20 años de prisión para Dominique Pelicot por drogar y violar a su esposa, Gisèle Pelicot
Dominique Pelicot organizó durante toda una década la participación, en estas violaciones, de decenas de hombres que también fueron condenados.
Este jueves, el tribunal penal de Aviñón puso fin al mayor proceso por violación mediante sumisión química de la historia judicial francesa. En un juicio que duró tres meses y medio, Dominique Pelicot, de 72 años, fue condenado a 20 años de prisión, la pena máxima prevista por la ley francesa, por drogar y violar a su entonces esposa, Gisèle Pelicot, durante al menos una década. Pelicot también organizó la participación en estos actos de decenas de hombres, cuyas edades oscilan entre los 26 y 74 años, contactándolos a través de internet.
Los 49 hombres procesados fueron hallados culpables, con penas que oscilan entre los 10 y 18 años de prisión. A la mayoría se les aplicó el agravante de violación o tentativa de violación en grupo. Mientras que uno fue declarado culpable de agresión sexual. Los hechos ocurrieron en el domicilio de la pareja en Mazan, donde Gisèle Pelicot era sedada para que su esposo y los demás hombres cometieran los abusos, incluso grabando los actos en video.
Uno de los imputados, Jean-Pierre M. fue juzgado por violar a su propia esposa también mediante sumisión química en compañía de Dominique Pelicot y fue condenado a 12 años de prisión.
“Reconozco los hechos, pero no la intención”
La defensa de una treintena de acusados alegó que sus clientes habían sido “manipulados” por Pelicot y que no tenían intención de cometer violaciones, afirmando en su mayoría desconocer el estado de sumisión química de la víctima. Sin embargo, la fiscalía subrayó que la supuesta falta de intencionalidad no los exime de responsabilidad legal ni moral. Los videos presentados como prueba central por la acusación dejaron en evidencia la gravedad de los hechos.
Un juicio que marca precedentes
El caso de violación salió a la luz en septiembre de 2020, cuando Dominique Pelicot fue arrestado por grabar bajo las faldas (sayas) de mujeres en un supermercado. Al revisar su computadora, las autoridades descubrieron grabaciones de las violaciones, que sirvieron como base de la acusación.
Además de esas grabaciones se pudo demostrar que Dominique también fotografió a su hija y a sus nueras desnudas y que esas imágenes las divulgó en Internet.
Desde el inicio del proceso judicial - 2 de septiembre de 2024-, Dominique reconoció los hechos: “Soy un violador, como todos los que están en esta sala”, proclamó en su primer interrogatorio, el 17 de septiembre.
La condena histórica a Dominique Pelicot y los demás acusados es un recordatorio de la magnitud de las redes de violencia que pueden crearse en torno a una víctima, y del trabajo pendiente para garantizar que estos crímenes no queden impunes.
Gisèle Pelicot al renunciar a su derecho al anonimato, y decidir realizar las sesiones a puertas abiertas, se convirtió en un símbolo feminista global. Con esta acción buscaba visibilizar las dinámicas de la violencia sexual y cambiar la percepción hacia las víctimas. “Es hora de que la vergüenza cambie de bando”, expresó, usando una consigna emblemática del movimiento feminista.
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