Triple feminicidio en Argentina reaviva el debate sobre la violencia contra las mujeres

“El caso de Lara, Brenda y Morena ha despertado polémicas por el modo en que se culpó a las víctimas, intentando negar la validez del término feminicidio.”

Movilización en reclamo de justicia por el triple feminicidio en Argentina.
Movilización en reclamo de justicia por el triple feminicidio en Argentina.

Tres jóvenes de entre 15 y 20 años fueron torturadas y asesinadas el pasado viernes 19 de septiembre de 2025 en Florencio Varela, ciudad de la provincia argentina de Buenos Aires, en un crimen cuya brutalidad ha causado conmoción en todo el país y que las autoridades vinculan con el narcotráfico y la prostitución.

Brenda del Castillo y Morena Verdi, ambas de 20 años, y Lara Gutiérrez, de 15, desaparecieron el viernes en la noche tras subir a una camioneta que las llevaría a una supuesta fiesta de la cual nunca regresaron. Sus teléfonos se apagaron a la mañana siguiente y cinco días después, tras una intensa búsqueda, se encontraron sus cuerpos descuartizados y enterrados en el jardín de una casa. El caso llamó de inmediato la atención de los medios, cuya cobertura ha despertado polémicas por la manera en que se ha expuesto la vida privada de las víctimas, haciéndolas responsables de su propia muerte e intentando negar la validez del término feminicidio.

El estudio forense determinó que las tres víctimas fueron torturadas por turnos antes de ser asesinadas. A Lara le amputaron los cinco dedos de la mano izquierda y parte de una oreja, presentaba además quemaduras de cigarrillos en su cuerpo y un corte profundo en el cuello que le abrió la arteria carótida. El cuerpo de Brenda mostraba múltiples heridas en el cuello y el rostro, y una fractura de cráneo que se estima fue la causa de su muerte. También el rostro de Morena fue golpeado salvajemente antes de que se la ultimara con una luxación cervical.

La crueldad con que se las torturó hizo pensar a los peritos que se trataba de un ajuste de cuentas. Luego se comprobó que todo el proceso de tortura y asesinato se trasmitió en vivo a través de una cuenta de Instagram vinculada a un clan de narcotráfico, y que uno de los asesinos dijo durante esa transmisión: “Esto le pasa al que me roba droga”.

Hasta el momento se ha detenido a cuatro personas, presuntamente responsables directas del crimen. Pero la investigación continúa para capturar al resto de los miembros de la banda y a quien se considera el autor intelectual del triple feminicidio, un capo conocido como “Julito” o “el Pequeño J”, de nacionalidad peruana.

Feminicidio, crimen organizado y violencia estructural

Brenda, Morena y Lara, víctimas del triple feminicidio en Argentina..
Brenda, Morena y Lara, víctimas del triple feminicidio en Argentina..

El caso ha generado intensos debates no solo por el nivel de violencia empleado, sino también por la manera en que algunos medios lo han abordado, emitiendo juicios morales que degradan a las víctimas y ponen sobre ellas parte de la culpa por lo ocurrido.

El hallazgo de los cuerpos y los espeluznantes detalles del crimen desataron de inmediato la indignación y miles de personas salieron a las calles de varias ciudades argentinas para reclamar respeto y justicia. Las protestas, convocadas por el movimiento Ni Una Menos, han llenado las plazas de Buenos Aires, Rosario, La Tablada, Corrientes, Córdoba, La Plata, Mendoza y el propio Florencio Varela. Con consignas como “No hay víctimas buenas ni malas, hay feminicidios”, “Ninguna vida es descartable” y “El antifeminismo de Estado y el ajuste son letales”, las manifestantes acusan el incremento de la violencia contra las mujeres en Argentina, donde una joven es asesinada cada 36 horas.

Poco después de que Ni Una Menos convocara a las marchas, el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, explicó través de su cuenta en X algunos detalles de la investigación en curso y llamó a la sociedad a trabajar juntos para eliminar el narcotráfico en el país: “Ante un hecho de esta naturaleza tenemos que ser serios y responsables para que se comprenda que el narcotráfico no conoce de fronteras ni jurisdicciones, y ejerce además todas las formas de la violencia machista”, añadió.

