La Entrevista | Amelia Calzadilla: «Las madres cubanas ya no pueden ser indiferentes»

La activista Amelia Calzadilla se dio a a conocer a partir de sus directas exigiendo al gobierno cubano derechos fundamentales para las familias cubanas.

| Vidas | 13/06/2024
Amelia Calzadilla, madre cubana.
Directa de la madre cubana Amelia Calzadilla.

Cuando Amelia Calzadilla encendió la cámara de su celular para grabar su primera directa no imaginaba la identificación que despertaría en las madres cubanas escuchar sus demandas, el modo en que comunicaba su situación como madre, su honestidad. Debido a las presiones del régimen, hace algunos meses ha decidido exiliarse en Madrid junto a su familia. Conversamos sobre estos primeros meses en el exilio y el protagonismo de las madres cubanas en las últimas protestas en Cuba.

Amelia, cada vez son más las que utilizan el internet para denunciar su realidad. ¿Crees que la precariedad en la que viven las madres cubanas fue un catalizador para este tipo de respuestas en las redes?

Claro que sí, el problema es que no podemos pretender que lo que motive a una persona sea lo mismo que funcione para otra, aunque guarde relación con el mismo problema. Lo que te motiva a alzar tu voz y un reclamo público es muy personal. El tema de las mujeres y sobre todo de las madres dentro del país es quizás de los temas más delicados, porque en Cuba todavía hay machismo arraigado en el sistema.

El modo en que está dispuesta a nuestra sociedad sigue un modelo patriarcal, en el que la madre es la que pasa más tiempo con los hijos. Eso te somete a estar más tiempo sufriendo determinadas precariedades, vicisitudes con respecto a la crianza. Un punto clave en este momento es el tema de la salud y los problemas energéticos. Estás en casa con el niño y se queja porque no entiende la situación ni tendría por qué entenderla.

Amelia Calzadilla en Madrid.

Las madres vienen a ser las voceras de esos niños y sus sentimientos

Ojalá todos funcionemos con ese principio básico que tienen los niños de no comprender las injusticias. Entonces las madres vienen a ser las voceras de esos niños y sus sentimientos las llevan a tener un nivel de inconformidad tan grande, que cuando lo expresan no lo expresan con retórica o formalidad, se trata de una urgencia y no puede esperar. Por eso explotan en las redes.

Responden a una situación frágil y no tienen un control real de sus emociones y su pensamiento es: necesito una solución y la necesito ahora, o sea, mi niño necesita una solución ahora. Ese amor enorme que sienten por los hijos, creo que les ha dado el protagonismo en las últimas protestas y les va a dar mucho más protagonismo. Hay que ver la manera en la que las mujeres se están proyectando en las redes y en los espacios públicos, su disconformidad. Con un sentimiento de unidad auténtica, que escaseaba en Cuba.

Una última pregunta, quizás un poco prematura. En Madrid está la segunda comunidad de cubanos más grande del mundo. ¿Qué te han parecido los espacios de reunión de la diáspora cubana?

Esa es una respuesta que todavía tengo que conformar, porque realmente llevo poco tiempo en España. He podido participar en pocos eventos aún, en ese sentido estoy conociendo a la mayoría de las personas, de los actores políticos de acá. Cuando llegué me dieron un recibimiento espectacular, o sea, de los activistas periodistas. No tenía idea que sentían ese nivel de empatía por mi persona y eso me motiva a continuar haciendo y denunciando. Por otra parte, me hablan mucho el sentimiento hacia Cuba porque esas mujeres todavía dentro del país me escriben para hacer público sus problemas, me piden que las ayude y oriente escuchan mi opinión.

Es una responsabilidad tremenda…

Exacto. Aunque yo desee dedicarle todo mi tiempo a mi familia no puedo, porque todo lo que esas mujeres hicieron por mí dentro de Cuba, el respaldo que me dieron y saber que continúan confiando en que voy a ser sincera estando fuera de la isla, en que voy a denunciar lo que está pasando y les voy a demostrar cómo se vive en un país democrático, donde se respetan los derechos de la infancia. Todo eso te crea una responsabilidad que difícilmente podrás ignorar y las redes sociales son mi mecanismo para seguir conectada con ellas.

He recibido gran cantidad de mensajes, sobre todo mujeres y madres para decirme que están puestas, que tienen miedo pero no lo soportan más. Creo que han empezado a poner en una balanza: la relación entre los riesgos políticos que implica “hacerse notar” dentro de Cuba o permanecer en silencio.

La desnutrición en los hogares cubanos ha tocado unos límites tan alarmantes que las mujeres no pueden ser indiferentes, las madres no pueden ser indiferentes. Se están viendo casos de niños con una situación de salud crítica a los que no se les presta la debida atención y llegan a pensar si al mío le pasa qué pasaría. Todo eso las motiva a decir que la relación entre el riesgo y el beneficio es desigual y eso ha hecho que pierdan el miedo a manifestarse, realmente ya hay muy poco que puedan perder y el régimen ha visto un peligro en esa valentía de las madres.

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