“Blackface”: La negritud NO es un disfraz

El “blackface” es una práctica discriminatoria y racista que sirvió para entretener a los blancos con espectáculos basados en burlas sobre las expresiones, acentos y apariencia de los negros.

| Mundo | Opinión | 04/01/2024
Foto tomada por Reg Speller el 5 de enero de 1943. Trabajadores de la Defensa Civil en Southwark de Londres montan un espectáculo de blackface para entretener a los hijos de los militares, los prisioneros de guerra y los trabajadores de ARP.
Foto tomada por Reg Speller el 5 de enero de 1943. Trabajadores de la Defensa Civil en Southwark de Londres montan un espectáculo para entretener a los hijos de los militares, los prisioneros de guerra y los trabajadores de ARP.

Es tradición racista en España que cada 5 de enero, en la cabalgata de Reyes Magos, Baltasar sea interpretado por un blanco que pinta su cara de negro. En Holanda, existe una tradición similar: en diciembre de cada año San Nicolás visita a los niños acompañado de su sirviente Zwarte Piet (Pedro “el Negro”), un personaje blanco con labios rojos, una peluca rizada y la cara pintada de negro. En Bélgica ocurre lo mismo con los noriauds (los reyes negros). Y durante el festival folclórico de Ducasse, en la ciudad de Ath, una fiesta de gigantes y dragones, un hombre se pinta la cara de negro todos los agostos para representar al “Salvaje”.

A esta práctica en la que una persona blanca pinta su rostro de negro para representar a una persona negra se le denomina blackface.

El blackface en la historia

Judy Garland (1922 - 1969) usando blackface para interpretar a Judy Bellaire en Everybody sing, 1938. Foto: Silver Screen Collection/Getty Images
Judy Garland (1922 – 1969) usando blackface para interpretar a Judy Bellaire en Everybody sing, 1938. Foto: Silver Screen Collection/Getty Images

Según relata el actor norteamericano John Strausbaugh en su libro Black Like You: Blackface, Whiteface, Insult & Imitation in American Popular Culture, aunque el origen exacto del blackface no está claro, podría remontarse a 1441, cuando comenzaron a exhibirse en Portugal a los esclavos provenientes de África occidental para entretener al público blanco.​ Strausbaugh también señala que ese podría ser el antecedente de que el teatro isabelino empezara a representar a personajes negros, siempre a través de la interpretación de personas blancas, como es el caso de el Otelo… de Shakespeare.

Ya más entrado el siglo XIX, el blackface se gestó como una representación teatral que utilizaba maquillaje para que los actores blancos caricaturizaran a personas negras. Tanto en Estados Unidos como en Europa, el blackface servía para entretener a los blancos con espectáculos basados en estereotipos negativos sobre los negros y en burlas sobre sus expresiones, acentos y apariencia. Muchos actores y cómicos llevaban a cabo las representaciones sobre escenarios a los que las personas negras ni siquiera podían acceder. En el siglo XX se usó para representar a personas de raza negra en el cine, pues dado el carácter racista de la industria cinematográfica, era difícil que recibieran papeles protagónicos.

El punto de inflexión para el blackface llegó en la década de 1960 con el Movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos. Esta lucha por la igualdad y el fin de la segregación racial condujo a la prohibición del blackface, y marcó el reconocimiento oficial de su naturaleza perjudicial y discriminatoria.

La polémica sobre la Fiesta de Reyes en Alcoy

Pajes negros de Alcoy, Alicante. Foto tomada de Afroféminas.
Pajes negros de Alcoy, Alicante. Foto tomada de Afroféminas.

Desde hace más de 130 años, la ciudad alicantina de Alcoy celebra la Fiesta de Reyes con la cabalgata en la que varios pajes acompañan a Baltasar a llevar los regalos. Cientos de vecinos se disfrazan de sirvientes y utilizan betún para embadurnarse, junto con la característica pintura de gruesos labios rojos.

