Libros | “Atrapadas” o la libertad como aprendizaje

“Atrapadas”, de Victoria Cabrales, es una novela escrita como exorcismo contra el dolor de una mujer en una sociedad machista.

Observar diariamente el mar familiariza a los ojos con una paradoja: la sabana añil se torna una imagen fija que permanece en movimiento y puede avanzar con la suavidad de un día despejado o arremolinar sus aguas con la fuerza incalculable de un vendaval. Un propiciador de este fenómeno es el viento y justo ese omnipresente e invisible elemento antecede al título de la primera novela escrita por la chilena Victoria Cabrales Gómez, Atrapadas, con la frase: “ese viento que trae la muerte”, extraída de la canción de Silvio Rodríguez “El viento eres tú”.

Similar a las olas breves de ese mar encontrado a diario, Atrapadas es una historia que comienza a abordarnos poco a poco para absorbernos con intensidad variable. Una mudanza marca el inicio de lo que acontecerá para Violeta y sus dos jóvenes hijas, madre y empleada doméstica. La mudanza, más que física, es simbólica, por las renuncias a las que deberá enfrentarse a partir de entonces Violeta, cuando deba oficiar de cuidadora a tiempo completo del horcón de la familia: su madre.

El universo de las mujeres chilenas

En una de sus últimas entrevistas, el autor mexicano Carlos Fuentes destacó la capacidad empática de las mujeres cuando narran historias, y es precisamente la empatía la base fundamental de Atrapadas, con su centro narrativo movido durante los inciertos meses de reclusión, en el contexto de la pandemia de Covid-19.

Desde una perspectiva cuádruple, la autora nos devela en partes y generacionalmente el inefable universo femenino de las mujeres chilenas en tres contextos históricos: los años previos al golpe de estado del 11 de septiembre de 1973, donde Victoria, madre de Violeta, afronta con dureza el significado de su condición de niña, mujer y luego madre de cuatro hijos, al imponerse sobre los estigmas de una sociedad machista para superarse profesionalmente y mientras sufre callada el dolor de una infidelidad; la irrupción de la dictadura, donde Violeta, vive su infancia y primera juventud; y luego el devenir de los años con la democracia de vuelta en Chile, donde si bien las libertades civiles regresan, no con ellas vienen aparejadas la estabilidad económica para Victoria y Violeta o el respeto integro de los hombres hacia las mujeres y sus capacidades laborales; estigmas heredados que Violeta también debe enfrentar como profesional.

La palabra resiliencia adquiere pleno significado

Desentrañar y comprender la naturaleza humana, contada desde lo más íntimo, es un logro para quien teje a partir de referencias autobiográficas el devenir de un país, primero con el pretérito familiar y luego con su difícil e incluso, a veces, cruel presente.

En ciertos momentos, el lector o lectora sentirá que la suerte, la dicha o cualquier asomo de felicidad para Violeta, son escurridizos, y la verá afrontar gradualmente los retos involuntarios de su vida como hija y madre. Sin embargo, es en esa capacidad de asumirse frente a la vida, cargando en silencio el peso del dolor y las frustraciones, donde la palabra resiliencia adquiere para ella pleno significado.

Atrapadas, más que una novela, es una historia de redenciones, de sortear obstáculos en la gran competencia olímpica que es la vida. Con esta obra, Victoria Cabrales Gómez ha trazado un camino para ser leído como la experiencia ajena, capaz de romper la barrera de la distancia e incorporarse en el subconsciente de quien abre las páginas de este libro y se introduce como testigo en la intimidad de las paredes que cobijan a cinco mujeres.

Atrapadas no es una novela de pretensiones estilísticas, ni un relato construido con la obviedad de un melodrama. Es una obra que, a través de sus verdades, marca un antes y un después en la existencia de quien más que leerla, la vive, pues su historia parece escrita para ser vivida.

Sus protagonistas develan el pulso de la extraña cotidianidad de una pandemia que trastocó el funcionamiento natural de la sociedad y alteró para siempre el desenvolvimiento de quien pudo ser testigo y sobreviviente a lo acontecido. Esta novela embudo va achicando su trama para mostrarle al lector la confluencia de voces generacionales unidas en una condición y diferentes facetas: la feminidad, las dudas, anhelos, inquietudes e inseguridades que van aparejadas a la condición de ser mujer.

Atrapadas: una novela de aprendizaje

Aunque lejos de la posible cautividad que señala su título, Atrapadas propulsa la comprensión para quien empatiza, llora, sonríe, se lamenta y celebra cada uno de los estados por los cuales atraviesan sus protagonistas.

Esta obra inicial, escrita por Victoria Cabrales a modo de exorcismo contra el dolor y convertida en aliciente de las pasiones que la atraviesan, debe leerse como una novela de aprendizaje. En el caso de su autora, encontrarse a sí misma en el terreno sinuoso de la ficción, fue una tarea difícil, pues construyó las bases de Atrapadas con el concreto de su pasado.

Quien abra las páginas de esta novela descubrirá cómo, poco a poco, el mar de su historia, lleno de ondulaciones misteriosas y desiguales, se irá tornando familiar, para sentirse primero como sugiere su título: atrapado en toda la extensión de su trama, y luego, con su conmovedor final, puesto en libertad con una sonrisa de gratitud.