Atenta a su propio centro, lejos de un mundo que, sin embargo, nunca dejó de preocuparle, María Luisa Puga legó una obra de gran profundidad existencial.
Con sus provocadores relatos, que aún se leen como obras de culto, Rachilde expuso aspectos controversiales de la sexualidad humana y la represión del deseo.
Nominada en varias ocasiones al Premio Nobel de Literatura, Can Xue es una de las escritoras más interesantes y polémicas de la literatura china actual.
La sexualidad femenina, el erotismo y la relación de la mujer con su cuerpo son una constante en la obra de Margo Glantz, así como la emigración y la memoria.
La obra de Annie Ernaux explora con agudeza la vida íntima de sus personajes, su extrañamiento y su deseo de vivir plenamente, libres de la presión social.
Inspirada por las tradiciones de su pueblo, la literatura de Joy Harjo se ha convertido en un puente entre las culturas nativas de América y el mundo occidental.
Combinando el realismo más descarnado con el humor y lo fantástico, los cuentos de Mariela Varona se distinguen por su aguda mirada a la marginalidad en Cuba.
Precursora del realismo mágico e incomprendida en su tiempo, Elena Garro es hoy reconocida como una de las autoras más notables del siglo XX en Iberoamérica.
Inés Arredondo abordó en sus cuentos los tabúes de su época con respecto a la mujer: el erotismo, la violencia, las pasiones destructivas y el deseo de libertad.
En sus relatos Carmen de Burgos dio rostro a las mujeres de su tiempo, mostrando la complejidad de su psicología, sus sueños y frustraciones.