«Afrocubanas» y «Subalternas»: ruidos necesarios dentro del coro de las epistemologías críticas latinoamericanas

En el Día Internacional de la Mujer Negra, Latinoamericana y Caribeña, Yarlenis expone por qué ambas revistas se insertan en el ámbito de los feminismos negros en la región.

31/07/2023
collage con los logos de las revistas Afrocubanas y Subalternas.
Collage con los logos de las revistas Afrocubanas y Subalternas. Imagen: Alas Tensas

Si yo fuera profesora de Psicología Social del Departamento de Psicología de la Universidad de Oriente (como fui de 2003-2017), pueden apostar que esas dos Revistas Afrocubanas y Subalternas harían parte de la bibliografía obligatoria de la disciplina. Por estar convencida de eso, es que en esta segunda columna de julio, (en la que me propongo contribuir con las celebraciones por el Día Internacional de la Mujer Negra, Latinoamericana y Caribeña), expondré por qué creo que ambas revistas se insertan en el ámbito de las epistemologías del sur, de los feminismos negros en la región y al mismo tiempo no pueden ser dejadas de lado cuando nos referimos al activismo feminista latinoamericano y caribeño.

También por haber observado que el propio día 25 de julio los espacios de divulgación feministas del país (y su diáspora) trataron con bastante desdén a la producción nacional feminista negra y por tanto a sus protagonistas, me atrevo a afirmar que, a pesar de ese campo discursivo de acción1 que es el feminismo cubano, tenemos un feminismo bastante emblanquecido, que flerta con la colonialidad. Al fin y al cabo, estamos hablando de un país ex-colonia que, tal vez se resista a entenderse como parte de una Améfrica Ladina (parafraseando a Lélia Gonzalez) y, por ende, la agenda feminista no sería una excepción.

Quiero subrayar además que esa forma de negligenciar las producciones negras feministas cubanas, es otra cara del racismo, no seamos ingenuas.

Epistemologías críticas latinoamericanas

Cuando digo que tanto Afrocubanas como Subalternas forman parte de las epistemologías críticas latinoamericanas, tomo como referencia a la noción de epistemologías del sur explicadas por intelectuales negras como Sueli Carneiro.

Las epistemologías del sur van más allá de ser geográficas, ellas son políticas. En tal sentido ambas Revistas surgen justamente del cuestionamiento a las matrices occidentales de poder que condensan género, raza, clase, colonialidad, corpo-normatividad, entre otros marcadores de desigualdad. Basta dar una ojeada a sus agendas editoriales.

Ni Afrocubanas ni Subalternas se eximen de este debate político en la producción de cada uno de sus textos, haciéndose cargo de un debate bastante ausente (por lo que me consta) en las universidades, cuyo egocentrismo-occidentalismo (Ramón Grosfoguel explica un poco de ese narcisismo académico) las conduce a pensarse aún como lugares exclusivos de producción de conocimiento.

ilustración de una mujer negra
Ilustración de Laura Guibert para la revista Subalternas.

Afrocubanas y Subalternas: escribiendo desde los márgenes

En términos de producción y circulación de conocimientos, las epistemologías del sur son relativas a los modos de producir esos conocimientos.

Ambas Revistas tienen en común el hecho de fundarse con esfuerzos y recursos propios (entiéndase aquí sobre todo, recursos intelectuales de sus integrantes), posicionándose en los márgenes de producciones nacionales que, de antemano, tienen garantizada la visibilidad y reconocimiento, aún cuando sus producciones no erosionan las orden hegemónicas de género, raza, sexualidad, etc.

Si observamos la historia de los saberes y políticas de los feminismos negros, enseguida identificamos que ellos nacen de las experiencias de vida, de las prácticas diarias de mujeres racializadas y ninguna de estas dos Revistas es un excepción en este sentido.

Al dar prioridad a este locus social, ambas consiguen asegurarse un lugar relevante en el coro de voces que denuncia la complicidad de los feminismos hegemónicos con el racismo, la transfobia y otras opresiones. Estas Revistas asumen un papel crítico -por tanto comprometido con la justicia social- a la hora de exponer las asimetrías raciales, de género, territoriales y otras que afectan no solo a la comunidad de mujeres negras, sino a otras existencias marginalizadas.

Así, al movilizar un conjunto de saberes críticos (saberes decoloniales, negros, transfeministas, indígenas, entre otros) sobre las experiencias de las marginalizadas del lado de acá (del sur), ambas Revistas se suman a la orquesta de voces críticas latinoamericanas y caribeñas.

La apuesta en un formato de Revista digital nos muestra justamente la expansión y la potencia del activismo digital en la isla. Ambas revistas constituyen canales de comunicación fluidos, horizontales, distantes de políticas institucionales y, al mismo tiempo, me atrevo a decir, operan como cuerpos-banderas2, expandiendo el propio repertorio del activismo cubano y la producción de conocimiento feminista, negro, decolonial.

Mucha saliva se ha gastado para afirmar que “en Cuba no hay movimientos sociales”. Yo digo y repito, cada vez que esa afirmación aparece en forma de pregunta: —¿Existe un movimiento social feminista en Cuba?— que el error comienza con la pregunta, pues como afirma Sonia Álvarez en uno de sus textos sobre feminismos latinoamericanos, estos últimos desafían las comprensiones uniformes y enyesadas que tenemos sobre lo que es un movimiento feminista.

Para no demorarme en ese dime-que-te-diré, les invito a que lean el texto3, a ver si podemos entrenar nuestra imaginación a la hora de pensar las comunidades feministas latinoamericanas y caribeñas.

Utopías latinoamericanas, caribeñas, feministas, negras

Afrocubanas y Subalternas asumen para sí y para la comunidad cubana que adhieren a su propuesta editorial, un conjunto de banderas emancipadoras que sería difícil resumir aquí. Digo y repito que ambas revistas, instancias de producción de saberes críticos que circulan en la esfera pública digital cubana, están sintonizadas con el desafío de refundar las Américas, por medio del cuestionamiento de las estructuras de dominación colonial que se impusieron en nuestras sociedades.

Apuestan en la descentralización de la lógica eurocéntrica de producción de conocimientos, prestando atención a las formas en que el colonialismo se reinventa a sí mismo. Por último, ambas Revistas permiten ampliar perspectivas epistemológicas, culturales y políticas, rescatando la importancia de ennegrecer la agenda política feminista.

NOTAS:

1 Campo discursivo de acción es un concepto introducido por Sonia Álvarez, estudiosa de los feminismos latinoamericanos. Para saber más, ver el artículo: «Para além da sociedade civil: reflexões sobre o campo feminista» en este link.

2 Esta es una noción discutida por Carla Gomes en “GOMES, Carla C. Corpo, emoção e identidade no campo feminista contemporâneo brasileiro: a marcha das vadias do Rio de Janeiro”. Tese (Doutorado em Antropologia), UFRJ, Rio de Janeiro, 2018”

3 Álvarez, Sonia E. et al. Encontrando os feminismos latino-americanos e caribenhos. Estudos Feministas, Florianópolis, v. 2, n. 11, p. 541-575, jul. 2003

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Psicóloga por la Universidad de Oriente, Cuba. Máster en Intervención Comunitaria (CENESEX). Doctora en Ciencias Humanas (Universidad Federal de Santa Catarina). Investigadora de Post Doctorado vinculada a la Universidad de São Paulo, Brasil. Feminista, con experiencia en varias organizaciones y movimientos sociales.