La poesía de Akiko Yosano, profundamente sensual y libre de prejuicios, cambió para siempre la forma en que los japoneses entendían la sexualidad femenina.
Ajena a poses y estruendos, casi con discreción, Aimée González Bolaños logró esa difícil síntesis entre sensibilidad e inteligencia que define a los grandes poetas.
Sylvia Plath dio un giro radical a la forma de abordar la vida de la mujer contemporánea en la literatura y fue una de las fundadoras de la poesía confesional del siglo XX.
Los barrotes de la cárcel de Leningrado se cubrían de lodo y nieve y fuego y nieve y sangre y nieve… Silencio y nieve.
Introspección honesta de parte de Roxana Sobrino sobre el paso del tiempo y los cambios físicos que conlleva superar los 40 años.
En su poesía, Alice Walker muestra la fuerza, la sensibilidad y el carácter activo de las mujeres negras en la cultura y la historia de su país.
En su poema “El acosador”, López Amaya ahonda en una experiencia atroz compartida por muchas mujeres, y en su profunda huella psicológica.
Rosario Ferré integra con maestría los logros de la tradición literaria con una mirada crítica a los retos que enfrenta la mujer en la actualidad.
La poesía de Dorothy Parker deja ver esa rara mezcla de ligereza y profundidad con que se imponía como una mujer libre y segura de sí.
En la poesía de Sophia de Mello la brevedad se vuelve hondura y las circunstancias vitales de las que nace el poema adquieren una dimensión universal.