Arte │ Entre el reconocimiento y la resistencia: Artemisia Gentileschi

Mientras unos elogiaban el talento excepcional de Artemisia Gentileschi, a otros les costaba aceptar que una mujer manejara el pincel con tanta libertad.

| Multimedia | 20/09/2025
Artemisia Gentileschi: "Autorretrato como la alegoría de la pintura" (1638-1639).
Artemisia Gentileschi: "Autorretrato como la alegoría de la pintura" (1638-1639).

Artemisia Gentileschi dominaba con maestría absoluta el estilo caravaggista que desde su infancia aprendió de su padre. Sabía construir volúmenes con una precisión anatómica notable, fruto de su conocimiento directo del cuerpo humano, algo poco común entre las mujeres de su época. Su manejo del claroscuro era excepcional, creando composiciones de gran intensidad emotiva, y su uso del color, con preferencia por los rojos, los dorados profundos y los azules vibrantes, potenciaba el dramatismo de las escenas, casi siempre únicas por la fuerza y el carácter que Artemisia imprimía a sus personajes femeninos.

Ruptura y resistencia: Artemisia frente a la tradición

Todo esto la hacía una artista muy singular en el siglo XVII italiano, como lo habían sido antes Lavinia Fontana y Sofonisba Anguissola, e incluso más, por la evidente ruptura con los estereotipos que implicaba su tratamiento de la mujer en sus pinturas. Sus contemporáneos no podían menos que admirar lo magistral de su técnica, pero atados a las contradicciones y los prejuicios de su tiempo, muchos llegaron a atribuir sus mejores obras a colaboradores masculinos o a la intervención de su padre. Les costaba aceptar sin más que una mujer manejara el pincel con tanta libertad y fuerza expresiva. Otros, sin embargo, elogiaron públicamente su habilidad, como Pietro da Cortona, y los mecenas más exigentes le encargaron obras, reconociendo implícitamente su talento.

Era, sencillamente, demasiado buena para ser ignorada, pero demasiado transgresora para que se la aceptara en un entorno donde los hombres dictaban las reglas. Y ese contraste entre reconocimiento y resistencia marcaría durante siglos la recepción de su obra. Por eso, tras su muerte, la vida y el trabajo de Artemisia fueron lanzados rápidamente en el olvido, y sólo entrado el siglo XX se la empezó a reconocer en su justo valor. Obras como Susana y los ancianos (1610), Judit decapitando a Holofernes (1614-1620), o María Magdalena en éxtasis (1620-1625), son hoy piezas emblemáticas no sólo del barroco italiano, sino del arte hecho por mujeres en todos los tiempos.

  • Artemisia Gentileschi: "María Magdalena en éxtasis" (1620-1625).
  • Artemisia Gentileschi: "María Magdalena Penitente" (ca. 1640).
  • Artemisia Gentileschi: "Mujer tocando el laúd" (1628-1629).
  • Artemisia Gentileschi: "Jael y Sísara" (1620).
  • Artemisia Gentileschi: "Sansón y Dalila" (1630-1638).
  • Artemisia Gentileschi: "Alegoría de la pintura" (1620-1630).
  • Artemisia Gentileschi: "Ester ante Asuero" (1628-1635).
  • Artemisia Gentileschi: "El baño de Betsabé" (1650).
  • Artemisia Gentileschi: "Judith decapitando a Holofernes" (1614-1620), detalle.
  • Artemisia Gentileschi: "Venus dormida" (1625-1630).

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