Informe Anual de Feminicidios en Cuba 2020 (diciembre de 2020)

Pese a recomendaciones internacionales sobre cómo enfrentar la violencia de género en un contexto de pandemia, el régimen cubano no establece ningún protocolo.

Informe anual de feminicidios 2020
OGAT alerta, denuncia y visibiliza los diferentes tipos de violencia machista en Cuba.

En el año 2020 el observatorio de Alas Tensas registró 32 feminicidios. De ellos cuatro feminicidios vicarios.

Destacamos que en Alas Tensas asumimos el término feminicidio vicario como “el asesinato de una mujer o de los hijos e hijas menores de edad, por parte de un hombre como instrumento para causar perjuicio o daño a otra mujer”. Sus dos subtipos son el que se produce en el ámbito de la pareja o la expareja (hijos e hijas menores, pero también otros menores y mujeres mayores de edad que sean allegadas: sobrinos, amigas, hermanas…) y el que sucede fuera de ese ámbito (asesinato de menores o mujeres con intención de hacer daño a otra mujer).

En Cuba no existen cifras oficiales públicas al respecto por lo que nuestros datos han sido obtenidos y/o contrastados a través de nuestra red de observadoras, fuentes comunitarias, medios independientes, denuncias en redes sociales y alianzas con otras plataformas independientes como Yo Sí te Creo en Cuba y la Red Femenina de Cuba. Esto nos lleva a afirmar que nuestras estadísticas solo constituyen un subregistro de esta cruel expresión de la violencia de género en Cuba.

Si hacemos un análisis de los datos recopilados en este año podemos decir que las provincias donde más casos hubo feminicidios fueron La Habana (5), Las Tunas (5), Holguín (4) y Santiago de Cuba (4).

Pudimos conciliar además que en 15 casos los agresores fueron las parejas de las víctimas y en 13, exparejas. Algo que deja en claro el origen patriarcal de esta violencia.

Sobre este tema, la trabajadora social Sheila Pierre Louis, ha escrito en Afroféminas que «aunque pueda parecer irónico, las estadísticas y estudios muestran que es en manos de sus propias parejas donde las mujeres tienen más probabilidades de sufrir lesiones, ataques repetidos o la muerte, que por cualquier otro agresor. El maltrato a la mujer por su pareja es una de las formas más comunes de violencia de género en nuestra sociedad y suele definirse como el uso de la fuerza física de un miembro de una relación íntima contra el otro ya sea a través del empleo de la fuerza física y/o del maltrato psicológico».

Con respecto a los meses donde más casos se verificaron se encuentran diciembre con 6 feminicidios, y agosto y noviembre con 5 y 4 casos respectivamente.

Sobre los espacios donde se perpetraron estos feminicidios hemos recabado que 12 se ubicaron en el hogar, 11 en espacios públicos y otros 6 no pudimos corroborar dónde sucedieron. Aunque hay casi una paridad entre espacios públicos y privados, volvemos a destacar que esto no representa que los crímenes ubicados en el espacio público fuesen cometidos por personas ajenas al círculo cercano de las víctimas. El mito del delincuente o violador que se aprovecha del callejón oscuro para cometer sus crímenes, es eso, solo un mito. De los 32 casos que pudimos verificar este año, 27 se encuentran dentro de la categoría de feminicidios de pareja o exparejas.

Por otro lado, la ausencia de casas de acogida en Cuba coloca en mayor vulnerabilidad a las mujeres víctimas de violencias machistas. Muchas de ellas deben convivir con sus agresores porque dependen económicamente de ellos, porque no tienen una red de apoyo que las ayude, o se sienten coaccionadas o amenazadas.

En el «Modelo de atención en Casas de Acogida para mujeres que viven violencia» que se editó en 2012 en Ecuador por las cinco Casas de Acogida existentes en ese momento en el país (Casa Amiga, Casa Hogar de Nazareth, Casa María Amor, Casa Matilde, Casa Paula), se definen estos tipos de refugios de la siguiente manera:

“Las Casas de Acogida son lugares que salvan vidas. El papel primordial de las casas es acoger a mujeres que viven violencia y requieren urgentemente un lugar para salvaguardarse. Son espacios temporales que brindan protección, seguridad y atención integral a las mujeres y sus hijos e hijas afectados por la violencia de género en la familia, con la finalidad de aportar a su autonomía y al ejercicio de una vida digna y libre de violencias. Para las mujeres que no tienen redes de apoyo, las Casas de Acogida son indispensables para protegerse de la violencia y de las presiones sociales. Es en este espacio de seguridad y paz, donde pueden nacer los primeros sueños de una vida libre de violencia e iniciar procesos de autonomía y empoderamiento”.

Contexto

En 2019 fue publicado el informe final de la Encuesta Nacional de Igualdad de Género, aplicada en 2016 y arrojó las primeras cifras sobre violencia de género, pero solo dentro del marco de la pareja. De las 10.698 mujeres entrevistadas, 26,7% declaró haber recibido algún tipo de maltrato en los 12 meses previos al sondeo.

