“Sigo riendo. Quiero parar. Me río. El Partido. Uno, dos, tres. El Partido. Canto una conga. Bailo”.
Su obra, rebelde y prolífica, redimensiona los tópicos del amor, el exilio y la reivindicación de la mujer.
«Ella dijo si al menos tú yo tuviéramos algún recuerdo juntos, cosas nuestras. Entonces él se levantó de un brinco, vamos a hacer ese viaje, lo vamos a hacer».
Va a matarme. Dijo que iba a matarme y tiró la puerta. Me dejó el cuello ardiendo. Esta vez me apretó más de lo acostumbrado. Sus dedos se clavaron en mi piel y fue entonces cuando lo dijo: “Te mato, puta, yo sí te mato”. Por un momento pensé que era el final y hundí […]