Salud menstrual: la copa

Las mujeres cubanas sufren pobreza menstrual al no disponer muchas veces de los recursos suficientes para atravesar su menstruación. Las copas resaltan entonces como una solución útil y eficaz ante esta situación.

Damarys Benavides, María Gutiérrez Bascón y Sarahí García Gómez.
Damarys Benavides, María Gutiérrez Bascón y Sarahí García Gómez, coordinadoras de un taller sobre salud menstrual en Cárdenas que incluyó la donación de copas menstruales a las mujeres de la comunidad. / Imagen: Gessliam Suárez.

Una vez al mes busco en la gaveta de la ropa interior un estuche de tela. Pongo a hervir agua, abro el estuche y saco un objeto de silicona quirúrgica que dejo reposar en el jarro por cinco minutos, lavo mis manos y voy al baño. Me aseo y tomo la copa, la doblo en la forma establecida para que entre a mi vagina sin tropiezos. En unas cuatro horas debo sacarla, vaciar la sangre y lavarla para que esté lista otra vez. Gracias a esto tengo una cosa menos para preocuparme en un país que parece monumento al sacrificio.

Llego al parque donde una vez estuvo emplazada la tienda ´El Encanto´. María me espera. La reconozco por la ropa descrita minutos antes en WhatsApp. Me acerco y nos saludamos con tremenda alegría. Son las siete y cuarto de una mañana de sábado. Hablamos unos minutos antes que llegue el carro. Cerca de allí recogemos a Damarys y seguimos por todo malecón hasta salir a Prado, entrar al túnel y tomar la Vía Blanca.

Así empieza un viaje que ahora intento reproducir en palabras. En el camino, con el mar de fondo iluminando el paisaje que me entra por los ojos a través de la ventanilla, María Gutiérrez Bascón me cuenta un poco sobre sí misma y cómo surge la idea de donar ciento veinte copas menstruales a las mujeres de Cárdenas.

Nació en España y vive en Finlandia. Es doctora en Estudios Hispánicos y Luso-Brasileños por la Universidad de Chicago y ahora mismo trabaja en una investigación posdoctoral en la Universidad de Helsinki sobre cuestiones relativas al derecho a la ciudad y la justicia espacial en La Habana, por lo que viaja constantemente a Cuba y conoce de su realidad.

Las copas menstruales, útiles y eficaces

María se interesa por la situación de las mujeres cubanas. Ella forma parte de esas personas a las que le interesan cuestiones que otros deciden poner en pausa, delegando en el sistema soluciones que nunca parecen llegar. María conoce, porque ha escuchado a la mayoría de sus amigas que viven aquí quejarse, entre otras cosas, de la escasez de productos de higiene menstrual y lo difícil y estresante que les resulta conseguirlos cada mes y se le ocurre la idea de las copas menstruales como una forma útil y eficaz.

«…la experiencia comunitaria ´Wenilere Cardenense´, entre otras cosas, tiene como propósito fomentar estrategias que ayuden a la autogestión y mejoren la calidad de vida en la zona»

Le comenta al respecto a su amigo, el intelectual y activista matancero Alberto Abreu, coordinador de varios espacios comunitarios en Cárdenas, entre ellos la experiencia comunitaria ´Wenilere Cardenense´ que entre otras cosas tiene como propósito fomentar estrategias que ayuden a la autogestión y mejoren la calidad de vida en la zona.

Alberto le sugiere ponerse en contacto con Sarahí García Gómez, quien gestiona el proyecto ´Azabache´, también de Cárdenas. Le comenta que Sarahí comparte la misma inquietud y muchas veces le ha hablado sobre lo bueno que sería si allí se realizaran talleres con esta temática. Los tres comienzan a organizar una campaña con el objetivo de llevar a cabo la empresa.

De regreso a Finlandia se une a dos amigas (María José Carrasco y Outi Luova) y arman una colecta que logra recaudar fondos suficientes para ciento veinte copas menstruales. Ella misma las trae a Cuba.

Pobreza menstrual en Cuba

Mientras el carro se desliza por Vía Blanca escucho a María y me doy cuenta que el término pobreza menstrual, desconocido hasta el momento, nunca fue ajeno a mi experiencia de vida. Al igual que a la mayoría de las cubanas menstruantes me ha afectado la escasez.