Sin dar muchas especificidades de cómo el gobierno cubano define feminicidio, en dicho informe se dice que: «la tasa de femicidios fue de 0,99 por 100.000 habitantes de la población femenina de 15 años y más» del país. Según Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), las mujeres de 15 años y más sumaban ese año 5.052.239 de una población total de 11.200.000 habitantes.

A partir de esos datos, el cálculo que ha realizado una agencia de noticias como IPS, que tiene una notable perspectiva de género, es que la cantidad de víctimas fatales de la violencia machista pudo haber sido unas 50 en 2016, que es un número alto si se mira por cantidad de habitantes y se compara con otros países, como la misma España por ejemplo. Sin embargo, otros medios menos conservadores hablan de más de cien casos de mujeres asesinadas por año. Desgraciadamente, al no tener acceso a las estadísticas no se puede aclarar las mujeres asesinadas por la violencia machista, lo que sí es verificable que cada año desde el año 2000, y sin variar, hay entre 500 y 600 muertes violentas en el país, consideradas homicidios, donde no se incluyen los accidentes de tráfico. Habría que ver cuántas de esos asesinatos son de mujeres. La tasa no es nada despreciable.

Por otro lado. y con datos más recientes, el Anuario Estadístico de Salud del año 2019 asevera que las agresiones se encuentran dentro de las 35 primeras causas de muerte de la isla. Y expone que en ese año fallecieron producto de esta causa, 105 mujeres.

Nomenclaturas inexactas como la de “agresión”, dentro de la que pueden convivir feminicidios unido a otros hechos violentos, sólo contribuye a invisibilizar un problema latente en la sociedad cubana. Dejando además al descubierto los vacíos legales del sistema.

Ante esta situación de vulnerabilidad en la que se encuentran las cubanas, el 20 de noviembre de 2019 un grupo de 40 mujeres cubanas universitarias de diferentes profesiones lanzaron la que es hasta la fecha la mayor iniciativa independiente contra la violencia hacia las mujeres en Cuba: La “Solicitud de ley integral contra la violencia de género en Cuba” dirigida a la Asamblea Nacional. Fundamentada en la Ley cubana, en los tímidos pasos que ha dado el gobierno cubano hacia la preocupación por la violencia de género en el país, y en las tendencias internacionales, la solicitud reclama una ley que “no solo deberá sancionar los delitos –su propósito no debe ser solo punitivo–, sino crear las bases para implementar un sistema integral de prevención y atención, que eduque a la ciudadanía en una vida sin violencia de género, garantice el acceso a la justicia, preserve las vidas de las mujeres, considere la necesidad de la habilitación de refugios y casas de acogida para las víctimas, y construya programas de concientización para las mujeres, los agresores, las instituciones y la sociedad en su conjunto”. Rechazada en su primer intento de llegar a la Asamblea Legislativa, todavía no podemos saber el alcance que tendrá esta petición, pero es sin duda una muestra más de que algo se está moviendo en Cuba desde el feminismo, y revela el papel fundamental que están jugando las redes sociales (en particular Facebook) como espacio de encuentro y reunión de mujeres cubanas (dentro y fuera de la isla) y de visibilización de los feminicidios y otras violencias contra las mujeres.

Recomendaciones del observatorio de Alas Tensas

Ante el largo período de confinamiento causado por el coronavirus COVID-19, distintas organizaciones internacionales como ONU Mujeres han establecido protocolos para enfrentar la crisis sanitaria, luego de constatar que: “en contexto de emergencia aumentan los riesgos de violencia contra las mujeres y las niñas, especialmente violencia doméstica, debido al aumento de las tensiones en el hogar y puede también aumentar el aislamiento de las mujeres”. Debido a esto ha sugerido incluir las casas de acogida y las líneas de ayuda, dentro de los servicios esenciales que deben estar completamente accesibles.

Sin embargo, el gobierno cubano hasta la fecha no ha implementado ni ha analizado de forma pública la urgencia de estos espacios seguros, por lo que se ha convertido en una de las principales reclamaciones de la sociedad civil y activistas feministas.

Otro de los asuntos que nos preocupa es la criminalización de todo tipo de movilización o activismo ciudadano. No solo con la firma de Decretos Ley como el 370, sino también con los desalojos, el ciberacoso, la difamación en la prensa oficial, y con las amenazas a observadoras de violencia de género y a familiares de víctimas de feminicidios.

En Alas Tensas seguimos demandando una Ley Integral contra la Violencia de Género, que se tipifique el feminicidio dentro del Código Penal y que se cree un registro oficial de feminicidios. Es de suma importancia además que el derecho de asociación, reunión y manifestación sea reconocido formalmente, así como la libertad de prensa.

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