Poesía cubana | Desde un velero blanco vislumbro «La mujer sentada»

"Su mano cae sobre la falda oscura. Su mano pareciera en un instante alzarse y mirar, más allá de los techos aburridos, dos velas blancas que no se traga el horizonte".

| Escrituras | 26/08/2023
Mujer sentada (1936), óleo del pintor cubano Víctor Manuel (La Habana, 1897- La Habana, 1969)
"Mujer sentada" (1936), óleo del pintor cubano Víctor Manuel (La Habana, 1897- La Habana, 1969)

Qué está soñando esta mujer, profundamente doblada como un gato; o es el gato negro quien está profundamente arqueado como ella, a la sombra del taburete. Su mano cae como un abanico cerrado sobre la falda oscura. Su mano pareciera en un instante alzarse y mirar, más allá de los techos aburridos, dos velas blancas que no se traga el horizonte.

Qué sólida melancolía los ojos rasgados de esta mujer, inclinada sobre una juventud que ya le abruma. Sólo su mano inquieta en el rubor apagado que la envuelve, apenas ella, pareciera romper el equilibrio de su cuerpo ovillado por el tedio, que nada espera.

Qué distinto todo si al ladear un tanto la cabeza, contemplara las velas blancas allá, donde el sol teje sus círculos, tan alcance de los sueños; si al desplegar su mano larga y nerviosa, embistiera la aplastante armonía que la envuelve, hasta perderse tras las dos velas blancas, que la miran como dos senos recién espigados…

Este poema de Ileana Álvarez, pertenece a su libro Consagración de las trampas y se inspira en la obra «Mujer sentada» (1936), del pintor cubano Víctor Manuel.