En el país una gran parte de la población solo recibe los productos para higiene menstrual a través de la libreta de abastecimiento pues no tienen recursos para adquirirlos en otras tiendas donde también escasean y por si fuera poco los venden en una moneda casi imposible para muchas, por lo tanto tienen que vivir su experiencia desde la precariedad.

La distribución estatal de estos artículos de primera necesidad es insuficiente e inestable. En caso de marchar la producción que ni por asomo cubre la demanda, tampoco funcionan con precisión otros factores como el almacenamiento y transportación. Pueden pasar meses desde la última entrega de un paquete de almohadillas sanitarias, esas famosas Íntimas que se despegan y se deslizan al primer movimiento, a las que hay que sustituir con demasiada frecuencia porque el relleno es escaso y puedes terminar manchada.

Pienso en esto y escucho a María mientras cruzamos el Puente de Bacunayagua que nos deja ver un paisaje tan majestuoso como célebre. Damarys Benavides Criollo, desde su puesto en el asiento del copiloto, me hace volver a la realidad con una de sus ocurrencias. Ella es la encargada de impartir los talleres. Tiene experiencia en este tema.

Damarys Benavides Criollo y uVe-Cuba

Es codirectora de la organización uVe-Cuba fundada por la activista Sam Olazabal, que ha servido para impartir talleres sobre salud menstrual y donar copas menstruales en La Habana y otros lugares del país. Damarys me cuenta que su trabajo para y sobre la mujer surge desde que empezó a tomar conciencia de sí misma.

En su propia casa ha organizado varios conversatorios con enfoque de género con temáticas diversas que abarcan desde defensa personal, cuidado vaginal, maternidad y uso y cuidado de la copa menstrual. Por eso se sintió identificada con el proyecto y enseguida se ofreció a realizar los talleres. Pienso que es otra de esas personas a las que le interesan cuestiones que otros delegan a la inercia.

«Damarys es cantante, rapera, compositora, productora y artivista (…) está a tres asignaturas de graduarse en la Universidad de La Habana en Comunicación Social y que también ha estudiado fotografía, iluminación y sonido»

Damarys es cantante, rapera, compositora, productora y artivista. Me cuenta que está a tres asignaturas de graduarse en la Universidad de La Habana en Comunicación Social y que también ha estudiado fotografía, iluminación y sonido. Al parecer no se cansa de aprender y aprovechar todo esto para ayudar a otros. Miro sus trenzas azules y pienso en el mar, en el cielo.

Cárdenas

A San Juan de Dios de Cárdenas o simplemente Cárdenas como todos conocen a este municipio matancero de calles anchas, llegamos a media mañana. Alberto Abreu nos lleva a su casa. Es un hombre sencillo, me saluda como si nos conociéramos de toda la vida. No cuenta mucho sobre sí, no habla de su obra, sus libros y premios, prefiere atendernos, preguntar si queremos café, si estamos bien.

Mujeres durante el taller sobre la copa menstrual en Wenilere.
Taller sobre la copa menstrual en Wenilere. / Imagen: Gessliam Suárez.

Avanzamos hasta la sede de la experiencia comunitaria ´Wenilere Cardenense´donde vive Martha Guillén, madrina de María, miembro del grupo gestor de ´Wenilere´ y también líder del proyecto de afroemprendimiento Oshun So-l quien ofrece su vivienda siempre que lo necesitan. Bajo el árbol de mamoncillo se reúnen mujeres de la vecindad, personas humildes, casi todas negras.

Son madres, hijas, amigas, hermanas que me parecen bellas en su individualidad. Damarys comienza a hablarles con un lenguaje ameno, sin impostaciones. Es más bien un encuentro, un intercambio en un ambiente favorable donde todas preguntan, escuchan, ríen y comentan.

Mujeres asistentes al taller sobe la copa menstrual muestran con alegría las copas que les fueron donadas.
Mujeres beneficiadas por las copas menstruales donadas en Wenilere. / Imagen: Gessliam Suárez.

Utilizando una muestra ejemplifica sin eufemismos y paso a paso cómo doblar la copa de dos maneras para que entre y se acomode al cuerpo, la forma de sacarla, para qué sirve cada detalle, cómo y con qué lavarla. También aprenden a reconocer las diferentes medidas y así usar la que mejor se ajusta al físico y etapa de vida. Reconozco en esta charla muchos de mis errores del principio.

