Reacciones a las denuncias de abusos sexuales en la Escuela de Cine de San Antonio de los Baños

Agrupaciones cinemátográficas de América Latina muestran su apoyo a las víctimas de abusos sexuales en la EICTV.

Agrupaciones cinematográficas de Latinoamérica y la propia Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños (EICTV) han reaccionado durante esta semana a una investigación periodística publicada en la revista El Estornudo que denuncia numerosos casos de violaciones, abusos sexuales, acoso, revictimización, y sobre todo el mal manejo de estas situaciones por parte de la dirección del centro.

El comunicado, publicado en la tarde del jueves por la EICTV, indicó que «las declaraciones publicadas nos afligen profundamente, como ocurrió cuando tuvimos conocimiento de algunos de los casos. Los testimonios nos llenan de dolor y motivan nuevamente una discusión necesaria en nuestra comunidad».

«Estamos aprendiendo a enfrentar estas situaciones. Es sanador abordarlas de manera honesta. Aún de buena fe, nos equivocamos. Expresamos nuestras sinceras disculpas a las personas que han sido afectadas«, añadió la EICTV, aunque no mencionó en el comunicado de qué se trataban «las declaraciones publicadas».

La entidad también enumeró algunas de las herramientas creadas para prevenir la violencia de género, como son un Protocolo de Convivencia de Paz, una Oficina de Bienestar, un Comité de Género y un sistema de emergencia llamado Punto Violeta de 24 horas.

Más estudiantes denuncian abusos sexuales en la EICTV

Pese a que el comunicado muestra una EICTV que realiza numerosas renovaciones para prevenir los abusos sexuales, decenas de estudiantes mostraron su rechazo en los comentarios a la publicación en la red social Instagram, donde la propia entidad restringió la posibilidad de comentar a solo los usuarios que sigue.

Una ex estudiante del centro, llamada Vania Quevedo, preguntó si «¿Les parece una utopía, un lugar donde se ejerce violencia de género, y violencia psicológica por parte de algunos profesores y mismos alumxs?».

Quevedo contó que vivió en «carne propia la falsa bandera feminista en la escuela en el año 2018», cuando «toda la gente que se decía feminista a la mera hora resultó que no, porque siempre le van a creer al amigo querido de años, en lugar de una alumna que acaba de llegar a la escuela».

La ex estudiante dijo que la escuela debe «empezar por sacar a las personas que ejercen esas violencias, ejemplo: María Julia Grillo, que se le nombra muchas veces, empezando por ahí y metiendo gente nueva, con perspectiva de género, dejando de dar trabajo a todos los profesores que llegan a la escuela a ‘cazar’ estudiantes, que en general son los mismos exalumnos que después se vuelven profesores».

«Empezando por ahí y obvio que saben quiénes son, no sacando un comunicado de que ‘se harán las cosas diferentes’. Empiecen haciendo acciones reales, eso es posicionarse como una EICTV feminista, no escribiendo comunicados y que harán protocolos que existen hace tiempo y nunca se han ejercido porque no le creen a nadie que denuncie», finalizó.

Otra ex estudiante, llamada Liss Fernández, se sumó a las denuncias al relatar que, en el año 2014, cuando estudiaba en la EICTV, «un hombre entró a mi pieza mientras dormía, desperté y lo vi observándome. Me asusté mucho y este tipo salió corriendo, desperté a todo el mundo, lo buscamos con mis compañeros, pero no lo encontramos. Finalmente descubrimos que era un empleado de la escuela. Al día siguiente fui a hablar en directoría y me dijeron que quizás me lo estaba imaginando. No me creyeron y no hicieron nada por mi seguridad».

«¿Tuvieron que llegar denuncias públicas de violación para que finalmente la escuela se pronunciara? Me parece una burla», finalizó.

Simone Teider, también ex estudiante de la escuela, escribió que en el año 2013 «me pusieron algo a mi bebida y no me recuerdo de nada más hasta la mañana siguiente cuando me desperté en mi pieza completamente desnuda envuelta en mis sábanas. La puerta, por supuesto, estaba abierta. Estar ahí no es muy seguro».

«Aun de buena fe, nos equivocamos. No lo creo, todo lo que hicieron estuvo muy bien articulado para proteger los profesores, los empleados y los estudiantes que pagaron la tarifa a tiempo», añadió la ex estudiante.

Agrupaciones de América Latina se pronuncian

En contraste con la declaración de la EICTV, agrupaciones cinematográficas brasileñas como el Colectivo Soma y la productora de sonido Confraria de Sons & Charutos mostraron su apoyo a las víctimas y se desligaron laboralmente de uno de los presuntos agresores mencionado en el texto.

«Por nuestra parte, no estaremos de acuerdo en trabajar con personas involucradas en delitos y abusos como este, y estamos tomando una postura públicamente hacia esto», dijeron las cineastas en un comunicado titulado Carta abierta de apoyo a Lucía.

En tanto, desde Confraria de Sons & Charutos afirmaron: «Hoy hemos recibido con tristeza denuncias de abusos sexuales en la EICTV. Lamentablemente, uno de nuestros empleados está directamente implicado en los informes. En vista de ello, no involucraremos a esta persona en ningún proyecto actual o futuro».

La productora de sonido pidió «justicia y responsabilidad para los implicados» y también «un cambio drástico en la política de violencia sexual, incluyendo medidas de prevención, no sólo en esta escuela, un lugar que forma parte de nuestra historia y que se honra en nuestro nombre Confraria de Sons & Charutos, sino también en Audiovisual, un área en la que operamos y en la que, por lo tanto, debemos ser agentes de cambio. Expresamos nuestro total apoyo a las víctimas».

En un comunicado, la asociación de trabajadoras audiovisuales chilenas Nosotras Audiovisuales mostró su solidaridad con «las compañeras que tuvieron que pasar por esto. A las que pudieron dar sus testimonios, y también a las que no se han atrevido a hacerlo por miedo, inseguridad o poca confianza y todo lo que implica llevar a cabo una denuncia de este tipo en un lugar en donde no se garantiza un mínimo en protocolos y resguardo ante estas situaciones».

En ese sentido, las cineastas chilenas hicieron un llamado «a todas las Universidades, Escuelas y espacios de formación a que revisen sus protocolos al respecto, que faciliten canales de denuncia, que desvinculen a docentes, trabajadores o estudiantes agresores. Que garanticen profesionales instruidos en manejar situaciones de abuso y violencia. Que protejan a las víctimas, que les alivien su sentir, que eviten la revictimización y que hagan todo lo posible para que puedan terminar sus estudios sintiéndose escuchadas y protegidas».

Por su parte el magazine de la Asamblea de Cineastas Cubanos, Alterna, publicó un editorial extendiendo su «solidaridad a las víctimas de acoso y agresión sexual que recientemente expusieron en un artículo de Mario Luis Reyes para El Estornudo hechos que sucedieron en la Escuela Internacional de Cine y TV de San Antonio de los Baños».

«La defensa y promoción a la protección de las mujeres en el entorno cinematográfico cubano, y la lucha contra toda discriminación y agresión contra las mujeres por razones de género, es parte de ese abanico de principios y valores que defendemos desde ALTERNA», agregó el medio de prensa.