La incoherencia en el discurso cubano: ¿derechos o alianzas?

“Al alinearse con regímenes que promueven la homofobia y el machismo, Cuba envía un mensaje ambiguo, sus compromisos parecen meras formalidades.”

| Escrituras | 22/10/2024
Protestas contra la homofobia institucionalizada en Rusia, diciembre de 2022.

El Estado cubano ha promovido internacionalmente una agenda progresista en cuanto a los derechos de las mujeres y personas LGBTIQA+. Sin embargo, la cercanía de Cuba con regímenes como Rusia, Venezuela e Irán, que promueven políticas conservadoras y discriminatorias, cuestiona la coherencia de su postura en igualdad y no discriminación a nivel internacional.

Ambos países, considerados “amigos” del gobierno cubano, han implementado políticas y discursos que no solo niegan los derechos de las mujeres y personas LGBTIQA+, sino que, además, los promueven activamente como amenazas al “orden tradicional”, en clara contraposición a los valores que Cuba asegura defender.

Russia Today en la televisión cubana: un canal de misoginia y homofobia

Bajo el liderazgo de Vladimir Putin, Rusia ha intensificado la criminalización de la comunidad LGBTQIA+. En 2013, se aprobó la “ley de antipropaganda gay”, que fue ampliada en 2022 para prohibir la promoción de relaciones no tradicionales y el cambio de sexo, afectando tanto a menores como a adultos. En julio de 2023, se aprobó una ley que restringe los derechos de las personas trans, prohibiendo intervenciones médicas y cambios en documentos oficiales, además de disolver matrimonios trans. En noviembre de 2023, el Tribunal Supremo declaró al movimiento LGBTQIA+ como una organización extremista, prohibiendo sus actividades en el país.

En Cuba se transmite Russia Today(RT), un canal de televisión ruso alineado con las políticas represivas del gobierno de Vladimir Putin, que promueve abiertamente posturas ultraconservadoras, patriarcales y homofóbicas. Esto resulta contradictorio, ya que la Constitución cubana prohíbe la discriminación por motivos de género u orientación sexual en su artículo 42, y el Código de las Familias legaliza tanto el matrimonio como la adopción por parejas del mismo sexo. Además, el Código reconoce la diversidad de estructuras familiares, promueve la igualdad de género y la corresponsabilidad en el cuidado de los hijos, y establece medidas contra la violencia de género, garantizando los derechos reproductivos de las mujeres dentro de un marco progresista e inclusivo. Sin embargo, RT se emite 24 horas al día en la televisión nacional, exponiendo a la audiencia cubana a una agenda mediática que contradice abiertamente los principios de igualdad y diversidad que el gobierno cubano afirma defender.

El médico y activista cubano Alberto Roque, Máster en Bioética y defensor de los derechos sexuales en Cuba, denunció en sus redes sociales un episodio reciente de RT, emitido el 3 de septiembre de 2024 en el programa “Impacto Directo” y titulado “Voto con testosterona”. Su conductor, Rick Sánchez, abordó el papel de los hombres en la política desde una perspectiva profundamente patriarcal. En este episodio se defendió la idea de que la “fuerza masculina” es esencial para mantener el orden en la sociedad, desestimando las luchas feministas y los movimientos LGBTQIA+ como “debilidades” que atenúan la estructura social.

La plataforma Les Apostates también utilizó sus redes sociales para denunciar la retransmisión del programa “El Zoom”, de Russia Today, conducido por Javier Rodríguez Carrasco, titulado “Occidente: civilización en decadencia”. Este episodio, emitido originalmente el 24 de mayo de 2024 y retransmitido el 16 de octubre en Cuba, destacó las críticas del canal hacia lo que considera la “decadencia moral” de Occidente, debido a su apertura a la diversidad sexual y los derechos de género. El programa defendió una visión conservadora y heteronormativa, alineada con los valores tradicionales que RT promueve. En respuesta, Les Apostates expresó: “Es inadmisible que esta carga de prejuicios, homofobia, transfobia y discriminación se transmita a toda la población cubana con total impunidad”.

Esta transmisión ininterrumpida en la televisión cubana resalta la hipocresía del gobierno de la isla, que mientras se presenta como un defensor de los derechos de género y diversidad sexual en foros internacionales, sigue permitiendo la difusión de contenidos profundamente reaccionarios que socavan los principios de igualdad que dice defender en el ámbito internacional.

