
Admirada por unos e ignorada por otros, Nahui Olin fue una de las creadoras más rebeldes y libres de la primera mitad del siglo XX mexicano.

Con su poesía y su arte, Meret Oppenheim desafió las normas sociales, los estereotipos de feminidad y el utilitarismo que impregna las relaciones de poder.

La poesía de María Elena Cruz Varela arraiga en una perspectiva feminista y un apego a la libertad poco comunes en la literatura cubana.

La obra de Ana Hatherly, tanto literaria como visual, indaga en el arte como medio de expresión y en los límites de la comunicación humana.

Sin ceder a estereotipos, la poesía de Alaíde Foppa desnudó con notable eficacia los problemas de la mujer en la segunda mitad del siglo XX.

La poesía de María Calcaño, valorada hoy entre las más logradas del feminismo literario venezolano, dio voz a un erotismo y un deseo de libertad indomables.

Poeta, feminista y viajera incansable, Emilia Bernal fue de las mujeres más adelantadas en la Cuba de inicios del siglo XX y es hoy una de las menos conocidas.

Con una mirada desprejuiciada y a ratos en abierta ruptura con las normas sociales, Louise Glück es una de las poetas más relevantes de las últimas décadas.

La poesía de Joana Raspall se distingue tanto por su mirada humanista, como por la brevedad, la aparente simpleza y el poder de síntesis de sus imágenes.

Con su poesía, Choi Young-mi hizo visibles los problemas más silenciados de la mujer en su país: el acoso sexual y el machismo arraigado que lo sostiene.