Escritoras | Ursula K. Le Guin: la garza azul de la libertad
Ursula K. Le Guin desafió los estereotipos del género de la ciencia ficción y fantasía al poner en el centro de sus historias protagonistas mujeres y personas marginadas.
En la luz lluviosa una gran garza azul
emprende el vuelo sobre las pardas espadañas
pesada, tierna y despiadada.
Ursula K. Le Guin, En busca de mi elegía
En una tarde de 1929, en Berkeley, California, Estados Unidos, nació la escritora Ursula Kroeber Le Guin. Sus padres, Alfred L. Kroeber y Theodora Kracaw, eran académicos y antropólogos. Desde su infancia, Ursula fue una niña curiosa, que creció en una casa llena de libros y rodeada del cariño de sus padres y hermanos. Así, disfrutó de una infancia feliz y privilegiada.
Desde pequeña, le fascinaban los cuentos de hadas, en especial las obras del escritor irlandés de fantasía Lord Dunsany, que estimulaban su imaginación. Además, las revistas de ciencia ficción capturaban su interés de tal manera que las devoraba con entusiasmo. En sus lecturas de mundos imaginarios, la joven se preguntaba: “¿Por qué siempre son héroes los hombres blancos?”.
Ursula K. Le Guin buscaba una identidad propia en un género dominado por hombres
Durante las décadas de 1930 y 1940, escritores famosos de ciencia ficción como Isaac Asimov, Arthur C. Clarke y Robert A. Heinlein llenaron las páginas de revistas famosas como The Amazing Stories y Analog Science Fiction and Fact . Ursula, una lectora apasionada, criticaba que estos relatos parecían resumirse en “hombres que van y conquistan el universo”, sin considerar la cooperación con otras especies y donde las protagonistas femeninas eran escasas. A pesar de excepciones, como CL Moore con su obra Jirel of Joiry, Ursula buscaba una identidad propia en un género dominado por hombres. Este deseo encontró respuesta cuando descubrió al autor Cordwainer Smith, cuyo relato Alpha Ralpha Boulevard le mostró que la ciencia ficción y la fantasía podían abordar cuestiones sociales profundas.
Ya adulta, Le Guin estudió en el Radcliffe Institute for Advanced Study, donde se graduó en literatura francesa e italiana. Luego, obtuvo una maestría en francés en la Universidad de Columbia. Planeaba continuar sus estudios de doctorado en Francia, pero conoció a Charles Le Guin, con quien se casó en 1953. Fue en la década de los cincuenta cuando comenzó a escribir de manera constante.
"La verdadera ciencia ficción feminista de los años setenta nació, en parte, gracias a la introducción de Le Guin al género".
Su primera novela, El mundo de Rocannon , se publicó en 1966, iniciando su saga de ciencia ficción conocida como el Ciclo de Hainish . La saga alcanzó su cúspide con La mano izquierda de la oscuridad (1969), una novela que aborda la identidad de género en un planeta habitado por seres no binarios que pueden engendrar hijos. La obra fue revolucionaria en los años 60, pues trataba temas sociales y políticos en un género entonces considerado de simple aventura. El éxito de esta obra impulsó el feminismo de la segunda ola en la ciencia ficción, inspirando a autoras como Joanna Russ con El hombre hembra y Octavia Butler con Parentesco. La verdadera ciencia ficción feminista de los años setenta nació, en parte, gracias a la introducción de Le Guin al género.
Los libros de Terramar y la ruptura de los tópicos clásicos
En el terreno de la fantasía, Le Guin publicó en 1968 Un mago de Terramar , una obra que rompió con los tópicos clásicos del género. Su protagonista, Ged, estaba inspirado en las tribus polinesias, lo cual rompía el molde de los héroes caucásicos. Además, el conflicto principal de la historia era la soberbia del protagonista, un enfoque alineado con el taoísmo, una de las filosofías favoritas de la autora.
El taoísmo, corriente filosófica china que predica el equilibrio, influye profundamente en su obra. Le Guin usaba el concepto del Yin y el Yang para representar fuerzas opuestas que se complementan. Este concepto se reflejó en Los desposeídos (1974), donde contrastó un planeta capitalista con uno comunista. Ambas sociedades, distópicas en su hostilidad, nunca alcanzan la utopía debido a su incapacidad para cooperar. Le Guin sugiere que solo a través del equilibrio y la cooperación es posible un paraíso auténtico.
Le Guin, siempre con la vista en el futuro, consideró que su trilogía original de Terramar no era “feminista”. Por ello, en 1991, publicó Tehanu, percibida por muchos lectores como la mejor parte de la saga. En esta novela, el protagonismo recae en Tenar, quien enfrenta una crisis de mediana edad y se encuentra con Tehanu, una niña que ha sobrevivido a abusos sexuales.
Tehanu desafió los arquetipos tradicionales de la fantasía al mostrar una heroína de cuarenta años que vive preocupaciones cotidianas. En cuanto a Ged, tras completar su “viaje del héroe” y perder sus poderes, Le Guin deconstruye su masculinidad, mostrando que su fortaleza no reside en el dominio, sino en la cooperación y en su visión de un mundo que puede existir en paz. La crítica elogió esta obra, que ganó el premio Nébula, uno de los mayores galardones de la ficción especulativa.
