Poesía mexicana ⎸Rosario Castellanos: Meditación en el umbral

“Debe haber otro modo que no se llame Safo /ni Mesalina ni María Egipciaca / ni Magdalena ni Clemencia Isaura.”

“Mujer ángel”, célebre fotografía de la artista mexicana Graciela Iturbide (Ciudad de México, 1942).


No, no es la solución
tirarse bajo un tren como la Ana de Tolstoy
ni apurar el arsénico de Madame Bovary
ni aguardar en los páramos de Ávila la visita
del ángel con venablo
antes de liarse el manto a la cabeza
y comenzar a actuar.

Ni concluir las leyes geométricas, contando
las vigas de la celda de castigo
como lo hizo Sor Juana. No es la solución
escribir, mientras llegan las visitas,
en la sala de estar de la familia Austen
ni encerrarse en el ático
de alguna residencia de la Nueva Inglaterra
y soñar, con la Biblia de los Dickinson,
debajo de una almohada de soltera.

Debe haber otro modo que no se llame Safo
ni Mesalina ni María Egipciaca
ni Magdalena ni Clemencia Isaura.

Otro modo de ser humano y libre.

Otro modo de ser.

“Meditación en el umbral” de la escritora y periodista mexicana Rosario Castellanos pertenece a su libro Poesía no eres tú: obra poética (1948-1971). Rosario Castellanos es considerada una de las voces mexicanas más importantes del siglo XX, así como una de las pioneras del feminismo mexicano. En su literatura lo dejó claro en varias obras, dentro de ellas, en su cuento “Lección de cocina” y su obra de teatro El eterno femenino. Consideraba la poesía “un intento de llegar a la raíz de los objetos”. Murió en Tel Aviv, a los 49 años, cuando era embajadora de México en Israel. Salía del baño a contestar el teléfono y al tocar una lámpara sufrió una descarga eléctrica. Su nombre, como el de otras muchas mujeres que también deberían figurar, no aparece en la lista de autores (remárquese el masculino) de ese importante movimiento que fue el boom latinoamericano.