¿Es "Barbie" una buena película o solo otra carnada para la generación Z?
Más allá de su innegable éxito comercial, la película protagonizada por Margot Robbie ha generado una polarización de criterios pocas veces vista.
La cinta Barbie (Warner Bros., 2023), dirigida por Greta Gerwig y protagonizada por Margot Robbie y Ryan Gosling (el star system continúa siendo un método publicitario más que efectivo) ha recaudado más de mil millones de dólares en salas de cine durante sus primeros 20 días en exhibición, según Wikipedia. Catalogada por muchos críticos y especialistas del mercado cinematográfico como el blockbuster del verano, este filme se ha consagrado junto al Oppenheimer (Universal Pictures, 2023) de Christopher Nolan como la dupla más exitosa de este período estival. Efecto "Barbenheimer", le llaman los internautas.
Aun así, la polémica con respecto a la campaña promocional de Barbie no se hizo esperar, proveniente sobre todo de sectores escépticos sobre la "representación respetuosa" de las minorías no WASP (White, Anglo-Saxon and Protestant: "blanco, anglosajón y [cristiano] protestante". De igual forma, los feminismos se han mostrado divididos entre entusiastas y detractores:
"La película parece tan llena de contradicciones como la muñeca misma. La campaña de mercadotecnia que la promueve tiene más acuerdos comerciales que los conjuntos de ropa que tiene Barbie", escribe Jessica Bennet en The New York Times. "[Susan] Faludi es consciente de que analizar Barbie en busca de respuestas sobre el estado actual del feminismo es un poco absurdo. O tal vez no lo es.", continúa Bennet en este mismo artículo.
Otros sitios, en cambio, asumieron una postura radicalmente opuesta: " (...) ofrece un bonito mensaje de existencialismo, feminismo y masculinidad es una genial parodia de roles de género. Esta película irradia estilo, los vestuarios son geniales, su diseño de producción es único y hay que reconocer el genial trabajo de Rodrigo Prieto en fotografía.", comenta Legion Cinema en un post de Facebook con más de cuarenta mil reacciones positivas.
¿Misandria o androfobia en Barbie?
Uno de las críticas más reiteradas a través de la web ha sido la relativa al "odio hacia los hombres" que supuestamente promueve Barbie, en una suerte de misandria.
La misandria, del griego μισο (miso - 'que odia') y ἀνήρ, ἀνδρός (anḗr, andrós - 'varón' e -ia), es descrita como la "aversión a los varones", según la RAE.
De acuerdo a la revista española S Moda, "La Alt-right en Norteamérica, al igual que la extrema derecha en Europa (...) han resumido el argumento en que Barbie es una película que odia a los hombres." Este medio hace un recuento de tweets "críticos" hacia el filme y la perspectiva en que aborda las relaciones hombre-mujer, ejemplificando este punto a través de posts de miembros del Partido Republicano estadounidense como Ted Cruz o Ginger Gaetz, esposa del congresista Matt Gaetz.
Otro páginas como Espinof, especializado en cinematografía y entretenimiento, afirma que verdaderamente "los hombres son tratados como habitantes de segunda en el reino de Barbie durante el primer acto de la película". Aun así, aclara que la intención de la directora no es otra que "dinamitar ese universo tan particular por todo lo nocivo que hay detrás de esa apariencia ideal en la que todo el mundo es feliz".
Por otro lado, el propietario de SpaceX y Twitter (renombrada como "X" a mitad de julio pasado), Elon Musk, comentó en su red social sobre el uso que se hace de un término específico durante el metraje: "Si tomas un "shot" cada vez que Barbie dice la palabra "patriarcado", te desmayarás antes de que termine la película."
El diario español La Razón, por su parte, mantuvo en una de sus columnas de opinión una línea semejante a la del magnate sudafricano: "(...) tomate para los guionistas, creadores de un mundo acomplejado donde “los malos de la película” son los hombres, como colectivo, en el marco de un pretendido feminismo, banal y anticuado.
Su autora, que firma como Carla De La Lá, hace uso del concepto "androfobia", equivalente a "misandria" en determinados contextos no especializados. Asimismo, continúa: "(...) Barbie propone un mundo donde hombres y mujeres están divididos y enfrentados, donde todo entendimiento, combinación, colaboración pacífica y productiva entre ambos sexos está inhibida si no prohibida."
