Feminicidios vicarios en Cuba, una tragedia que el estado oculta
El comunicado oficial invisibiliza el problema estructural y no ofrece soluciones ni compromisos claros para prevenir futuros casos.
El Ministerio del Interior de Camagüey ha emitido un comunicado sobre los "repudiables hechos" ocurridos el 26 de noviembre de 2024 en el municipio Minas. Ese día, un niño de cinco años fue asesinado y una mujer embarazada de ocho meses fue víctima de agresión sexual. Según la nota oficial, el autor, Alieski Martínez Ferrer, fue capturado en la madrugada del 2 de diciembre tras varios días de búsqueda. Las autoridades aseguraron que siguen trabajando para que "caiga sobre este todo el peso de la ley".
Esta nota, sin embargo, deja al descubierto el patrón que se aplica en Cuba a la hora de referirse a este tipo de crímenes. En primer lugar, califica el asesinato del menor y la agresión sexual como "hechos inusuales", ignorando que este caso responde a patrones de violencia de género, particularmente el feminicidio vicario, una terminología que se niegan a utilizar. Además, no menciona que Martínez Ferrer estuvo prófugo durante varios días sin que se le informara debidamente a la población.
Este crimen fue una forma de "castigo" contra la madre del menor, quien se había negado a reanudar la relación con el agresor. Como hemos señalado desde el Observatorio de Género de Alas Tensas (OGAT) y Yo Sí Te Creo en Cuba (YSTCC), estos actos deben ser reconocidos como feminicidio vicario. Se trata de una expresión extrema de violencia machista en la que los agresores buscan dañar a las mujeres mediante el asesinato de sus hijos.
Los femincidios en Cuba son un problema estructural
La omisión de las autoridades en clasificar este crimen como feminicidio vicario refleja una preocupante falta de comprensión y reconocimiento de las dinámicas de violencia de género en Cuba. Aunque destacan la cooperación ciudadana y prometen justicia, el comunicado oficial invisibiliza el problema estructural y no ofrece soluciones ni compromisos claros para prevenir futuros casos.
Este crimen, que eleva a 51 los feminicidios registrados en Cuba hasta diciembre de 2024, evidencia la urgencia de implementar políticas efectivas de prevención, protección y justicia para las víctimas de violencia machista. Los registros de YSTCC y OGAT, recopilados desde 2019, revelan una preocupante realidad. Según la información documentada, al menos ocho menores han sido víctimas de esta forma de violencia en la última década.
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