TeleSur y la agenda conservadora de Nicolás Maduro

Tarek William Saab en TeleSur, abril de 2024.
Tarek William Saab en TeleSur, abril de 2024.

Venezuela, otro de los aliados clave de Cuba, es un país donde la situación de los derechos humanos, en particular los derechos de las mujeres y la comunidad LGBTIQA+, es extremadamente precaria. El Gobierno de Nicolás Maduro ha adoptado una postura abiertamente conservadora y, aunque la Constitución venezolana establece la igualdad ante la ley en su artículo 21, no incluye expresamente la prohibición de discriminación por motivos de orientación sexual o identidad de género.

En lugar de implementar políticas que garanticen el reconocimiento y la protección de los derechos de las personas LGBTIQA+, el gobierno venezolano ha priorizado una visión patriarcal que excluye estas luchas. Un ejemplo de esta postura regresiva se evidenció en la emisión No. 54 del programa “Con Maduro +”, denunciada por la plataforma Les Apostates. En este episodio, transmitido en toda Cuba a través del canal TeleSury posteriormente retirado de sus plataformas digitales, Nicolás Maduro critica las ceremonias de apertura y clausura de los Juegos Olímpicos de París 2024, señalando que incluyeron “símbolos horribles” y “simbología satánica” y califica los actos como una “burla arrogante y humillante” hacia Jesús de Nazaret, haciendo referencia a La Última Cena. Para respaldar sus comentarios y como parte de su denuncia, mostró varios fragmentos de la ceremonia, incluyendo una parte de arte Drag.

A este discurso se suman las preocupantes recientes declaraciones del fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, quien calificó a las personas trans como “aberraciones humanas”. Estas expresiones de odio, emitidas desde altos cargos del Estado, han encendido alarmas entre activistas de derechos humanos, quienes señalan que dichos discursos profundizan los estigmas y vulneran aún más a una comunidad ya marginalizada en Venezuela, un país que presenta escasos avances en materia de derechos LGBTIQA+. Los activistas critican particularmente la peligrosa e infundada conexión que Saab hizo entre las personas trans y la pedofilia, lo cual refuerza la intolerancia y contribuye a un ambiente de mayor discriminación.

Estas declaraciones no solo legitiman la homofobia y el patriarcado dentro de la sociedad venezolana, sino que además consolidan los roles de género tradicionales, frenando cualquier posibilidad de progreso significativo en términos de derechos para las personas LGBTQIA+ y las mujeres en el país.

A pesar de la postura discriminatoria de Venezuela, Cuba continúa defendiendo al gobierno de Maduro ante la comunidad internacional, lo que genera una notable contradicción entre el discurso progresista que promueve en foros como la Convención para la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la mujer (CEDAW) y sus alianzas estratégicas.

En su informe ante la CEDAW, en el 89º período de sesiones celebrado del 7 al 25 de octubre de 2024 en Ginebra, Cuba resaltó avances en igualdad de género y reafirmó su compromiso con la Agenda de Género 2024 de Cuba. Esta agenda busca erradicar la violencia y discriminación contra mujeres y personas LGBTQIA+, y es vista como un paso importante hacia la consolidación de un marco legislativo inclusivo en Cuba. Sin embargo, la hipocresía política cubana es evidente cuando se compara su promoción internacional de los derechos de género con su silencio ante las violaciones de derechos en Venezuela.

Irán un aliado incómodo

Seyed Ebrahim Raisi junto a Miguel Díaz-Canel en La Habana, junio de 2023.
Seyed Ebrahim Raisi junto a Miguel Díaz-Canel en La Habana, junio de 2023.

Irán es conocido por su fuerte represión hacia las personas LGBTIQA+. En ese país, la homosexualidad es ilegal y castigada con pena de muerte, lo que sitúa a Irán como uno de los lugares más peligrosos para dicha comunidad. Según un informe de Human Rights Watch, las personas que son percibidas como homosexuales enfrentan detenciones arbitrarias, torturas y, en casos extremos, la pena de muerte. Este informe detalla que la discriminación y la violencia hacia las minorías sexuales en Irán no solo son toleradas por el Estado, sino que están institucionalizadas en su marco legal, y apoyadas por políticas gubernamentales. Los castigos son brutales y las personas transgénero, aunque pueden someterse a cirugías de reafirmación de género, el gobierno de Irán ha empleado la cirugía de reafirmación de género como un medio para reforzar la heteronormatividad en la población homosexual. Las autoridades obligan a personas gays y lesbianas a someterse a operaciones de cambio de sexo, ya que consideran esta intervención como la única forma aceptable de tratar la transexualidad dentro del país.