Esta manifestación de blackface ha levantado una fuerte polémica, basada, sobre todo, en las reflexiones que al respecto ha publicado la revista Afroféminas desde 2017. La revista acusó de racista a la cabalgata y la diputada por Alicante de Compromís-Podemos-És el Moment, Rita Bosaho, levantó la polémica al retuitear a Afroféminas y denunciar las connotaciones racistas de la tradición. Aunque la diputada borró sus comentarios posteriormente, la controversia persistió. El círculo del Partido de Podemos de Alcoy defendió la fiesta, argumentando que los pajes negros son parte de una tradición que busca llevar alegría a los niños, manteniendo su identidad en secreto.

El archivo municipal de Alcoy parece no tener claros los orígenes o las connotaciones que le veían los alicantinos de finales del XIX a esos pajes de cara negra y grandes labios rojos. Sí se sabe, sin embargo, que antes de ser considerado un “acto folclórico”, en España hubo una corriente de desprestigio y caricaturización de las personas negras. Y que el blackface, tuvo lugar tanto en las tablas como en la calle, con las figuras que aparecían en bailes y procesiones regionales como la fiesta de Alcoy.

El pasado 27 de diciembre Afroféminas tuiteó:

Y en su artículo de hoy, 5 de enero de 2024, donde exponen 4 razones por las que los pajes negros de Alcoy son violencia, plantea:

No importa lo que tú creas que estás tratando de representar. No importa que creas que así haces felices a los niños. No importa si es una tradición. Si te pintas para caricaturizar a un personaje negro, es racista.

Mientras tanto, el partido político PSOE se pronunció a favor de preservar la Navidad alcoyana como una celebración inclusiva, desestimando cualquier intento de politizar la festividad. Se escudan en que lo del blackface fue un fenómeno norteamericano, como si el hecho de que allí se le hubiera puesto el nombre ya desmarcara la connotación de la caricaturización de la opresión. La respuesta de los partidos políticos refleja la división en la comunidad, donde muchos residentes se sienten atacados por las críticas a una festividad querida, que aspira a ser considerada Patrimonio Inmaterial por la UNESCO.

¿Por qué el blackface es una práctica racista?

Zapatos que Katy Perry eliminó de la colección por las críticas referentes a su parecido al blackface.
Zapatos que Katy Perry eliminó de la colección 2019 por las críticas referentes a su parecido al blackface.

El profesor de Estudios Negros de la Universidad de Birmingham y fundador de la Organización de la Unidad Negra de Reino Unido Kehinde Andrews, explicó a BBC que “El blackface es una tradición fundamentada en el racismo, que consiste, en gran parte, en el miedo a los negros y en reírse de ellos”. Las representaciones blackface son hirientes y ofensivas, aunque muchas personas blancas las ven como una forma aceptable de entretenimiento. Sin embargo, no comprender la dimensión histórica de dolor y vergüenza vinculada al blackface no es una excusa.

Al respecto, y frente a la alusión de que si un negro se pintara la cara de blanco no pasaría nada, el historiador y panafricanista antirracista Antumi Toasijé, en una entrevista publicada por Afroféminas, plantea:

Son situaciones asimétricas. No es lo mismo reírse de alguien que está oprimido que reírse de un rey o una reina. Hay una gran diferencia.

(…) No es lo mismo que una mujer, por ejemplo, haga un chiste sobre un hombre, que es un acto de liberación, a que un hombre haga un chiste machista sobre una mujer, que es una repetición de actos de opresión milenarios que la desempoderan.

Si las comunidades negras estuvieran en una situación de empoderamiento exactamente igual que el de las comunidades blancas, probablemente, primero, no habría tanto interés en que la gente se pintase porque no les parecería algo reseñable, y segundo, el hecho no tendría tanta importancia, pero tiene importancia porque es un acto en el que se refuerza la posición dominante de un determinado grupo humano sobre otro.

