Especial 11J | Siete poetas cubanas leen a María Cristina Garrido

María Cristina Garrido, poeta y activista de Quivicán, fue arrestada el 12 de julio, por ser parte de las manifestaciones pacíficas del 11J. Cumple una condena de 7 años de privación de libertad.

Lectura coral del poema "Examen de tiempo" de María Cristina Garrido

María Cristina Garrido, activista por los Derechos Humanos y escritora, fue detenida el 12 de julio de 2021, junto a su hermana Angélica, tras participar en las manifestaciones del 11J en Quivicán. María Cristina fue arrestada de forma violenta, y estuvo incomunicada durante 18 días tras su detención.

En un testimonio concedido a Radio Martí, el esposo de Angélica, describió el arresto de ambas de la siguiente manera: «las introdujeron en el auto que las llevaría para la PNR (Policía Nacional Revolucionaria), como ahí no hay testigos, fueron agredidas por tres o cuatro ‘mastodontes’ de 220 libras contra ellas dos de 110 libras. A Angélica le tuercen los dedos hacia atrás (…) provocándole una fractura; (…) y a María Cristina le empujan la cabeza con las manos hasta pegarle la cabeza con los pies dentro del auto, parece que para que no gritaran —tenían miedo de que ellas alzaran su voz— en una de esas acciones de tortura».

En enero de 2022, cuando se celebró el juicio de María Cristina Garrido, su esposo relató al medio Radio Martí que el régimen se había basado en falsos testimonios de agentes de la policía y de otras personas que fungieron como testigos.

Con una petición fiscal de 15 años de privación de libertad, en marzo de 2022 el Tribunal Provincial de Mayabeque entregó la sentencia firme de María Cristina, cumpliría una condena de 7 años.

A finales de mayo se celebró el juicio de apelación en el mismo tribunal, con un fuerte despliegue policial en sus inmediaciones, según informó un familiar de María Cristina.

Y pese a que la abogada Odalis Zarza, intentó argumentar que María Cristina no había cometido delito alguno, y que durante el proceso el judicial se habían cometido errores técnicos, la sentencia de 7 años le fue ratificada.

María Cristina Garrido, madre, opositora, escritora de 41 años de edad, se encuentra recluida actualmente en la prisión del Guatao, donde la han sometido a todo tipo de castigos, prohibiciones de visitas y llamadas de familiares, ostracismo, y donde apenas puede escribir. Desde la prisión, logró sacar una carta a los «Cubanos todos» donde expresaba su orgullo por haber formado parte de los acontecimientos del 11J, y denunciaba los horrores que enfrentan personas como ella dentro de las cárceles cubanas:

«El día 11 de julio demostramos valentía, decisión, ruptura con el silencio de los años; demostramos unanimidad y pluralismo, pues a la calle salieron jóvenes, adultos, ancianos, universitarios y campesinos, amas de casa y trabajadores, también dirigentes y hasta cuadros del partido para dar el sí a favor del derrocamiento de la dictadura y por una Cuba próspera y democrática«, expresó en la misiva.
«No nos sintamos derrotados por el hecho de que el régimen sigue ahí. Debemos estar preparados para enfrentar el sacrificio que demanda toda causa. Muchos ojos fueron abiertos para no cerrarse jamás, por eso somos más que ayer y mañana seremos más que hoy».

La carta culmina, sin lugar a dudas, con palabras esperanzadoras. Pero le costó a María Cristina numerosos días de castigo en una celda de aislamiento. Según declaró su esposo, Michael Valladares, también activista, la Seguridad del Estado le había argumentado que «el problema es que ella no se deja doblegar».

Carta de María Cristina Garrido, poeta presa política a «Cubanos Todos».

María Cristina, la poeta

En su afán de aplastar las libertades individuales y de expresión, los totalitarismos ponen todo su empeño. Los artistas lo sufren de manera muy significativa; conocen del poder movilizador del arte y de su capacidad para transparentar la verdad. El arte, la poesía, los asusta. No muchos saben que esa muchacha que salió a la calle el 11J alentando al pueblo de Quivicán con gritos de «¡Abajo la dictadura!», «¡Libertad!», «¡No queremos más hambre ni represión para el pueblo de Cuba!», que hizo ella misma la directa desde su cuenta de Facebook, es una poeta.

La poeta María Cristina constituye, sin dudas, un peligro mayor para el régimen, pues, a los cimientos de sus ideas, se une su condición de mujer poeta de sensibilidad y fuerza especiales. Su poema más «peligroso» se realizó con cada grito de «¡Libertad!, de ¡Patria y Vida! Un bofetón en la cara al poder que siempre se cree inalcanzable y seguro. Su voz ha pretendido ser silenciada, aún más por ser la voz de una mujer que disiente, que expresa sin temor su oposición en un espacio público dominado por hombres.