En una entrevista con Página 12, Estela Díaz, Ministra de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la provincia de Buenos Aires, argumenta sobre la pertinencia del término feminicidio en este caso y sobre las particularidades del narcofeminicidio:

Los femicidios son las expresiones más extremas de la violencia de género y, en contexto de narco criminalidad, se observa un diferencial en torno al cuerpo de las mujeres, como lo vimos en este caso y ha surgido de la autopsia. Ensañamiento, espectacularización y crueldad con el cuerpo de las mujeres que están atravesadas por una compleja trama de vulnerabilidades.

Estela Díaz también señala que “los femicidios en contexto de criminalidad organizada suelen estar caracterizados por una consideración de las mujeres como mercancías”.

Por su parte, Georgina Orellano, Secretaria general nacional de la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina (AMMAR), advirtió sobre la precariedad y la vulnerabilidad de muchas mujeres: “Parece que nosotras somos merecedoras de los que nos pasa por tomar decisiones que otras, seguramente con otras oportunidades, no tomaron”, explicó: “Nuestros cuerpos están habilitados para ser descartados de la sociedad”.

El caso se reconoce oficialmente como feminicidio

El martes 23 de septiembre, el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos argentino decidió pasar el caso a manos de la Fiscalía de Homicidios, a cargo del fiscal Adrián Arribas. También se redefinió el homicidio, tanto por la premeditación y la participación de varias personas, como la alevosía, el ensañamiento y el hecho de que fue cometido contra una mujer mediante violencia de género. De esta forma, las autoridades reconocen oficialmente que los asesinatos de Brenda, Morena y Lara son feminicidios.

La legislación argentina reconoció en 2012 el asesinato de mujeres como un homicidio agravado. Aunque no influye el término feminicidio, la Ley 26.791, que modificó el artículo 80 del Código Penal, establece que penas de reclusión o prisión perpetua a quien mate a una mujer cuando el hecho sea perpetrado por un hombre y medie violencia de género, o a quien mate a una mujer por placer, odio racial, religioso, de género, u orientación sexual. También la Ley 26.485, aprobada en 2009, define tipos específicos de violencia contra la mujer y establece la obligación del Estado de prevenirla y sancionarla. En 2019, se promulgó además la Ley 27.499, conocida popularmente como “Ley Micaela”, que impone la capacitación obligatoria en género y violencia de género para todos los funcionarios públicos argentinos.

El 23 de enero de 2025, en el Foro de Davos, en Suiza, el presidente argentino Javier Milei pronunció un polémico discurso donde, entre otras cosas, cuestionó la validez del término feminicidio: en “muchos países supuestamente civilizados -dijo- si uno mata a la mujer se llama femicidio, y eso conlleva una pena más grave que si uno mata a un hombre solo por el sexo de la víctima. Legalizando, de hecho, que la vida de una mujer vale más que la de un hombre”.

Un día después, el ministro argentino de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, advirtió que el gobierno de Milei buscaría eliminar el agravante por violencia de Género del Código Penal: “Vamos a eliminar la figura del femicidio del Código Penal Argentino. Porque esta administración defiende la igualdad ante la Ley consagrada en nuestra Constitución Nacional. Ninguna vida vale más que otra”, escribió en su cuenta en X.

El 8 de agosto de 2025, la Cámara de Senadores del Congreso Nacional de Argentina declaró oficialmente "su más enérgico repudio a las palabras emitidas por el presidente de la Nación, Javier Milei, en el Foro Económico Mundial, el 23 de enero de 2025, en las que desconoció la figura del femicidio, las desigualdades de género y el respeto a la diversidad de la comunidad LGBTIQ+". Asimismo, ratificó la validez de las leyes aprobadas para castigar la violencia contra la mujer y resaltó la gravedad de ese problema en Argentina, donde ocurre un feminicidio cada 33 horas.

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