Glosario Feminista Vivo| Sexismo y Cisexismo

El sexismo y el cisexismo engloban formas de discriminación que son establecidas a partir de la división del mundo en “dos sexos”.

| Mundo | 31/01/2023
Joven racializada en el desfile del Orgullo
Desfile del Orgullo, en Madrid, 2022. Imagen: Nonardo Perea / Alas Tensas

Alas Tensas, gracias a la colaboración de Yarlenis Malfrán, y de otras académicas feministas comparte su Glosario feminista vivo, que busca hacer accesibles a un amplio público conceptos y nociones feministas decoloniales, “sin renunciar al rigor necesario que ayuda a ponderar las varias aristas de un asunto”. En esta oportunidad le compartimos los conceptos de sexismo y cisexismo, que engloban formas de discriminación que son establecidas a partir de esta división del mundo en “dos sexos”.

Sexismo

Fue a mediados de los años ‘60 que surge la palabra sexism en el mundo anglosajón.

Para entender el sexismo es necesario partir del hecho de que vivimos en sociedades occidentalizadas, es decir, sociedades en las que fueron impuestas cosmovisiones de Occidente[1].

Una de esas cosmovisiones es la que se refiere al dimorfismo sexual y el binarismo de género. Las mismas clasifican el mundo en femenino versus masculino y, junto con eso, asocian un conjunto de valores a esos dos universos (ya separados, contrapuestos y considerados complementarios).

Es importante subrayar que esta clasificación no es fruto de una realidad biológica, sino parte integrante de las ideas que componen el sistema de género, en tanto uno de los sistemas simbólicos de raíz occidental, diseminados principalmente en el contexto de la colonización europea. Tales sistemas de clasificación (sexo y género) han sido apropiados de diversas formas por las distintas sociedades y, a pesar de los diferentes matices que encontramos entre las mismas, están vigentes hasta hoy.

La persistencia de las discriminaciones sexistas contra mujeres cis, es uno de los factores que contribuye a la desigualdad de género presente en nuestras sociedades.

El sexismo se trata de un conjunto de estereotipos, prejuicios y formas de discriminación que son establecidas a partir de esta división del mundo en “dos sexos”. Estas formas de discriminación se basan en el sexo|género de las personas, y afectan indistintamente a los diversos grupos de una sociedad. No obstante, su incidencia generalizada, las mujeres cisgénero suelen sufrir las consecuencias del sexismo de manera singular, más frecuente y grave (más adelante tratamos de las discriminaciones con base en el sexo|género de personas con otras identidades de género). La persistencia de las discriminaciones sexistas contra mujeres cis, es uno de los factores que contribuye a la desigualdad de género presente en nuestras sociedades.

El sexismo está presente en las interacciones cotidianas y no siempre es fácil de ser identificado. Por eso, apuntamos aquí algunas de sus características:

El sexismo puede envolver tanto expresiones punitivas u hostiles, así como otras paternalistas o benevolentes, que acaban promoviendo una tutela e infantilización de las mujeres cis, principalmente. A continuación, se exponen algunos ejemplos:

Sexismo hostil o punitivista

La principal función del sexismo hostil es punir o castigar a quienes desobedecen mandatos tradicionales de género.

Cuando a las mujeres (cisgénero en este caso) se les impide realizar determinados trabajos por considerar que las mismas no son aptas para ello, o «porque son unas metidas».

Cuando se dice que las mujeres son muy resentidas, emotivas o tratadas como histéricas. Muchas veces cuando se denuncian actos de violencia, las mujeres son rotuladas con estos calificativos como una forma de punirlas e impedir que se expresen.

Todos estos casos tienen como denominador común una visión negativa de las mujeres.

Sexismo benevolente o paternalista

La principal función del sexismo benevolente es recompensar a quienes se conforman y reverencian los mandatos tradicionales de género. En este caso predomina una visión de las mujeres como seres frágiles, carentes y dependientes de la protección de un hombre. Esta última característica del sexismo es en sí misma, heteronormativa, pues presupone que todas las mujeres establecerán vínculos con hombres.