Racismo y machismo en el teatro bufo cubano

Los actores cubanos Ricardo Rosario y Beatriz Sarduy representando al negrito y la mulata. Foto: Periódico 5 de septiembre
Los actores cubanos Ricardo Rosario y Beatriz Sarduy representando al negrito y la mulata. Foto: Periódico 5 de septiembre

En Cuba, el teatro bufo es la expresión mayor del blackface. Aunque el estudioso norteamericano Jill Lane, en su libro Blackface Cuba, 1840-1895 lo defiende como “una práctica a través de la cual los cubanos pudieron representar su cubanidad”, y pondera este punto de vista al de haber sido una manifestación racista, algunos especialistas y teóricos lo avalan como tal. En su ensayo “Descoloridos apuntes teatrales sobre la raza”, la teatróloga cubana Yudd Favier apunta:

“el negrito” del bufo no era más que una presencia falsa y peyorativa de la raza que divertía a los mismos que los explotaban y vejaban como amos. Los dibujaban como figuras pretenciosas que querían imitar a los burgueses y se ridiculizaban en sus disímiles facetas: catédráticos, bozales, cheches, brujos. Evadían con esta exposición los temas neurálgicos de pobreza y discriminación que victimizaban a los negros y mulatos libres.
(…)
el negrito ha llegado a nuestros días como un estereotipo, un personaje que se ha pautado como vernáculo en sí y ha trascendido por su lenguaje disparatado, por su desfachatez y por su gracia. No es un negro, es un blanco con la cara pintada hablando de manera peculiar y anacrónica.

Sin embargo, aún se sigue viendo al teatro bufo como una representación identitaria y un modo de sacar a la luz las problemáticas sociales desde una perspectiva jocosa. En una publicación del 11 de octubre de 2023, la emisora oficialista cubana Radio Rebelde afirma que “En el primer cuarto del siglo XX, el gallego, el negrito y la mulata fueron la síntesis del color cubano convertido en arte”. Y algunas agrupaciones teatrales siguen acudiendo al bufo como medio de expresión, usando el blackface y vanagloriándose de rescatar una tradición.

La idea de que el bufo cubano es un teatro de tradición e identidad, no deja ver, tampoco, que el personaje de la mulata es una de las expresiones del machismo cubano. En entrevista a Beatriz Sarduy, del Centro Dramático de Cienfuegos, publicada en el periódico 5 de septiembre, la actriz resalta que:

Las representaciones tradicionales de la mulata predominantemente sexistas y racistas, los clichés, y estereotipos, con su gracia “sandunguera” y un físico exuberante, también comenzaron a formar parte de las tablas en el siglo XIX. En las obras de teatro bufo existen diferentes tipologías femeninas: la mujer negra, la mulata, la gallega, la campesina, la blanca ama de casa, entre otras.

La mulata en el bufo es más que aquella mujer apetitosa y bonita. También es muy importante el contexto y la época en que se crearon estos personajes, pero aun así las actrices podemos en algún momento sentir algún tipo de acoso en la representación o después de la misma. Sí he sentido acoso.

El teatro bufo en Cuba es una expresión estereotipada del negro, la mulata y el gallego. El que se mantenga en el imaginario colectivo como una inocente manifestación de la identidad es muestra de la necesidad de sensibilización que debe hacerse al respecto. Mientras se siga enalteciendo su valor para abordar problemáticas sociales, sin notar que lo que en verdad hace es legitimar el racismo y el machismo, dos de los más arraigados horrores del país, se seguirá ignorando una dimensión histórica de gran connotación.

El blackface en los 2000

Portada de Vogue Italia donde Gigi Hadid aparece con un maquillaje muy oscuro que algunos consideraron blackface.
Portada de Vogue Italia donde Gigi Hadid aparece con un maquillaje muy oscuro que algunos consideraron blackface.

