Jessica Lisbet Torres Calvo: Una artista cubana encarcelada por gritar “Libertad”

“Madre y artista, Jessica es una de las 121 mujeres que cumplen condena política en las cárceles de Cuba por manifestarse el 11 de julio.”

Jessica Lisbet Torres Calvo. Foto: Cortesía Ana García Ramos
Jessica Lisbet Torres Calvo. Foto: Cortesía Ana García Ramos

El 11 de julio de 2021, Jessica Lisbet Torres Calvo salió a manifestarse en la ciudad de Holguín, como miles de cubanos que, a lo largo del archipiélago, participaron de la experiencia inédita de gritar libertad a todo pulmón por las calles del país. Por ese motivo, desde el 2022, es una de las 121 mujeres que cumplen condena política en las cárceles de Cuba, según últimos datos de Prisioners Defenders para el cierre del mes de noviembre de 2023.

Jessica es amante de la libertad y la justicia, lo dice Ana García Ramos, escritora holguinera y amiga:

No había manera de que ella no saliera el 11 de julio. Ese día la vimos Javier L. Mora y yo frente al Poder Popular, en el parque San José. Gritaba lo que estaba gritando todo el mundo: libertad, patria y vida, cambio de sistema. La vimos llorar de emoción.

Jessica es grafitera, tatuadora y modelo. Una de los 14 artistas que permanecen en prisión por motivos políticos en Cuba. De ellos, 2 son mujeres: la poetisa María Cristina Garrido y ella, según investigación del Observatorio de Derechos Culturales (ODC), una organización que monitorea, analiza y denuncia la censura contra artistas e intelectuales cubanos.

La activista y curadora de arte, miembro de ODC, Anamelys Ramos indicó a Martí Noticias que:

Cuando decimos artistas nos estamos refiriendo no solo a personas que vivan del arte, que su profesión sea el arte, sino personas que tienen habilidades artísticas, y que las desarrollaron antes de estar presas, que podían actuar en algún lugar, que mostraban de alguna manera lo que hacían.

Asimismo, sobre la clasificación que incluye a Jessica como artista en las cárceles políticas de Cuba, Ramos explica:

Hemos manejado un criterio amplio de artista para dar entrada a dinámicas que son muy importantes dentro de la cultura de un país y que no siempre son reconocidas por determinados circuitos, porque también el circuito del arte tiende, un poco, al elitismo. Nuestra idea de cultura y nuestra idea de creación es mucho más amplia.

La estética contestataria se convirtió en su sello

Uno de los grafitis de Jessica Lisbet Torres Calvo. Foto: Cortesía de Ana García
Grafiti del proyecto Undergraff en el que Jessica participó. Foto: Cortesía del jefe del Proyecto.

El artículo “Jessica Lisbet Torres Calvo”, a propósito de la campaña “Voces Presas”, de Artists at Risk Connection (ARC), asegura que “la estética contestataria se convirtió en su sello”. El arte del grafiti en el cuerpo de la ciudad es también un arte para denunciar, y en Jessica, una manera eficiente de manifestarse en un contexto represivo, censurador y machista como el cubano.

Los grafitis en las paredes holguineras intervenidas por el proyecto Undergraff, en los que participó Akin (nombre con el que Jessica firma sus trabajos) junto a otros artistas holguineros, aún se conservan intactos.

Acerca del carácter de Jessica, cuenta García Ramos que “jamás estaba tranquila, siempre planeaba algo. Se reunía con tatuadores y grafiteros, y participaba en proyectos y eventos con ellos. A todos lados llevaba una agenda y lápices de colores para dibujar”.

Ana recuerda también su experiencia de convivencia con Jessica. Cuenta que Jessica recogía a otros jóvenes que se quedaban sin renta:

Vivimos en La Habana en el mismo alquiler. Teníamos una casa muy grande en ese momento, y Jessica la llenó de amigos que necesitaban una mano. Sorprendentemente, ella lograba que todos congeniáramos, por muy diferentes que fuéramos.

También recuerda su alegría al encontrarse con otros holguineros: “Me decía que la hacían sentirse más cerca de su casa. Tenía una nostalgia muy grande por su familia y su ciudad”.