Gran parte de la obra de María Cristina fue incautada por el régimen en su casa de Quivicán, otra quedó dispersa, quizás sea difícil recuperar muchos de esos cuadernos en los que la poeta escribió sus preocupaciones con verso preciso, filosófico, intimista, e irreverente como su mismo andar en la vida. E

El escritor Manuel L. Mérida tenía en su poder los poemas que integran el libro Examen de tiempo publicado en este 2022 por Ilíada Ediciones, en su Colección Marejadas y que se encuentra a la venta en Amazon. La obra de María Cristina, salvo algunos poemas recogidos en antologías y en medios digitales permanecía inédita. Examen de tiempo es su primer libro.

Portada del libro de poemas de María Cristina Garrido.

La lectura de este conjunto de versos sorprenderá al más exigente de los lectores. Su poesía es audaz y contemporánea. Los grandes conceptos que han preocupado al poeta desde siempre, aquí aparecen en constante contrapunteo con un espíritu libre que no se conforma con verdades sabidas, recalentadas por la tradición o los modismos. La poeta en este Examen... subraya el desnudo, la equivocación, el claroscuro, la duda en temas como el tiempo, el amor, la pérdida, la muerte, Dios. Y Dios aparece constantemente cuestionado. Su condición de mujer aspira a desvestirse de cualquier corsé, en la misma medida que ha aprendido «a escribir escuchando a la vida«. Pues de eso se tratan su poesía y sus acciones, de estar atenta, despierta a lo que acontece a su alrededor y en sí misma, con «los ojos bien abiertos», jamás cerrados, siendo ella misma «su País», como diría en el poema «La profesional».

«María Cristina Garrido es Dulce María Loynaz hecha calle, protesta verbal«.

Amir Valle, director de Ilíada, ha dicho que en este libro «María Cristina Garrido revela un espíritu creativo muy original, seductor humanista y de genuino lirismo», y que la irreverencia de su sentido ético como mujer «consolida un universo de sensualidad, erotismo y rebeldía que la convierte en un nombre a tener en cuenta en la actual poesía cubana». Por su parte, Manuel L. Mérida que reside en Houston, Texas, realiza un sentido prólogo donde establece un paralelismo con la gran poeta Dulce María Loynaz. Una desde su encierro, nos dice, otra desde su rebeldía en la calle, están preservando su libertad y con ella la libertad de todos. «María Cristina Garrido es Dulce María Loynaz hecha calle, protesta verbal«, concluye.

No se puede tener la menor duda de la condena de muerte de un sistema que desprecia a sus poetas, los encarcela, los tortura, les obliga a gritar sus consignas vacías de ¡Viva la Revolución! y ¡Viva Fidel! como una humillación, les prohíbe comunicarse con sus hijos y familiares; les prohíbe escribir, expulsar su ira, sus temores, sus ideas, gritar sus sueños, y los arroja a las celdas más húmedas, más oscuras, más insalubres, más muerte.

Sobre la cárcel donde está recluida escribiría «El cementerio de los vivos», uno de los pocos poemas escritos en prisión que contiene este libro:

Estoy escribiendo este gemido ahora mismo

en una madrugada de presos y oprobios

donde las puertas suenan a llanto y olvido.

No puedo dormir.

Descubrí que es mejor escribir a estas horas

en que duerme el dolor ajeno

y el silencio suaviza la mente

y el espíritu.

La noche es mi acicate,

aunque es el mayor peligro.

Los médicos sin bata y sin vocación

huyen de los ruegos

y temo morir en un largo dolor inesperado.

A este lugar lo llamamos El Cementerio De Los Vivos.

Aquí se entierra sin enterrador la justicia

inexorable de la patria

como si se enterrara el crimen de un niño

o de una flor.

(…)

María Cristina se inscribe en la ya larga y vergonzosa lista de poetas encarcelados por sus ideas en regímenes totalitarios. Y que pese al oprobio, permanecen e iluminan nuevos caminos de Libertad.

Alas Tensas convocó a un grupo de poetas cubanas a una lectura coral de su poema «Examen de Tiempo», que abre a manera de prefacio su libro homónimo. Se ha querido invitar a poetas de diversas generaciones y de varias ciudades del exilio cubano. Una representación de esa «posibilidad infinita», de esos grafitis de Libertad, que constituye la poesía cubana sea cual sea la pequeña porción de este mundo que habite.

Juana Rosa Pita, en Boston; Zulema Gutiérrez, en Holguín; Gleyvis Coro e Ileana Álvarez, en Madrid; Katherine Bisquet, en Málaga; Legna Rodríguez, en Miami, y la poeta África Reina, en La Habana, Cuba, dan voz a sus versos, como un gesto de sororidad y empatía. Un gesto de VIDA que viene a reafirmar los últimos rasguños de este poema visceral de la poeta presa política María Cristina Garrido: «prohibido irme de este mundo / teniendo al tiempo como un pretexto / de muerte».


 
                                

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