Las "contradicciones" del feminismo pop
El estreno de Spider-Man: Across the Spider-Verse (Sony Pictures, 2023), un mes y medio antes que Barbie, dejó claro que a la generación Z todavía le interesan los audiovisuales de más de diez segundos de duración. Este hecho ha provocado que los engranajes publicitarios persigan, sobre todo, al consumidor de entre doce y veinte años de edad.
Asimismo, los productos artístico-culturales han incluido en sus políticas de producción una serie de elementos (individualismo, liberalidad sexual, antirracismo, et al.) que coinciden en gran medida con la sensibilidad socio-política de esta cohorte demográfica. Para bien o para mal, la vida en sociedad se desplaza al ritmo que le marcan los centennials, como también se les conoce a los miembros de esta generación.
"El feminismo de Barbie es burdo y superficial y, en algunos momentos, hasta sonrojante.", declaran en El Confidencial. "Con un feminismo deconstruido y reconstruido, una muñeca de belleza ideal y perfección inmaculada ha necesitado de una revisión y readaptación a las nuevas diversidades.", prosiguen en este mismo medio, haciendo referencia a las modificaciones de diseño aplicadas a la muñeca de Mattel con el fin de "acomodarse" a los "nuevos tiempos".
Algunos sitios web han afirmado, incluso, que estamos "ante uno de los fenómenos pop más relevantes de 2023". "Desde el contexto estético, Barbie es un caramelo pop visual; musicalmente hablando, le habla directamente a la generación de las redes sociales", declara la revista Marvin. De acuerdo a una buena parte de los críticos, la película protagonizada por Margot Robbie tiene todos los ingredientes para triunfar entre los representantes de la generación Z: visualidad, dinamismo narrativo y corrección política.
"La enorme contradicción que navega Barbie, la de condenar el estado de las cosas desde las profundidades de la misma maquinaria que lo produce", declara el medio Infolibro. Así, este mismo sitio concluye señalando las "incoherencias" comerciales de la película: "Al fin y al cabo, no deja de ser una sátira aprobada por el mismo gigante económico al que satiriza."
Marketing transmediático y la reacción del "público" cubano
Como casi todos sabemos y hemos padecido, Cuba se encuentra fuera del mercado cinematográfico mundial. Los cines de la Isla no exhiben los filmes que se publicitan alrededor del mundo y, obviamente, no aportan ni un céntimo a la cuantificación de la taquilla. Aun así, los cubanos se las arreglan para estar siempre "arriba de la bola".
"Me entretuve? Sí. Aunque he visto comerciales mucho más cortos y mejores. Esto no es una película sino un "largo" de marketing.", comentó Francis Sánchez, escritor y director de la revista Árbol Invertido.
La artista visual Lia Villares, por su parte, también manifestó su opinión respecto a la película, mientras se manifestaba en favor de Sound of Freedom, un filme que aborda las temáticas del tráfico y abuso sexual infantil: "Dicen que las familias van vestidas de rosa al cine a ver este comercial de 2 horas, cuyo "mensaje" dicen que es feminista, pero (no he visto el filme) me parece que las feministas antes tenían otro concepto del feminismo bien distinto, o no tan rosa."
Odaymar Cuesta, en un texto publicado en la revista Afrocubanas, hace notar doce razones que convierten a Barbie en un producto "conformista blanco racista alienante mercantil".
"Feminismo blanco de la segunda ola que a muchas corporalidades diversas negras, queers, trans, no binarias, neurodivergentes, migrantes, no nos sirve ni representa (incluyendo a la propia América Ferrera)" da inicio a esta lista, para luego continuar con otros señalamientos.
"Gordofobia opresiva. Nadie come alimentos en esa movie. Dos personajes gordas que apenas enseñan sus cuerpos, a diferencia de las barbies extra flacas", describe Odaymar.
Asimismo Cuesta percibe transfobia en "El detalle térfico del final cuando Barbie, al convertirse en humana, su primera actividad es ir a una consulta de ginecología. Por cierto, aunque Barbie no tiene genitales es asumida como mujer."
Por otro lado, muchos negocios en la Isla, sobre todo privados, han querido aprovechar el furor "barbimaníaco" que se está viviendo en el resto del planeta. Desde revendedores de Shein hasta cafeterías y promotores de fiestas, todos quieren ser partícipes del estreno del verano.
Por ejemplo, un chófer de un auto clásico habanero decidió "montarse en el mismo carro" que sus compatriotas, pintando su máquina de rosa y decorándola con el nombre de la película. El cubano parece tener sus propios métodos para influir en la taquilla universal.
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