La obra de Teresa Wilms Montt, breve pero intensa, es un hito en la poesía escrita por mujeres y un referente obligado del feminismo en Hispanoamérica.
Con su poesía, Gina Pellón pinta escenas recobradas del pasado, desnuda en ellas el engaño, y da fe de un espíritu que se resiste al silencio.
Carmen González Chacón mira al presente desde la experiencia de sus ancestros: la esclavitud, la discriminación, pero también la capacidad de sobreponerse a los golpes dan fuerza a su poesía.
"Estuve y ciertamente no estuve, pero sí bajé las escaleras, y ella estrechó la garra adolescente que fechó aquel poema mío..."
Con una voz poética desbordante de intensidad pero pulida y diáfana, María Eugenia Caseiro es una singularidad en la literatura cubana actual.
Intensa, reflexiva e íntima como un recuento de ausencias, la poesía de Nelly Sachs mira desde la extrañeza al mundo y a su propia vida de exiliada.
La poesía de María Mercedes Carranza iluminó las zonas más oscuras de la realidad colombiana y dio voz a los problemas de la mujer de su tiempo.
La poesía de Nieves Xenes retó al orden moral decimonónico y opuso a sus preceptos un ansia libertad que iba más allá de lo emocional o lo erótico.
La poesía Toshiko Hirata se distingue por su estilo renovador, que integra la herencia literaria japonesa con el dinamismo del mundo moderno.
La poesía de Yamila Tomasa Ferrá se instala en ese espacio de fértiles interacciones entre la historia, la experiencia y el discurso artístico.