La importancia de la copa menstrual

Al parecer se logró el objetivo: crear interés y concientizar la importancia de la copa menstrual y a la vez desmontar el mito que incluye el tema en la lista “de esto no se habla”. Me sorprende la atención honesta, el interés. Me alegra que pregunten sin timidez. Al final, cuando cada una recibe su copa pienso lo mucho que me gustaría enterarme de cómo les fue.

Me gustaría también que les funcione y se sientan cómodas, que puedan olvidarse de hacer colas en farmacias o comprar a sobre precio un apósito que a fin de cuentas es mucho menos seguro y antihigiénico. ¿Puedo ir a la playa con ella puesta? ¿Puedo orinar sin problemas con eso adentro? ¿Cuándo sé que debo cambiarla?

Damarys les responde que esta opción es mucho más fácil y cómoda para ir a la playa, bailar, hacer deportes, usar todo tipo de ropa, que orinar no tiene ningún problema y el tiempo de vaciado y lavado depende de lo abundante que sea cada menstruación, nunca pasarse de las doce horas.

«…con la copa puedes analizar la cantidad, color y textura del sangrado y si se mantienen buenos hábitos de higiene y solo utilizas agua y algún jabón de PH bajo es posible conservarla por años»

Les dice que con la copa puedes analizar la cantidad, color y textura del sangrado y si se mantienen buenos hábitos de higiene y solo utilizas agua y algún jabón de PH bajo es posible conservarla por años. Las veo salir contentas con su trofeo. Algunas lamentan que alguien de su círculo cercano no pudiera estar, que sin falta en otra ocasión le avisan.

La Iglesia Presbiteriana Juan G. Hall y el proyecto ´Azabache´

Terminada la primera etapa es hora de ir a la Iglesia Presbiteriana que Sarahí y su esposo el Pastor Alison Infante lideran. Allí será la próxima conferencia. Nos despedimos de Martha Guillén y salimos a la calle.

Llegamos a la Iglesia Presbiteriana Juan G. Hall donde se encuentra la sede del proyecto ´Azabache´. Dentro del edificio hay una sala con estantes donde se exponen variados artículos de artesanía, y una bandera con los colores del arcoíris.

Damarys en un taller sobre la copa menstrual en la sede del proyecto Azabache, en la Iglesia Presbiteriana Juan G Hall.
Damarys en el taller sobre la copa menstrual en la sede del proyecto ´Azabache´, en la Iglesia Presbiteriana Juan G Hall. / Imagen: Gessliam Suárez.

Sarahí me cuenta que el objetivo principal de ´Azabache´ es educativo, que tiene como misión fomentar el análisis de la problemática racial en Cuba, la equidad, la inclusión, la justicia social, el antirracismo, la lucha contra cualquier tipo de discriminación desde el consenso y la alianza así como también crear espacios que involucren el afroemprendimiento, aspectos que coinciden con la misión que defiende ´Wenilere´.

Mujer sostiene una copa menstrual durante un taller.
Taller sobre la copa menstrual en Cárdenas, Matanzas, Cuba. / Imagen: Gessliam Suárez.

En ´Azabache´ se llevan a cabo festivales para jóvenes, niños y adolescentes con una visión donde la racialidad se replantea desde una postura que la empodera, donde se acepta y se disfruta la individualidad, creando además otras iniciativas como una escuela de saberes afro para hablar de la ancestralidad.

Preguntas sobre la menstruación

Mientras almorzamos Sarahí y Alison cuentan cómo la iglesia estuvo involucrada en una campaña a favor del Nuevo Código de la Familia. Siempre he creído que el amor a Dios forma parte de un todo donde no cabe ningún tipo de discriminación. Sobre lo que hablamos en este almuerzo hay contenido suficiente para otra crónica.

A las dos de la tarde comienza el segundo taller. Esta vez las participantes son mayormente adolescentes y jóvenes acompañadas por sus madres y dos psicólogas que forman parte del Centro Cristiano de Reflexión y Diálogo, una organización que también ha colaborado para realizar este evento.

El ambiente contrasta con el de esta mañana. Muchas de las participantes, quienes forman parte de la membresía de la iglesia miran tímidamente las copas que Damarys les pide sostenga. Apenas las tocan, solo para pasarlas rápidamente a su compañera. Damarys les ofrece sentarse en el piso mientras ella hace lo mismo.