El poder del perdón en Ursula K. Le Guin
La autora revisó sus mundos desde una perspectiva reflexiva en los años 90, regresando al universo de Ekumen en Cuatro caminos hacia el perdón (1995). A través de cuatro historias sobre personajes imperfectos, Le Guin explora el poder del perdón para alcanzar la paz espiritual y personal. Su prosa, que incluye oraciones complejas, metáforas y recursos estilísticos como la hipérbole, crea personajes creíbles y defectuosos que buscan redención.
Esta fue la Le Guin de los años 90, una mujer que atravesó un siglo tumultuoso y que inspiró a miles de jóvenes a iniciar sus propias carreras literarias.
Con la llegada del nuevo milenio, Le Guin continuaba explorando nuevas inquietudes. El relato (2000) fue su última novela en el mundo de Ekumen y, a través de la protagonista Sutty, abordó la supresión cultural en un planeta que recuerda al régimen chino. Le Guin plantea preguntas sobre el valor de la identidad individual frente a la maquinaria estatal: “¿Cuál es la diferencia entre un ser humano y un engranaje?”.
Le Guin siguió escribiendo en la primera década del siglo XXI, y su última novela, Lavinia (2008), es una relectura de la Eneida de Virgilio contada desde el punto de vista de Lavinia, un personaje sin voz en el original. Con esta novela, Le Guin da una perspectiva feminista a un mito patriarcal de la Antigua Roma. Después de su despedida de la ficción, la autora se dedicó a la escritura de ensayos.
En 2014, Le Guin provocó revuelo al recibir el Premio Nacional del Libro. En su discurso criticó la exclusión de la ficción especulativa de los premios importantes a favor de la literatura “realista”. Afirmó: “Me regocijo en aceptar este premio y en compartirlo con todos aquellos escritores que fueron excluidos de la literatura durante tanto tiempo; con mis compañeros autores de fantasía y ciencia ficción, escritores de la imaginación que, en los cincuenta últimos años, vieron cómo los bellos premios iban para los llamados 'realistas'”.
También cuestionó el enfoque editorial moderno, orientado a maximizar ganancias a gastos del valor artístico: “Desarrollar material escrito para cumplir con estrategias de venta y maximizar la ganancia corporativa no es exactamente lo mismo que la producción y publicación responsable de libros”.
Tras ese discurso, Le Guin vivió sus últimos años como cualquiera de sus personajes sabios y serenos. Sin embargo, el mundo de Terramar aún la llamaba, y necesitaba regresar para dar su último regalo al mundo: Luz de hogar .
Este relato es una despedida en la que una anciana sabia, que ha vivido una vida digna de una novela, a pesar de Terramar. Le Guin le dice adiós a Ged y a Tenar, agradeciéndoles los momentos felices que le brindaron. La gran garza azul emprendió el vuelo hacia la eternidad el 22 de enero de 2018, en su hogar en Portland, no como una persona adulta atrapada en números, sino como una niña que vivió 88 años llena de curiosidad y con una sonrisa, siempre deseosa de conocer otras culturas y brindar luz al mundo.
“Creo que se aproximan tiempos difíciles en los que vamos a necesitar las voces de aquellos escritores que pueden ver alternativas a la forma en que vivimos; que pueden vislumbrar otras formas de ser más allá de nuestra temerosa sociedad y de sus tecnologías compulsivas. (…) Vamos a necesitar a los escritores que recuerdan la libertad: a los poetas, a los visionarios, a los realistas de una realidad más amplia.”
Ursula K. Le Guin, en su Discurso al recibir el National Book Awards, 2014
Fuentes consultadas:
Ursula K. Le Guin, En busca de mi elegía, Nordica libros, 2023
Catherine L. Moore, Jirel de Joiry, Costas de Carcosa, 2019
Cordwainer Smith, Los señores de la instrumentalidad II. La dama muerta de Clown Town, NOVA, 1991
Ursula K. Le Guin, El mundo de Rocannon, Minotauro, 2022
Ursula K. Le Guin, La mano izquierda de la oscuridad, Minotauro, 2020
Joanna Russ, El hombre hembra, NOVA, 2021
Octavia Butler, Parentesco, Capitán Swing Libros, 2018
Ursula K. Le Guin, Un Mago de Terramar, 2021
Ursula K. Le Guin, Los Desposeídos, Minotauro, 2021
Ursula K. Le Guin, Tehanu, Minotauro, 2022
Ursula K. Le Guin, Cuatro caminos hacia el perdón, Minotauro, 2021
Ursula K. Le Guin, El Relato, Minotauro, 2021
Ursula K. Le Guin, Lavinia, Minotauro, 2021
Virgilio, La Eneida, Editorial Edaf, 1985
Ursula K. Le Guin, Los libros de Terramar. Edición completa ilustrada: Ilustraciones de Charles Vess, Minotauro, 2021
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