El canal Frecuencia Latina recibió en 2013 una multa de US $26.000 tras una denuncia por racismo a raíz de El Negro Mama, un personaje de la televisión peruana interpretado por un actor blanco con cara pintada y labios gruesos. Después de pagar la multa siguieron emitiendo el programa.

Ana Botella, la alcaldesa de Madrid en 2014, defendió la costumbre de pintarle la cara a un blanco para interpretar a Baltasar: “Si tuviéramos un concejal negro, no habría, desde luego, ningún inconveniente en que tuviéramos un rey negro”, dijo.

En 2015, un comité de la ONU pidió a Países Bajos que se deshicieran del personaje de Zwarte Piet, pero el gobierno holandés pidió perdón por la esclavitud y siguió pintando de negro a un blanco para representar a Pedro “el Negro”.

A finales de 2017, el futbolista francés Antoine Griezmann fue criticado por disfrazarse de jugador de baloncesto a través del blackface. Aunque defendió su decisión diciendo que era un tributo a los Trotamundos de Harlem, eliminó la foto de Twitter y se disculpó.

En mayo de 2018, la supermodelo estadoundiense Gigi Hadid apareció en la portada de Vogue Italia con un maquillaje muy oscuro que algunos consideraron blackface. Gigi Hadid y Vogue ofrecieron disculpas ante las críticas.

Después de lanzar su gama de zapatos en 2019, la cantante Katy Perry eliminó dos de sus artículos ante las quejas por el diseño racista que asemejaba rostros blackface.

También en 2019, el presidente de Canadá Justin Trudeau apareció en unas fotos y videos de hacía unos años disfrazado de negro en una fiesta. Tras el escándalo que suscitó reconoció que “Oscurecer tu rostro sin importar el contexto o las circunstancias es siempre inaceptable por el historial del racismo vinculado a esta práctica”.

A finales de 2021, se retiraron de servicios de streaming como Netflix numerosos episodios de series míticas, la mayoría de humor, en que habían utilizado el blackface. Tina Fey propuso, antes de que alguien lo pidiera, que retiraran un episodio de su serie 30 rock en que había un actor con la cara pintada de negro.

La manifestación contemporánea del blackface

Imagen de Kayode Ewumi “El hombre pensante”. Surgió de una serie y comenzó a utilizarse para describir situaciones cotidianas, en donde la inteligencia puede rozar lo absurdo. Se ha usado para stickers y memes en las Redes Sociales.
Imagen de Kayode Ewumi “El hombre pensante”. Surgió de una serie y comenzó a utilizarse para describir situaciones cotidianas, en donde la inteligencia puede rozar lo absurdo. Se ha usado para stickers, GIFs y memes en las Redes Sociales.

El blackface ha llegado también a las redes sociales. El blackface digital es una práctica en la que individuos blancos adoptan expresiones en línea, imágenes, jerga o elementos de la cultura negra para transmitir humor o expresar emociones. Este fenómeno se manifiesta a través de memes, GIFs, videos y otros contenidos compartidos en plataformas como Twitter, TikTok e Instagram.

La autora y crítica cultural Lauren Michele Jackson ha señalado que el blackface digital implica que los blancos “jueguen a ser negros”, reproduciendo exageraciones estereotipadas de la negritud. Este fenómeno se manifiesta en reacciones excesivas, estereotipos emocionales y representaciones simplificadas de la cultura negra. El uso de GIFs y memes que refuerzan estos estereotipos contribuye a la percepción de los negros como hipérboles andantes, perjudiciales y simplificadas.

El blackface digital ha desencadenado una ola de críticas y cuestionamientos éticos. Algunos argumentan que es solo una expresión de humor inocente, mientras que otros lo ven como una reedición moderna de los espectáculos minstrel del pasado. El hecho es que esta tendencia plantea interrogantes cruciales sobre la responsabilidad y el respeto on line, y señala esa obsesión cíclica de la historia en la que el comportamiento humano sigue tomando como motivo de burla y exageración a aquellos que gozan de bastante menos privilegios.

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