Comienza haciendo preguntas sobre la menstruación que nadie logra responder, solo las adultas. Habla sobre las copas. Explica que estas que hoy repartirán están fabricadas con silicona de grado médico, un material hipoalergénico que no contiene látex ni toxinas, es resistente al crecimiento de bacterias y está diseñado para permanecer en el cuerpo varias horas sin efectos adversos, una opción mucho mejor que la de los tapones y las compresas.

Entender mejor el ciclo menstrual

Argumenta que es una forma de proteger al medio ambiente pues no genera desechos como en los demás casos. Les dice que con ellas pueden entender mejor su siclo menstrual, transitarlo con mayor comodidad y aprender a conocerse, a tomar contacto con sus órganos sexuales sin miedos ni prejuicios.

«…el modelo para adolescentes y niñas es muy pequeño, precisamente para que no dañe el himen que no es un tejido plano y cerrado, sino elástico y no cubre la totalidad de la vagina»

Una madre pregunta lo que imagino todas necesitan saber y Damarys responde que el modelo para adolescentes y niñas es muy pequeño, precisamente para que no dañe el himen que no es un tejido plano y cerrado, sino elástico y no cubre la totalidad de la vagina.

La única diferencia es que hay que cambiarla y limpiarla con mayor frecuencia, pues el tamaño no va relacionado al flujo menstrual que en muchos casos es abundante y para esto hay que lavarse las manos antes y después. A medida que transcurre el taller todo parece fluir y surgen dudas y risas. Las niñas y sus madres parecen entusiasmadas al recibir los paquetes, algunas sacan las copitas y miran con curiosidad. Terminamos haciéndonos fotos.

Este momento me hace viajar en el tiempo. Regreso a mi adolescencia de paños ensangrentados, algodón, gasa, guata, retazos de antiguas ropas con texturas que varían, pedazos de toallas, papel sanitario, blumers y demás alternativas desesperadas que en varias ocasiones tuve que fijar con alfileres a la ropa interior.

Soluciones que otros delegan

Pienso en la entrepierna y la ingle quemadas por el roce y la humedad, pienso en otras historias similares de mis compañeras, familiares y vecinas. La sensación de molestia regresa a mí como una marca donde la precariedad es una mancha roja y constante en la tela, en las sillas; un temor al sentarse, al acostarse, al ponerse de pie.

«…pienso en mis amigas y otras que como ellas pierden la oportunidad (de usar la copa mesntrual) por el único hecho de vivir en un país donde lo básico se ha vuelto lujo y estas situaciones no llevan la atención que merecen»

Recuerdo también la primera vez que usé una copa menstrual hace seis años, gracias a una cuñada que me la hizo llegar desde Europa. Fue uno de los mejores regalos que me han hecho. Esa primera copa me ayudó a reconciliarme y entender un proceso biológico que a causa de la penuria nunca había asimilado del todo y pienso en mis amigas y otras que como ellas pierden la oportunidad por el único hecho de vivir en un país donde lo básico se ha vuelto lujo y estas situaciones no llevan la atención que merecen. Hoy seremos menos, pienso y me sonrío mirando a María que parece feliz, a Damarys, Alberto y Sarahí, personas que se ocupan y piensan en soluciones que otros delegan.

De regreso a La Habana recogemos mangos verdes, nos contamos historias, recuerdos difíciles, hablamos de los amores y las experiencias vividas. Al llegar me despido de María y Damarys, agradecida por la oportunidad de una experiencia que me ha dado esperanzas. Ahora me toca escribir. Ha sido un día hermoso.

▶ Vuela con nosotras

Nuestro proyecto, incluyendo el Observatorio de Género de Alas Tensas (OGAT), y contenidos como este, son el resultado del esfuerzo de muchas personas. Trabajamos de manera independiente en la búsqueda de la verdad, por la igualdad y la justicia social, por la denuncia y la prevención contra toda forma de violencia de género y otras opresiones. Todos nuestros contenidos son de acceso libre y gratuito en Internet. Necesitamos apoyo para poder continuar. Ayúdanos a mantener el vuelo, colabora con una pequeña donación haciendo clic aquí.

(Para cualquier propuesta, sugerencia u otro tipo de colaboración, escríbenos a: contacto@alastensas.com)