Dulce María Loynaz sintetiza en sus versos su imagen de familia, surgida, por supuesto, de la propia experiencia.
El “Poema XXIV”, de Dulce María Loynaz, pertenece a su libro "Poemas sin nombre" (1953). La poeta cubana fue Premio Cervantes en 1992.
En “Últimos días de una casa”, el último poema de Dulce María Loynaz, la casa es una mujer que sufre el olvido a que ha sido condenada.
"La huella que deja la creación literaria de Dulce María Loynaz entre las nuevas generaciones sobrepasa los límites de la tradición cubana, crece, y se imprime de manera notable en el panorama hispanoamericano, como uno de los misterios más auténticos que han aportado las letras de la isla."
La poesía de Dulce María Loynaz trasciende las modas estéticas para expresar lo esencial y duradero en la experiencia humana y femenina.
La novela "Jardín" de Dulce María Loynaz se ha convertido en un mito de la modernidad; 70 años después de ver la luz, mantiene la vocación simbolista y universal que animó a su autora.