Galería | La economía sumergida del cubano

Un amplio sector social no tiene acceso a divisas extranjeras, privilegios de remesas o a un centro de trabajo donde se pueda "resolver".

Venta de garaje permanente en la sala de estar de una antigua vivienda colonial en Camagüey. Fotos: Sol García Basulto

Cuba atraviesa una de las crisis económicas más duras de su historia. En el último año ha perdido el 13 % de su Producto Interno Bruto (PIB) y marcado una tasa de inflación de cuatro dígitos en el mercado informal, el 6.900 %, según cifras oficiales. Estos números agravan los registros económicos de las últimas décadas, solo superados por el peor decrecimiento de su historia, equivalente al 14 % del PIB en el año 1993. En cuanto a la inflación se presume como la más alta de todos los tiempos, aunque los datos del período especial no fueron calculados o no son públicos, pero se recuerdan expresados en el precio de productos de primera necesidad como los alimentos, actualmente rebasados.

En consecuencia, un amplio sector social que no tiene acceso a divisas extranjeras, privilegios de remesas o a un centro de trabajo donde se pueda «resolver» (como se le llama vulgarmente al desvío de recursos estatales en Cuba) sufre extrema pobreza. Las alternativas de empleo no representan una solución debido a los bajos salarios que, aunque fueron incrementados en el último año, siguen sin garantizar la solvencia económica del cubano promedio. Menos aún se puede vivir con una pensión de retirado o seguridad social, y con la devaluación de la moneda nacional, los ahorros que algunos reservaban para su vejez son irrelevantes.

Con tales estadísticas la pregunta sobra: ¿Cómo están viviendo los cubanos que no reciben ayuda del extranjero, y que no pueden robarle unas libras de arroz al gobierno? Pues bien, se han hecho habituales métodos extraordinarios de generación de ingresos. La mayoría de ellos no declarados oficialmente, y fuera del reporte tributario. Vendedores ambulantes, mensajería, ventas de garaje con sentido permanente, reciclaje de materias primas, cría de animales domésticos en zonas urbanas y otras por el estilo, son algunas de las formas aún honestas que los cubanos encuentran para sobrevivir. Actividades que además realizan con muy bajos medios o recursos, como bicicletas antiguas, artefactos improvisados y materiales normalmente desechables en sociedades desarrolladas. 

Una economía sumergida es un concepto referido a las actividades extraoficiales realizadas por una sociedad. En Cuba, actualmente, es la única estrategia de supervivencia para los más pobres de la isla.

De esta manera, se dan en el día a día imágenes que fácilmente pueden ilustrar cómo subsisten cubanos en desventajas.

Persona con discapacidad visual que se dedica a la venta ambulatoria de bolsas artesanales, confeccionadas con envases industriales.
Adulto mayor durante el reciclaje y traslado de papel, desde los almacenes del gobierno hasta los centros de compra de materias primas.

Abuelos revendiendo periódicos después de adquirirlos en los estanquillos oficiales.

Vendedor ambulante de flores.

Jaula para la cría de aves domésticas tomando el aire en una calle céntrica de la ciudad de Camagüey.
Persona de la tercera edad volviendo a su casa bajo la lluvia y con frutas restantes, después de una jornada comercializando el producto.
Medio de transporte común entre los vendedores ambulantes.

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