
En sus relatos, Carmen Martín Gaite exploró las complejidades de la psicología humana y las profundas contradicciones de la sociedad española de posguerra.

Los cuentos de Hebe Uhart arraigan en los detalles comunes de la vida, y a través de ellos nos hacen pensar en los problemas más profundos de la existencia.

Con una mirada que sabía ver en los detalles su carga de significados profundos, Lucia Berlin tomó de su propia vida la materia con que construyó sus cuentos.

Los escalofriantes relatos de Amparo Dávila arrojan luz sobre los conflictos íntimos de la mujer en un mundo que la somete y despoja de su humanidad.

Considerada entre las mejores escritoras de su país, Mavis Gallant reflejó en sus cuentos la vida de personas frágiles, ahogadas en el autoengaño y la soledad.

Grazia Deledda desnudó en sus relatos el peculiar carácter de su pueblo, su ingenuidad y su reciedumbre, y el profundo conflicto entre modernidad y tradición.

Atenta a su propio centro, lejos de un mundo que, sin embargo, nunca dejó de preocuparle, María Luisa Puga legó una obra de gran profundidad existencial.

Con sus provocadores relatos, que aún se leen como obras de culto, Rachilde expuso aspectos controversiales de la sexualidad humana y la represión del deseo.

Nominada en varias ocasiones al Premio Nobel de Literatura, Can Xue es una de las escritoras más interesantes y polémicas de la literatura china actual.

La sexualidad femenina, el erotismo y la relación de la mujer con su cuerpo son una constante en la obra de Margo Glantz, así como la emigración y la memoria.