Día de la Visibilidad Trans | «Necesitamos discutir privilegios que son cimientos de una sociedad transfóbica»

manifestación con banderas trans
Manifestación con banderas trans: Imagen: Nonardo Perea / Alas Tensas

Comienzo este texto apuntando mi privilegio cisgénero, el mismo que me ha garantizado llegar hasta aquí y tener mi identidad, mi nombre respetado, no contar dentro de las estadísticas de muerte por desobedecer un sistema de género, así como acceder a un lugar de poder escribir sobre el tema y gozar de un cierto reconocimiento.

Partir de mi privilegio cisgénero no pretende ser un ejercicio de “mea culpa”; en todo caso de delinear el lugar específico desde el que pienso, escribo y me comprometo ética y políticamente: el lugar de quien goza de privilegios cisgéneros. Ese lugar es un pilar fundamental en la manutención de desigualdades que necesitamos debatir.

Luego de haber reconocido este lugar social en el cuadro de las relaciones de poder que me han traído hasta aquí, quiero proponer algunas reflexiones sobre (in)visibilidad que seguramente serán parciales e incompletas. Lo más importante es que podamos recordar hoy y todos los días es que existe una opresión estructural transfobia— alimentada por nuestro privilegio cisgénero. Delante de esa certeza cabe pensar: ¿de qué lado nos vamos a posicionar? Yo escojo el lado de quien no se omite de ese debate y la manera en que tales privilegios delinean las visibilidades posibles de personas  género-disidentes

Otras personas, específicamente personas trans, travestis, no binaries, con certeza entenderán la cuestión de la visibilidad por otras aristas. Es para ayer que esas personas tengan espacio en los medios y en todos los lugares que la sociedad habilita confortablemente para nosotros, personas cis.

Quiero comenzar por una entrevista ofrecida por Tanya Saunders[1] en 2017 y que fuera publicada en la Revista Cadernos de Gênero e Diversidade [2] de la Universidad Federal de Bahía, Brasil:

En Cuba hay una nueva dinámica de hombres trans, pero todavía mucha invisibilidad. El gobierno cubano financia la cirugía de reasignación de sexo para mujeres transgénero, es decir, para aquellas clasificadas como niños al nacer que hacen la transición a niñas. Una veintena de mujeres transgénero ya se han beneficiado de este servicio gubernamental. Por no hablar de la gente que espera en la cola. Pero solo hay dos hombres trans en Cuba, ¿sabes a lo que me refiero? ¿Por qué hay sólo dos?”[3].

Confieso que ese comentario de Tanya Saunders sobre las personas trans en Cuba, tiene cabida dentro de la osadía y del privilegio de quien observa al sur global con los lentes de quien vive en el Norte Global. Yo podría formular varias preguntas a ese comentario, tales como las siguientes:

¿Cómo una persona puede tener la certeza de las estadísticas trans de un país entero para afirmar que solo existen dos hombres trans en pleno 2017?¿Acaso su certeza para concluir que solo existen dos hombres trans, adopta como criterio la cifra de las personas trans que accedieron a las cirugías? ¿No sería esa una forma de continuar patologizando las identidades transmasculinas? 

Estas preguntas no son una tentativa de cancelar a una persona racializada y también disidente de género. Este es un debate sobre parámetros de visibilidad que nos hace preguntarnos:

  • ¿Quiénes tienen visibilidad dentro de las gramáticas demográficas que reconocen la existencia de determinados grupos sociales?
  • ¿Cuáles son los criterios de visibilidad cuando se trata de las minorías de género?
  • ¿Quiénes tienen espacio para abordar esas cuestiones?

Pensando en la reverberación que esas preguntas pueden tener en tiempos en que se habla tanto de políticas de representatividad y visibilidad; podemos seguir preguntándonos: ¿Cómo es producida la visibilidad de las personas trans, travestis en el campo de la producción académica que yo misma comparto con Tanya Saunders? (a pesar obviamente de estar muy distante de ocupar una plaza en una universidad pública, por favor, contrátenme!!!).

Ni condescendencia, ni mea culpa, ni tutela, apenas acciones de reparación y transformación social

En este punto de necesaria autorreflexión me inspiro mucho en las ideas de Geni Núñez cuando apunta que es necesario que viremos el espejo para nosotros mismos y observemos los lugares de hegemonía que ocupamos. ¿Qué quiero decir con todo esto, al final?

«Otra forma de visibilidad que necesitamos criticar es esa que apenas coloca el foco en el sufrimiento de personas trans, que no concibe otros mundos más habitables».

Muchas veces, personas que habitamos lugares de privilegio (cisgénero y académico) producimos una visibilidad de personas trans y travestis reduciéndolas a sus identidades de género, como si todo lo que se pudiera decir fuera solo esto (otra manera en que hace presente la colonialidad de género que han denunciado intelectuales trans como Viviane Vergueiro, por apenas citar una).

Otra forma de visibilidad que necesitamos criticar es esa que apenas coloca el foco en el sufrimiento de personas trans, que no concibe otros mundos más habitables, lo que es en sí mismo otra forma de deshumanizar este grupo social.

Esa compulsividad de exponer solo el sufrimiento ha estado muy articulada con un ejercicio de tutela de nosotros, personas cis, hacia los cuerpos trans, travestis. Es hora de acabar con esa payasada, esa misma que muchas veces nos lleva a creer que “damos voz” a personas marginalizadas por ese sistema de género.

«Las personas tienen su propia voz, tal vez están faltando canales de escucha o los canales de escucha están condicionados por la transfobia».

Las personas tienen su propia voz, tal vez están faltando canales de escucha o los canales de escucha están condicionados por la transfobia.

Ni condescendencia, ni mea culpa, ni tutela, apenas acciones de reparación y de transformación social y protagonismo de las personas afectadas por un sistema de género cis-centrado, pueden derribar o al menos comenzar a erosionar la transfobia estructural que atraviesa la sociedad.


[1] Profesora en Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Florida, EEUU. Para más información, puede consultarse este link: https://afrocubanas.com/2020/11/20/afrofeminismo-en-cuba-un-documental-de-tanya-saunders/#:~:text=Tanya%20Saunders%20es%20profesora%20de,Ford%20School%20of%20Public%20Policy.

[2] https://periodicos.ufba.br/index.php/cadgendiv/article/view/22051/14479

[3] Traducción libre de la autora a partir del original: “Em Cuba há uma nova dinâmica dos homens trans, mas ainda de muita   invisibilidade.   O   governo   cubano   financia   a   cirurgia   de redesignação  sexual  para  as  mulheres  transexuais,  ou  seja,  para  aquelas classificadas  como  meninos  ao  nascer  e  que  transicionam  para  menina. Cerca  de  vinte  mulheres  transexuais  já  se  beneficiaram  desse  serviço  do governo. Isso sem falar das pessoas que estão esperando na fila. Mas só existem  dois  homens  trans  em  Cuba,  entende  o  que  estou  dizendo?  Por que só existem dois? ”

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