Debido a la participación de la mujer cubana en la guerra del 68, a la Guerra de los Diez Años se le ha llamado “la guerra de las mujeres”.
La obra de Elvira Sastre destaca por su intensa emotividad y su profunda conexión con las experiencias cotidianas.
“La última niebla”, de María Luisa Bombal publicada en 1931 se adentra en la vida interior de una mujer atrapada en un matrimonio opresivo.
Estas poetas afrodescendientes entrelazan la raza, el género, la identidad y la resistencia de maneras profundamente conmovedoras.
Ana Betancourt fue una de las camagüeyanas que apoyó, desde los primeros momentos, la gesta independentista de 1868.
Rosario Castellanos, Elena Garro, Clarice Lispector, María Luisa Bombal y Silvina Ocampo también representaron al boom latinoamericano.
Phillis Wheatley es reconocida como la primera escritora negra en publicar un libro de poesía en los Estados Unidos.
En El árbol, Elena Garro narra el enfrentamiento entre una mujer indígena y otra mujer, y a partir de allí acontece un desenlace extremo.
Suzanne Valadon quedó eclipsada por la valoración exótica a la que fue sometida, su vida disipada o ser la madre de Maurice Utrillo.
La crítica ubica a Gina Picart (La Habana, 1956) entre “los escritores que se desmarcan del canon literario tradicional”.