Detenido y censurado: el cineasta Orlando Mora, víctima del control estatal en Cuba

Orlando Mora fue detenido por agentes del MININT el pasado sábado 21 de diciembre y retenido durante más de 24 horas.

El corto cubano Matar a un hombre, dirigido por Orlando Mora Cabrera, se ha convertido en el epicentro de un tenso debate sobre la censura y el control institucional en Cuba. La obra, que aborda temas como la violencia y las tensiones en torno a los cuerpos e identidades, fue retirada del programa oficial del Festival de Cine de La Habana tras varias reprogramaciones injustificadas, según denuncias del director. Esta exclusión, de acuerdo con Mora, obedece a "razones esencialmente homofóbicas" y a la incapacidad del régimen para aceptar discursos críticos.

A pesar de las dificultades, el filme encontró espacio en circuitos alternativos. Fue proyectado en la Fundación Ludwig de Cuba y la Escuela Internacional de Cine y Televisión (EICTV), donde la asistencia superó la capacidad del lugar. Asimismo, se exhibió en el programa Cine Bajo las Estrellas, organizado por la Embajada de Noruega en Cuba. Mora agradeció estas iniciativas, señalando que "la alegría de exhibirla no alivia el dolor que causa la exclusión". Sin embargo, esto provocó una reacción de las autoridades: el director fue detenido por agentes del Ministerio del Interior (MININT) el pasado sábado 21 de diciembre y retenido durante más de 24 horas. Aunque ya liberado, Mora no ha ofrecido detalles sobre las razones de su detención.

Censura, represión y homofobia en el cine cubano: el caso de Orlando Mora

Matar a un hombre, protagonizada por Kiriam Gutiérrez (a quien las autoridades cubanas no le permitieron salir de su casa para asistir a las exhibiciones alternativas del filme), Ángel Ruiz y Eduardo Martínez, presenta la historia de Javi, un bailarín queer enfrentado a un cliente obsesivo. La obra fue una de las diez películas recomendadas por críticos para la cartelera del festival. No obstante, su inclusión se frustró bajo pretextos logísticos, como apagones, que justificaron únicamente las primeras cancelaciones. Según Mora, la censura final refleja un patrón de exclusión que afecta a proyectos críticos al régimen.

Esta no es la primera vez que el Festival de Cine de La Habana se ve envuelto en polémicas de censura. Obras como Santa y Andrés, de Carlos Lechuga, y Llamadas desde Moscú, de Luis Alejandro Yero, han sido retiradas en ediciones anteriores. Mora lamentó que un evento tan importante haya perdido su esencia transformadora, desplazando al cine crítico en favor de producciones comerciales extranjeras.

La dirección de la EICTV, coproductora del filme, expresó su apoyo al director mediante un comunicado que rechazaba "cualquier forma de exclusión en el arte y el pensamiento". Mora enfatizó que, en el contexto actual, hacer cine crítico y ético se convierte en un acto de resistencia. "En las circunstancias actuales, el cine que aborda las contradicciones de nuestra realidad social y política es necesariamente un cine de resistencia", declaró.