Concha Espina nos muestra en este cuento un drama que se renueva en cada época: la guerra, la muerte de los jóvenes, y el vacío que dejan en sus familias rotas.
Las historias de Ana María Matute giran en torno a los sucesos comunes de la vida y al peso que esos pequeños momentos tienen en el carácter de las personas.
En este breve cuento, Rosa Chacel construye una sugerente parábola sobre el fanatismo, la intolerancia y la guerra.
Carmen Martín Gaite sobresale por su habilidad para observar al ser humano, para leer sus gestos, sus silencios, y adentrarse en su subjetividad.
La creación de personajes femeninos, el examen de sus subjetividades, distinguen a Almudena Grandes como una de las autoras españolas más importantes.
Concha Espina fue de las primeras mujeres españolas en lograr sostener a su familia con su trabajo como escritora, algo casi impensable en su época.
La Premio Cervantes Ana María Matute en este cuento refleja el silencioso diálogo entre una mujer y una niña, quienes hallan un punto de conexión en la empatía.