Condenada al ostracismo durante dieciocho años, la obra poética y el legado feminista de Doria Shafik fueron prácticamente borrados de la historia.
Concha Espina nos muestra en este cuento un drama que se renueva en cada época: la guerra, la muerte de los jóvenes, y el vacío que dejan en sus familias rotas.
Menospreciada en vida, Rosalía de Castro reivindicó el gallego como lengua literaria, defendió los derechos de la mujer y fue una precursora del modernismo español.
Considerada entre los escritores británicos más importantes del siglo XX, Angela Carter aborda en sus obras temas como la explotación sexual y la liberación femenina.
Katherine Anne Porter construye en este cuento una impactante semblanza de tres mujeres distintas conectadas por la necesidad, la sordidez y la magia.
Con su literatura y su infatigable activismo, Emma Lazarus contribuyó a definir la identidad y los valores de la sociedad estadounidense en el siglo XX.
“Un cuento es bueno cuando podemos seguir viendo más y más cosas en él, y cuando, pese a todo, sigue escapándose de uno.”
Inspirada en las leyendas y costumbres de su pueblo, Selma Lagerlöf construyó una obra deslumbrante por su originalidad y su idealismo.
La escritura de Georgina Herrera, clara y directa, lleva en sí una fuerza poco habitual: aquella que le dan su origen y las tradiciones culturales de sus antepasados.
Ajena a poses y estruendos, casi con discreción, Aimée González Bolaños logró esa difícil síntesis entre sensibilidad e inteligencia que define a los grandes poetas.