Jessica Lisbet Torres Calvo acusada de sedición

Jessica Lisbet Torres Calvo y su amiga Ana García Ramos.
Jessica Lisbet Torres Calvo y Ana García. Foto: Cortesía Ana García Ramos

El 17 de julio de 2021, en la ciudad de Holguín, agentes de la Seguridad del Estado se presentaron en la casa de Jessica y, sin orden judicial, la llevaron a Instrucción Penal. El motivo: su participación en las protestas del día 11.

Jessica estuvo detenida durante 24 días. En ese tiempo, su familia no tuvo comunicación con ella, aun cuando tenían contratado a un abogado. Para ese entonces se le acusaba de desorden público, y solo obtuvo la libertad bajo fianza.

Javier L. Mora, poeta y crítico cubano, testigo de las protestas del 11 de julio en Holguín, cuenta sobre su encuentro con Jessica ese día: “La vimos por un momento en el parque San José. Estaba eufórica: gritaba como si estuviera exorcizando al demonio de la dictadura”.

Mora también fue detenido. Pudo salir a las 72 horas gracias a la presión que ejercieron artistas, activistas y organizaciones como el PEN Internacional. De sus días de detención en Instrucción Penal recuerda:

Una mañana me estaban interrogando y se abrió una puerta por donde entraron a Jessica. Fue solo unos segundos. Después, se disculparon, como si hubiera sido un accidente. Estoy seguro de que no fue casual: querían ver si nos conocíamos, si intercambiábamos algún gesto. Pero eso no pasó, y se la llevaron por la misma puerta.

En noviembre de 2021, Jessica fue acusada por el delito de sedición. Según el artículo 100 del Código Penal vigente en Cuba:

Incurren en este delito quienes tumultuariamente y mediante concierto expreso o tácito, empleando violencia, perturben el orden socialista o la celebración de elecciones o referendos, o impidan el cumplimiento de alguna sentencia, disposición legal o medida dictada por el Gobierno, o por una autoridad civil o militar en el ejercicio de sus respectivas funciones, o rehúsen obedecerlas, o realicen exigencias, o se resistan a cumplir sus deberes.

La petición del fiscal Fernando Sara Planas fue de 27 años de privación de libertad, la misma edad de Jessica en ese entonces.

El 14 de febrero de 2022, agentes de la Seguridad del Estado (SE) se presentaron otra vez en la casa de Jessica. Fue conducida, sin previa notificación, a la cárcel de mujeres de la ciudad de Holguín. Había sido sentenciada a 15 años de prisión por el delito de sedición. Ni siquiera se tuvo en cuenta que la sentencia ratificaba la medida cautelar de libertad bajo fianza, mientras pudiera presentarse el recurso de apelación.

Según declara el grupo Justica 11J:

La sedición está siendo usada como delito político contra personas que exigen derechos elementales y que no tienen formación política. La desobediencia civil no es ni sediciosa ni se debe catalogar como vandalismo. Hacerlo es discriminatorio y elitista.

“La volví a ver el primer día del juicio”, cuenta García Ramos.

Le habían dicho que no armara alboroto y que estuviera tranquila, que saldría con una multa. Pero si reclamaba en redes o algo así la meterían presa. Estuvo tranquila durante el proceso, con la esperanza de que todo terminara con una simple amonestación. No fue así.

Después de la apelación, los 15 años de sentencia apenas se redujeron a 10.

Era más fácil inculpar de violencia a una mujer con tatuajes

Jessica Lisbet Torres Calvo mostrando sus tatuajes. Foto: Cortesía de Ana García
Jessica Lisbet Torres Calvo mostrando sus tatuajes. Foto: Cortesía de Ana García

Jessica pertenece a una generación de mujeres libres en un contexto represivo, de esas que incomodan a la maquinaria ideológica cubana, de las que se expresan mediante el arte y el activismo, haciendo de esas prácticas una forma de vida en medio de una sociedad fracturada por la ideología durante más de sesenta años.

