En medio de la Revolución Francesa y el terror, Olympe de Gouges reclamó para las mujeres los mismos derechos que tenían los hombres.
Desafiando las normas de su tiempo, Juana de Arco demostró que el liderazgo no se define por el género o el estatus social, sino por la integridad del carácter.
De los campos de Martinica al palacio de las Tullerías, de indiana a emperatriz: la historia de Yeyette es una de las más fabulosas que vivió una mujer caribeña.
Madame de Sévigné es una de las voces femeninas más prominentes del Barroco. La maestría con que escribió sus cartas así lo demuestra.
Llamada por Platón "la décima musa”, Safo fue incluida en el Olimpo de los poetas griegos dignos de mención y estudio.