La lógica paternalista y de tutela, promueve la idea de que los hombres deberían detentar el poder (el poder de salvar, proteger, cuidar y encima de todo, deberían ser alabados por tal cosa).

La ¨caballerosidad masculina¨ disfrazada de algo romántico y protector, forma parte de este tipo de sexismo. Tal caballerosidad presupone que las mujeres siempre y, necesariamente, necesitan de un hombre que las proteja, lo que no solo crea un vínculo de dependencia, sino que mantiene a los hombres cisgénero en un lugar de poder, reforzando las desigualdades de género.

Uno de los efectos del sexismo benevolente es inducir una conformidad de las mujeres con la desigualdad de género, ya que, si al final los hombres las están protegiendo, ofreciéndoles un trato diferenciado (que en realidad es una infantilización y una tutela), ¿cómo es que ellas se van a incomodarse con las desigualdades de género y, por tanto, asumir una crítica con este sistema desigual?

Ya que ellas deberían sentirse agradecidas con tal caballerosidad, se anula así su mirada crítica a estos mandatos de género. De acuerdo con esta lógica paternalista y de tutela, se promueve la idea de que los hombres deberían detentar el poder (el poder de salvar, proteger, cuidar y encima de todo, deberían ser alabados por tal cosa).

Son expresiones de sexismo benevolente las frases:

  • “falta un toque femenino en esta casa” que da por sentado que apenas mujeres (cis) tienen la capacidad de cuidar de una casa, al tiempo en que exime de responsabilidades a los hombres (cis) con este tipo de tareas;
  • las mujeres tienen un don especial para cuidar de bebés recién nacidos”.

Sexismo contra personas del género masculino (hombres cisgénero)

Cuando se da por sentado que a los niños (por ser asignados al género masculino) le tienen que gustar los deportes y, por tanto, son forzados durante su socialización a identificarse con estos, o son juzgados y hostilizados cuando muestran un desinterés.

Cuando se presume que los hombres deben poseer un cúmulo de recursos financieros y se condiciona el afecto hacia los mismos a la disponibilidad de dinero u otros bienes materiales, se está operando en una clave sexista. En este sentido los hombres que no se adecuen a este mandato pueden sufrir diversos tipos de puniciones sociales.

La diferencia entre sexismo y machismo: El machismo tiene como núcleo fundamental la idea de la superioridad masculina como forma de subyugación de las mujeres (cis).

manifestación con banderas trans
Manifestación con banderas trans: Imagen: Nonardo Perea / Alas Tensas

Cisexismo

Debemos la creación de este término al movimiento transfeminista contemporáneo.

El cisexismo se caracteriza por la intersección entre las normas sexistas de género (que establecen jerarquías culturales entre hombres y mujeres) y la normatividad cisexista que establece jerarquías y desigualdades entre personas cis y personas trans, travestis, no binarias. Un ejemplo de esto último es el argumento que intenta prohibir que personas trans tengan acceso a políticas públicas de dignidad menstrual o que tengan acceso a baños públicos, por considerar que «no son mujeres biológicas».

Hay que tener en cuenta que el cisexismo se manifiesta en prejuicios en contra de hombres y mujeres trans. Y esos prejuicios y desigualdades tienen una amplia repercusión en la legislación, en leyes retrógradas que vulneran los derechos de las identidades trans.

Es importante contar con este término, no sólo para distinguir las discriminaciones contra personas que no son cisgénero, sino porque él abarca otras dimensiones que no siempre son consideradas cuando hablamos de transfobia.

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[1] Cuando hablamos de Occidente englobando principalmente a Europa (e incluyendo en algunos casos a Estados Unidos) nos referimos a una división geopolítica (no exactamente geográfica) que denota la imposición de normas, prácticas, cosmovisiones y formas de organización social europeas, como resultado de la colonización. Para profundizar en este debate recomiendo el libro de Edward Said, O orientalismo. Oriente como invenção do Ocidente (versión en portugués) http://resistir.info/livros/orientalismo_e_said.pdf 

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