Suicidio es su nombre, y es más que una “lesión autoinfligida”
Según la OMS, más de 800.000 personas mueren por suicidio cada año, lo que equivale a una persona cada 40 segundos. Los hombres aportan tasas de suicidio más altas, pero las mujeres marcan mayor cantidad de intentos.
El suicidio es un tema que ha intrigado, conmovido y desconcertado a la humanidad a lo largo de los siglos. Su interpretación ha estado influenciada por factores culturales, religiosos, filosóficos y científicos que han variado significativamente según ha transcurrido la historia. Acto de honor, pecado, signo muy mal visto de locura…, las actitudes hacia el suicidio han evolucionado y se han vuelto hoy más “comprensivas” y operantes, pero siguen generando estadísticas de alarma.
En España, por ejemplo, se elevó a récord la cifra de 4.079 muertes por esta causa a lo largo de 2022, lo cual supone más de once suicidios diarios. Cada 10 de septiembre, desde 2003, es objetivo del Día Mundial de la Prevención del Suicidio, visibilizar estas cifras y realizar un llamado a la acción que permita frenar esta tendencia tan grave en la población actual.
El suicidio en estadísticas
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 800.000 personas mueren por suicidio cada año, lo que equivale a una persona cada 40 segundos. Es la segunda causa de muerte en personas de 15 a 29 años.[1]
"Aunque las tasas de suicidio son generalmente más bajas en las mujeres, los intentos de suicidio son más comunes entre ellas."
Es importante tener en cuenta que las tasas de suicidio pueden variar significativamente según el país y la región, y estas estadísticas se basan en datos generales que pueden cambiar con el tiempo.
Desde una perspectiva global podríamos ver que, por edades, el suicidio es una de las principales causas de muerte en adolescentes y adultos jóvenes. La exposición al bullying, los manejos familiares disfuncionales, el consumo de sustancias psicoactivas y los entornos sociales, pesan como desencadenantes. Las personas mayores también tienen un riesgo elevado de suicidio, especialmente en países con poblaciones envejecidas. La soledad, la pérdida de seres queridos y los problemas de salud mental pueden contribuir al crecimiento de esta tendencia.
Desde el punto de vista del género, la OMS apunta que, en la mayoría de los países, los hombres aportan tasas de suicidio más altas que las mujeres. Esto podría deberse, en parte, a que los hombres tienden a utilizar métodos más letales, como armas de fuego, o a que suelen hablar menos de sus asuntos íntimos y emocionales. Quizá por eso, por una tendencia a compartir y expresar sus problemas, e incluso ser más dadas a pedir ayuda, las tasas de suicidio en las mujeres son generalmente más bajas, pero los intentos de suicidio son mayores.
Las causas del suicidio son múltiples y, determinantes, según la persona y su situación individual. Es importante tener en cuenta que el suicidio generalmente es el resultado de una combinación de factores, y no de una única causa. Algunas de las causas comunes del suicidio son:
"La sensación de que las circunstancias nunca mejorarán y la falta de esperanza en el futuro pueden llevar a algunas personas a considerar el suicidio como una opción."
Problemas de Salud Mental: Los trastornos mentales, como la depresión, la ansiedad, el trastorno bipolar y la esquizofrenia, pueden aumentar significativamente el riesgo de suicidio. Las personas que luchan con estos trastornos a menudo experimentan un profundo sufrimiento emocional y pueden sentir que el suicidio es la única salida.
Sentimientos de desesperanza: La sensación de que las circunstancias nunca mejorarán y la falta de esperanza en el futuro pueden llevar a algunas personas a considerar el suicidio como una opción.
Problemas Relacionales: Conflictos familiares, divorcios, separaciones, la pérdida de seres queridos o problemas en las relaciones personales pueden contribuir al riesgo de suicidio. Las relaciones fracturadas o abusivas pueden ser especialmente difíciles de manejar emocionalmente.
Factores Sociales y Económicos: El desempleo, la pobreza, la discriminación y otros factores socioeconómicos pueden desencadenar sentimientos de desesperación y desesperanza que aumentan el riesgo de suicidio.
