La despolitización del género en campañas electorales (Parte 2)
“Producimos nuestro género todos los días cuando hacemos uso de códigos estéticos y tecnologías de género que nos permiten alcanzar una legibilidad social dentro del sistema binario impuesto”.
Es 28 de octubre de 2024 en São Paulo, Brasil. La certeza de la derrota individual y colectiva de quien se orienta por proyectos de izquierda, no podría ser más convincente. Guilherme Boulos ha perdido las elecciones a alcalde de la ciudad más rica de Brasil, lo que significa el avance de la extrema derecha y con ello, de una política de muerte a las minorías sociales, una exacerbación de la privatización alineada con una lógica neoliberal cada día más asfixiante. Respiremos y continuemos la lucha en otros frentes, más allá de la política electoral, por más que esta última sea fundamental como garantía de calidad de vida.
Creo que como parte de esa lucha continua por nuestra propia liberación de sistemas opresores (como dice Ángela Davis), vale la pena reflexionar sobre los usos del género dentro de programas políticos de izquierda como el ya mencionado de Guilherme Boulos. Entre otras cosas, Boulos había prometido la construcción del Hospital de la Mujer. Entre sus motivaciones estaban las largas listas de espera que tienen que enfrentar las mujeres y, principalmente aquellas que son madres, para acceder a exámenes ginecológicos, mamografías, entre otros. Obviamente no podemos dejar de reconocer que esta propuesta era loable, especialmente en un escenario que privatiza la salud o, la precariza dificultando el acceso a la misma. No obstante, es preciso considerar algunas limitaciones de este tipo de política pública.
-La idea de un Hospital de la Mujer refuerza la ideología de la diferencia sexual en tanto mecanismo a través del cual verificamos la existencia de diferencias de género presentes en las sociedades. Este entendimiento del género (como dos entes diferenciados, uno masculino y otro femenino) tiene su punto de partida en una comprensión del género como construcción social que oculta su carácter multidimensional y acaba produciendo visiones universalistas. Ha llegado el momento de rechazar este tipo de entendimiento de género en tanto construcción social, especialmente cuando contamos con teorías de género mucho más profundas, abarcadoras, como es el caso de la teoría de la performatividad (para mí, y para mucha gente, una de las teorías más revolucionarias sobre el género).
¿Por qué la teoría de la performatividad de género de Judith Butler, es mucho más útil para concebir políticas públicas, que esa idea del género como construcción social? (esta pregunta, como inspiración para la reflexión sobre género no es una idea mía, sino que la traigo a partir de mis continuos diálogos con João Manuel de Oliveira, feminista, cotutora de mi tesis de Doctorado y probablemente unas de las personas más brillantes en materia de teoría feminista).
-Primeramente vale resaltar que la ausencia de una lectura profunda de los trabajos de Butler (principalmente “El género en disputa” y “Deshacer el género”), puede dificultar la comprensión de las premisas que están en juego en esta teoría y que, definitivamente, se oponen a la idea del género como construcción social y, consecuentemente, como algo inmodificable y sin espacio para la autodeterminación de género.
Subversión de las normas de género
-El trabajo de Butler destaca que el género es sobretodo una producción activa. Producimos nuestro género todos los días cuando hacemos uso de códigos estéticos y tecnologías de género (maquillaje, ropas, etc.) que nos permiten alcanzar una legibilidad social dentro del sistema binario impuesto. Ahora bien, por el hecho de ser el género activamente producido, es que hay espacio para la subversión y la desobediencia a las normas de género. De ellos resultan muchos más géneros que simplemente dos (el hombre y la mujer cis en tanto sujeto de las políticas): travesti, cros-dresser, dragqueen y muchos más géneros que los que comumente son enunciados en políticas como las de Guilherme Boulos.
-¿En el Hospital de la Mujer proyectado por Boulos podría entrar una travesti? Una travesti se ubica dentro del espectro femenino del género, no obstante, desobedeciendo o subvirtiendo la ideología de la diferencia sexual.
-Con ello quiero decir que las categorías discretas, binarias, que acaban encerrando el género en apenas dos opciones (cosa que aparece mucho también en cuestionarios que indagan sobre género colocando dos opciones o, cuando más, señalando: hombre, mujer, mujer trans como si “mujer” no fuera una especificidad cisgénera en lugar de una posición universal) acaba empobreciendo y reduciendo la multiplicidad del género.
-Definitivamente mientras el género y su inscripción en las políticas públicas siga atendiendo a esas categorías discretas (Mujer vs. Hombre), muchas existencias serán relegadas al lugar de la monstruosidad o la anomalía. Pasó de la hora de des-ontologizar, des-esencializar el sujeto de las políticas públicas, de seguir apostando en una esencia femenina que será atendida por un servicio de salud, hasta porque la propia feminidad cisgénero es múltiple, diversa, polivalente. No sabría cómo denominar a un Hospital que se oriente por una lógica performativa de género, antes que por una lógica binaria y esencialista, tal y como la que se expresa en un “Hospital de la Mujer”. Solo sé que esta última siempre será excluyente. Tal vez debamos renunciar a hacer políticas sin la necesidad de un sujeto, y más políticas que abracen multitudes de género. Camioneras, travestis, bixas, y tantas otras que no se identifican en el significante estrecho de “mujer”. Pasó la hora de comprender que el género también es des-identificación, y que las políticas que se hagan en su nombre no deben apegarse a comprensiones mainstream de género.
Yarlenis M. Malfrán
Psicóloga por la Universidad de Oriente, Cuba. Máster en Intervención Comunitaria (CENESEX). Doctora en Ciencias Humanas (Universidad Federal de Santa Catarina). Investigadora de Post Doctorado vinculada a la Universidad de São Paulo, Brasil. Feminista, con experiencia en varias organizaciones y movimientos sociales.
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