La represión en Irán no se limita a las personas LGBTIQA+. Las mujeres también son víctimas de políticas extremadamente restrictivas y patriarcales. Según Amnistía Internacional, las leyes iraníes son explícitamente discriminatorias hacia las mujeres en áreas clave como el matrimonio, el divorcio, la custodia de los hijos y el empleo. Además, la obligación del uso del velo en público es una de las manifestaciones más visibles de la opresión de género en el país.

Cuba mantiene un fuerte vínculo político con Irán, especialmente en términos de solidaridad frente a las sanciones impuestas por Estados Unidos. En varias ocasiones, los gobiernos de ambos países han subrayado su cooperación en foros internacionales, reforzando su alianza frente a lo que consideran una política imperialista de Estados Unidos. En junio de 2023 el presidente cubano, dio la bienvenida a su homólogo iraní y la delegación de alto nivel que le acompañaba y dijo que esta visita fue “muy significativa y una prueba de los valores y posiciones comunes que comparten ambas naciones”.

Esta alianza, sin embargo, plantea una contradicción insalvable en la política exterior cubana. Cuba se presenta como un defensor de los derechos de las mujeres y la comunidad LGBTIQA+ con programas y leyes como el Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres (PAM), las Consejerías para la atención a la violencia en las Casas de Orientación a la Mujer y la Familia, la Estrategia integral de prevención y atención a la violencia de género y en el escenario familiar, el Protocolo de Actuación ante situaciones de discriminación, violencia y acoso en el ámbito laboral, el Observatorio Cubano de Igualdad de Género (OCIG), el mencionado Código de las Familias, entre otros.

No obstante, los valores compartidos con un país como Irán, que viola de manera sistemática estos derechos, generan dudas sobre la autenticidad del discurso cubano en cuanto a la igualdad y la no discriminación. La pregunta inevitable es: ¿cómo puede Cuba justificar su relación con regímenes que promueven abiertamente la opresión de las mismas comunidades que la isla dice proteger?

El reto de la coherencia en el discurso cubano

Miguel Díaz-Canel en Russia Today, noviembre de 2022.
Miguel Díaz-Canel en Russia Today, noviembre de 2022.

La aparente dicotomía entre lo que Cuba afirma defender y lo que efectivamente apoya pone de manifiesto una importante incoherencia en sus políticas de género. En escenarios internacionales, como las sesiones de la Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) o la presentación de su Agenda de Género 2024, Cuba se posiciona como un país comprometido con la igualdad de género, la protección de las mujeres y la inclusión de la comunidad LGBTIQA+. Sin embargo, esta narrativa se ve contradicha por la realidad que enfrenta su ciudadanía, donde se tolera, y en algunos casos incluso se promueve, la difusión de contenidos mediáticos y alianzas internacionales que perpetúan la discriminación, el machismo y la violencia de género.

La transmisión continua de Russia Today y TeleSur en la televisión cubana, canales que defienden posturas ultraconservadoras, homofóbicas y patriarcales y la estrecha relación con gobiernos como los de Rusia, Venezuela e Irán, refuerzan el patriarcado y legitiman discursos que están en clara oposición a los principios constitucionales de no discriminación.

Esta contradicción no solo pone en entredicho la sinceridad del discurso internacional de Cuba, sino que también afecta negativamente los avances en materia de derechos humanos y de género dentro de su propio territorio. Las personas en situación de vulnerabilidad, especialmente las mujeres y la comunidad LGBTIQA+, son las más perjudicadas cuando el Estado cubano mantiene alianzas con países que activamente rechazan la igualdad y los derechos de las minorías. Al alinearse con regímenes que promueven la homofobia y el machismo, Cuba envía un mensaje ambiguo, donde sus compromisos internacionales parecen ser meras formalidades, mientras que en la práctica sus acciones reflejan la preservación de estructuras conservadoras y patriarcales.

Es imprescindible que el Estado cubano adopte una postura crítica frente a sus aliados internacionales, como Rusia y Venezuela, y que evalúe el impacto de estas relaciones en sus propios compromisos con los derechos humanos. Cuba debe dejar de permitir la transmisión de contenidos que contradigan los principios constitucionales que afirman proteger la igualdad y la no discriminación. De lo contrario, su discurso internacional seguirá siendo percibido como una estrategia vacía y oportunista, diseñada para obtener beneficios geopolíticos más que para defender los derechos fundamentales de las personas.

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