La Niña Pregunta

"La Niña Pregunta deseaba seguir haciendo preguntas incluso después de convertirse en una cosa muda y sin seso como las personas mayores".

| Escrituras | 10/02/2022
La Niña Pregunta. / Imagen: Pixabay.
Para Lizy, en su noveno cumpleaños

La Niña Pregunta preguntaba a los mayores cosas que los mayores le preguntaban a sus mayores antes de ser mayores, y que al volverse mayores habían dejado de preguntar porque sus mayores le decían que habían dejado de preguntarse esas cosas cuando se habían vuelto mayores. Pero como la Niña Pregunta no quería volverse mayor sino simplemente saber las cosas que preguntaba cuando todavía no era mayor ni estaba demasiado interesada en llegar a serlo, entonces preguntaba, y como los mayores no podían responder lo que preguntaba porque ninguno de sus mayores habían respondido nunca a esas mismas preguntas cuando ellos le preguntaban en aquella época rarísima en que todavía no eran mayores y preguntaban las mismas cosas que ya otros habían preguntado como tres mil años antes que ellos la preguntaran y nadie había podido responderlas por la misma razón, entonces la Niña Pregunta preguntaba, y como nadie le respondía satisfactoriamente volvía a preguntar lo mismo hasta que el mayor o la mayora pegaba un grito que era más insoportable que la más difícil de las preguntas que preguntaba la Niña Pregunta, con lo cual la Niña Pregunta, antes de volver a preguntar si preguntar era un pecado o si los mayores eran unos ignorantes y unos tontos, la Niña Pregunta se callaba si tenía sueño y quería irse a dormir para soñar con las preguntas que iba a hacer al otro día, o seguía preguntando hasta caerse de sueño.

Viendo pues lo intolerable que era la conducta de la Niña Pregunta, apareció en escena la Bruja Calígrafo que, totalmente incapaz de contestar ni la más sencilla de las preguntas de la Niña Pregunta, no le preguntó nada al Papá Dios, sino que se enfureció con la vigésimo quinta pregunta de la noche y decidió transformar a la Niña Pregunta nada menos que en un signo de interrogación.

Como comprenderás, Lizy, era un signo de interrogación cerrado, así: ?, porque la Niña Pregunta era una niña culta y ambiciosa que deseaba seguir haciendo o por lo menos haciéndose esas mismas preguntas incluso después de haberse convertido en una cosa tan muda y tan sin seso como parecen ser las personas mayores, y quería hacer esas preguntas en todos los idiomas conocidos por los hombres, y como en algunos idiomas no hay signos de interrogación abiertos, como los tenemos en español que es un idioma muy completo, sino que hay unos idiomas tacaños que sólo lo tienen cerrado para indicar el final de la oración con que se pregunta, pues de esa manera, por la voluntad de la Bruja Calígrafo pero con el permiso del Señor Papá Dios que siempre sabe lo que hace incluso cuando las brujas y los mayores y las niñas hacen las cosas mal, la Niña Pregunta dejó de pesar no sé cuántas pocas libras y de peinarse su larga cabellera castaña con un peine de carey y diamantes, y fue convertida en un signo de interrogación cerrado y universal, que aparecía en todas las preguntas que todos los niños y mayorcitos hacían a toda hora en los cuadernos y en las pantallas de las computadoras, de manera que si un niño escribía: Papá, ¿dónde estás?, ese signo de al final era Lizy, no, quiero decir, la Niña Pregunta; y cuando el mayor aburridísimo escribía en la pantalla de la computadora: ¿tiene usted idea de la Teoría Unificada del Campo?, ese signo último era también la Niña Pregunta ahora en forma electrónica; y como esto se repitiera como varios miles de millones de veces al mismo día en como cuatrocientos idiomas y por todas las vías y métodos con que los hombres se hacen preguntas y se la hacen a los demás para que las respondan si pueden o para maravillarse con el silencio que viene cuando no se puede responderlas, comprenderás entonces si te digo que la Niña Pregunta estaba todavía más flaca de lo que ya estaba antes de que empezara a preguntar de una forma tan incontrolable, sin hablar de que el signo en cuestión en realidad parece tener una barriguita pero es más bien debilucho y hasta necesita un punto debajo no vaya a ser que pierda el equilibrio sobre la línea y se caiga, con lo que se iría al piso la entonación de la pregunta, que es en realidad una entonación que sube. Así que la Niña Pregunta, después de haber hecho trabajar excesivamente la cabeza de sus mayores y hasta la de la pobre Bruja Calígrafo que era la que suministraba antes a la Humanidad los signos de interrogación y todos los otros que hacen falta para escribir verdades y también mentiras, la Niña Pregunta fue agotándose tanto que ya no podía con tantas horas de trabajo y tantos días sin dormir, porque como una parte de la humanidad duerme del otro lado del mundo mientras la otra está despierta, la Niña Pregunta seguía preguntando las veinticuatro horas del día, y lo que es peor, preguntaba lo que quería saber y también lo que no quería ni le interesaba, porque eran las preguntas de los otros y no las suyas, con lo que la Niña Pregunta estaba realmente considerando si no se había pasado de entusiasmo en eso de preguntar y de querer saberlo todo preguntando, y el cansancio era tan grande que ya casi no aparecía al final de las oraciones de lo cansada que estaba, y los niños eran castigados en la escuela por no poner el signo al final, pues a pesar de que lo escribían en el papel, el lápiz no marcaba el signo, y los sabios en su computadora creían que Arley había roto la computadora porque no salía el signo en el teclado, pero era la Niña Pregunta que se había declarado en huelga y no quería trabajar más, incluso no preguntar nada más por el momento, con tal de acostarse un rato, peinarse y comerse un helado.

Entonces el Señor Papá Dios que nos ama creyó que la Bruja Calígrafo había ido también demasiado lejos, porque la Niña Pregunta realmente necesitaba un helado y no podíamos permitirnos el lujo de que los niños y los sabios dejaran de poner el signo de interrogación, porque en ese caso se volverían chapuceros al escribir, o lo que era peor, se acabarían las preguntas, con lo cual la misma existencia del Señor Papá Dios que nos ama y es Dueño de las Preguntas y también de las Respuestas, podía dejar de ser averiguada, con lo que el Señor Dios Papá de todas las Preguntas y Respuestas y Silencios sin Respuestas ni Preguntas iba a sentirse muy aburrido y muy solo en el universo y también del otro lado de él y hasta en su propia casa. Así que le puso fin a las vacaciones de la Bruja Calígrafo y reconvirtió a Lizy, digo, a la Niña Pregunta en niña, o más bien en niña preguntona.

Y con esta bendición, la Niña Pregunta se peinó, se comió un helado y siguió preguntando todo lo que le dio la gana.

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