología y demás contenidos al 100%. Mi tesis de graduación es un ejercicio completamente teórico y escritural. Confío en que sacaré la voluntad y la disciplina para terminar mi carrera y escribir una tesis digna».

¿Crees que El Trencito fomentó tu sensibilidad artística?

«Absolutamente. Nuestro proyecto está basado en la no competencia, en la creatividad y en el desarrollo individual de cada niño enfocado en el proceso y no en un resultado artístico que se pueda mostrar a un adulto que lo apruebe o no. El sentido lúdico colaborativo y libre que hay en las sesiones de nuestro Trencito, me dio muchas herramientas de trabajo en equipo, a la vez que me hizo, desde muy temprana edad, apreciar la belleza y desenvolverme lúdicamente en varias disciplinas que luego continué cultivando en mi trabajo como aficionado, en la academia y en mi vida profesional como actor y teatrista».

«estoy obsesionada con la idea de lo no-binario en género, en política y un poco como matriz epistémica para entender la realidad»

Conversábamos sobre las recientes clasificaciones de identidad referidas a sexo y género. Me estuve documentando algo, pero preferiría que seas tú quien dibujes ese mapa, y cómo te localizas en él, además que me hables sobre tu activismo en la comunidad.

«Yo creo que todo el mundo debería leer sobre identidades trans y no binarias. Es un ejercicio de justicia y compensación para este grupo de personas que hemos sido tan invisibilizadas a lo largo de los siglos en la cultura occidental. Yo me reconozco y me asumo como una persona génerofluido. Esta es una identidad verdaderamente performativa, lúdica, y que se encuentra en el espectro no binario del género, que a su vez comparte un sitio dentro de la llamada sombrilla trans. Últimamente estoy obsesionada con la idea de lo no-binario en género, en política y un poco como matriz epistémica para entender la realidad. Las personas no binarias siempre hemos existido, no es un capricho del siglo XXI. Las mariquitas, las marimachas, los raritos y lxs andróginxs, hemos decidido que no vamos a ser entendidxs nunca más como una deformación del canon cis-hetero y que no dependemos de las personas cis-heteronormadas para definirnos, para explicarnos y para construir nuestra identidad, nuestra microcultura.

«Yo prefiero decir que soy un militante LGBT, que respeto mucho la palabra activista, y más en un tema en el que soy apenas un aprendiz comprometido, no mucho más. Mi creatividad como actor me ha permitido ser visible dentro de la comunidad, y a todos los espacios que llego trato de educar, no sin antes educarme a mí mismo todos los días en temas de género y sexualidades, especialmente las disidentes. Disidente, otra palabra de orden que me define y me está causando más de un revuelo por estos días. La abrazo también».

¿Quién es Danielito Tri Tri?

«Al principio, cuando abrí mis redes sociales, rotular mi nombre de pila en todas estas aplicaciones como Instagram, Twitter y Facebook, me resultaba demasiado serio para la informalidad y la distopía que puede ser Internet. Decidí crearme como avatares, y eso empezó por cambiarme el nombre de usuario en las tres redes. Danielito Tri Tri soy yo mismo despojado un poco de la formalidad que implica presentarte con el rótulo que te asignaron al nacer. Digamos que es una identidad suavizada y performada».

Con toda seguridad, “Tom” tiene más larga data que todo lo que ha sucedido en el mes de julio, desde que comenzaron los ensayos. Ilústrame cómo nació el unipersonal, el grupo que la presenta, equipo de trabajo, estreno, funciones, local de presentaciones…

«Tom surge el 27 de noviembre de 2020. Me encuentro con Adonis Milán, director de Perséfone Teatro, en la manifestación a las afueras del Ministerio de Cultura, y él, que nunca había sido muy cercano a mí, me propone trabajar en un espectáculo para dos actores, «Auto de fe», una pieza corta de Tennessee Williams. Yo acepté por la propuesta tentadora, Tennessee era un autor que yo siempre había querido trabajar. Ese proyecto se cayó por falta de logística, y Adonis me propone este unipersonal biográfico sobre el dramaturgo norteamericano. La idea original él había tratado de desarrollarla con otros actores anteriormente, pero no había fructificado. Empezamos un proceso de investigación en la vida, obra y referentes que rodean a este escritor, y empezamos a proponer materiales que luego fueron descartándose o quedando como cuerpo de la obra. Recurrimos a entrevistas, obras dramáticas, poesía, narrativa y a las versiones cinematográficas de sus dramas más icónicos. Todos esos materiales fueron pasando por mi cuerpo, mi sensibilidad y mis intereses, como un actor que está consciente y que lleva las riendas también del discurso. Trabajamos todo el tiempo en una habitación de 3 x 3 metros en casa de Adonis, en el barrio de Jesús María. Es el único espacio de que podíamos disponer, y ha resultado ser idóneo para la poética de la obra. Ya llevamos más de 10 funciones, y la pieza ha conectado mucho con el espectador. Un repaso por las obsesiones, los miedos y los fantasmas de Tennessee, en el que se asoman también los de Daniel y los de Adonis. El equipo de trabajo fue muy reducido. Básicamente, él y yo hemos construido el espectáculo ladrillo a ladrillo. Nos han ayudado amigxs muy queridxs y talentosxs, como el diseñador Alejandro Cañer. Es una pieza de cámara producida de manera independiente y presentada de forma casi clandestina».

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