Las tasas de suicidio pueden variar significativamente de una región a otra debido a diferencias culturales, económicas y sociales. Es importante destacar que las cifras de suicidio pueden ser subestimadas debido al estigma asociado y la falta de registro en algunos países. Las tasas de suicidio tienden a ser más altas en países de Europa del Este, Asia Central y Oceanía. Por ejemplo, Lituania, Rusia y Guyana suelen tener algunas de las tasas más altas de suicidio en el mundo.
"Lesiones autoinfligidas" en Cuba
Según algunas estadísticas disponibles, la tasa de suicidios en Cuba es de 14,11 por cada 100.000 habitantes, por encima del 9,49 que es la media a nivel mundial. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ubica a Cuba en el séptimo lugar en la región. La mayor cantidad de casos se ha registrado entre personas mayores de 60 años, y el 70% de ellos son hombres.
La periodista Claudia Padrón Cueto, en un artículo para Cubanet, basado en los informes de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) y los Anuarios Estadísticos de Salud, plantea que en Cuba mueren aproximadamente cuatro personas cada día por “lesiones autoinfligidas”. La periodista llama la atención acerca del término eufemístico con que se maneja el suicidio, y agrega que, entre 2014 y 2020, casi 9 000 personas murieron de esta manera en el país.[2]
"Cuba es el segundo país de la región con mayor cantidad de personas con desórdenes depresivos, casi 600.000 casos."
El suicidio figura entre las 10 principales causas de muerte en Cuba, según aseguró el ministro de Salud Pública de la isla, José Ángel Portal Miranda, durante el balance realizado por el sector en mayo de este 2023. También mencionó que Cuba es el segundo país de la región con mayor cantidad de personas con “desórdenes depresivos”, casi 600.000 casos, solo superados por Brasil.
Es importante señalar que ya desde mediados del siglo XIX, en la isla, todavía colonia española, se registraba uno de los índices más altos de suicidios del mundo. En 1950 se contabilizaban ocho veces más suicidios que en México, y a partir de 1970 las tasas de suicidio aumentaron hasta colocarse entre las primeras a nivel mundial. Pero en 1993, durante el llamado Período Especial, se suicidaron 2.374 personas; esta ha sido una de las cifras más altas en las últimas seis décadas.[3]
En lo que va de 2023 las Redes Sociales han dado cuenta de más de 10 suicidios en Cuba, entre ellos los de varios jóvenes.
El suicidio puede evitarse
En primer lugar, habría que tratar el suicidio como lo que es: una causa de muerte no natural que se promueve por situaciones diversas. Dentro de estas influye el medio y la sociedad, además de los factores de predisposición que puedan tener las personas.
"La soledad, la pérdida de seres queridos y los problemas de salud mental pueden contribuir a la tendencia en alza del suicidio .
Las políticas públicas, los ministerios de salud pública y sus programas nacionales, los grupos de apoyo y las distintas plataformas que se ocupan de visibilizar el fenómeno, deberían trabajar más de la mano. Estas alianzas ayudarían a disminuir y frenar los posibles desencadenantes y la realización misma de un acto que no sólo afecta al individuo que llega a sentir esta necesidad, sino a millones de familias en el mundo.
La prevención del suicidio tiene que ser una prioridad de salud pública. Se requieren medidas urgentes para reducir las tasas de mortalidad por esta causa. “Crear esperanza a través de la acción” es el tema trienal del Día Mundial para la Prevención del Suicidio de 2021-2023. Su objetivo es llamar la atención acerca de que hay una alternativa al suicidio, y esta no puede implementarse si no es a través de la realización de acciones y la toma de conciencia acerca de la marca social que representa y cómo hay que sensibilizarse con ello.
No necesitamos palabras que hagan menos difícil de mirar una tendencia tan desconcertante. Necesitamos llamarlo por su nombre y conmover, sí, conmover, que etimológicamente significa impulsar, agitar… tomar acción, movernos al respecto.
[2] Cubanet, 3 de noviembre, 2021.
[3] El Periódico Español,11 de mayo, 2023.
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