Todavía recuerdo uno de sus emprendimientos fabulosos. Una venta de garaje con la que pretendía ganar dinero para donarlo a los animalistas de Holguín. Pero llegó la policía y nos puso una multa de 3000 pesos porque estábamos en plena pandemia del COVID. Jessica no pudo donar las ganancias porque tuvo que utilizarlas para pagar la multa. Fue una frustración muy grande para ella y para los que colaboramos en el proyecto.
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Cubalex, una asociación comprometida con la defensa y promoción de los derechos humanos en Cuba, ha denunciado en reiteradas ocasiones que “la mayor manifestación de la violencia de género en el contexto cubano es gubernamental, y esto se demuestra de manera fehaciente con la actualización del listado de mujeres privadas de su libertad por motivos políticos”.

Pude haber sido yo en lugar de Jessica. Estuve ahí, pero el escarmiento le tocó a ella. Creo que la Seguridad del Estado pensó que era más fácil inculpar de violencia a una mujer con tatuajes que no encaja en el estereotipo femenino y machista de la oficialidad. Y eso la hizo más vulnerable. A ella y a otras, no lo sé… pienso mucho en eso.
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Este período oscuro en materia de derechos humanos por el que atraviesa el país desde las protestas del 11 de julio, mantiene un saldo de 1062 prisioneros políticos en Cuba, según Prisioners Defenders. Amañados y truculentos procesos judiciales dejan claro que las presas y los presos políticos en Cuba cumplen la función de ser objeto de escarmiento. Sobre ellos pesa el ejemplo de lo que puede ocurrirle a quien atente contra la perpetuidad de un régimen totalitario que reprime legalmente los derechos humanos, la disidencia política o un simple reclamo de derechos.

Mientras tanto, la narrativa del régimen cubano continúa ocultando esta realidad ante la comunidad internacional, como sucedió durante el reciente Examen Periódico Universal (EPU) a Cuba, cuando Luis Emilio Cadaval, Instructor judicial del Departamento de la Seguridad del Estado del Ministerio del Interior (MININT), y representante de la delegación cubana, afirmó que “en Cuba no hay presos políticos”.

El “delito” de esta madre cubana es solo el de ser una mujer auténtica

Jessica Lisbet Torres Calvo con su hijo. Foto: Cortesía de Ana García
Jessica Lisbet Torres Calvo con su hijo. Foto: Cortesía de Ana García

Según la décima edición de la lista de la Población Carcelaria Mundial por el Centro Internacional de Estudios Penitenciarios (ICPS), Cuba figura en el quinto lugar en cuanto a las mayores tasas de población carcelaria del mundo en relación con su población.

Respecto a la situación en el interior de los penales, un artículo publicado en Árbol Invertido indica que “el Gobierno cubano mantiene un férreo control sobre la situación real de sus prisiones”, pues los datos recopilados sobre el estado de estas solo se obtienen mediante testimonios y denuncias de los presos y sus familiares.

No imagino a alguien tan hiperactiva como Jessica entre rejas, sin hacer las cosas a las que estaba acostumbrada. Ella jamás se está tranquila. Allá en prisión, según me dice su mamá, lleva consigo siempre, a todas partes, una agenda y colores para dibujar.
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En el pasado agosto, la Asamblea de la Resistencia Cubana (ARC), que engloba a organizaciones opositoras de dentro y fuera de Cuba, concedió el Premio Libertad Pedro Luis Boitel 2023 a las presas políticas cubanas y al pueblo ucraniano por la defensa heroica de su soberanía ante la agresión rusa.

Merezhko, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Parlamento de Ucrania, declaró:

Apoyamos a los presos políticos en Cuba, especialmente a las mujeres presas políticas, y estamos felices de que este año el premio Boitel vaya a las mujeres presas políticas en Cuba. Nosotros admiramos su valentía y demandamos su liberación.

Pero la historia de Jessica Lisbet Torres Calvo va más allá de ella misma, de su ser artista y activista, de su ser prisionera del régimen cubano: tiene un niño de seis años. Jorge Luis Torres Calvo, su hijo, lleva ya dos años separado de su madre.

El “delito” de esta madre cubana es solo el de ser una mujer auténtica, una artista contestaría profundamente comprometida con la realidad política y social del país. O el simple delito de gritar libertad.

En una carta enviada a su amiga Ana García Ramos desde prisión, Jessica escribe:

Esta guerra no es de fuerza, sino de pensamiento. Desde aquí adentro les envío toda la fuerza positiva y el apoyo incondicional de una cubana que anhela la libertad de su pueblo. Los amo a todos.

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