Entrevista │ María Fals Fors y la pintura dominicana
“Las artes plásticas son una de las manifestaciones artísticas más destacadas en el ámbito de la cultura dominicana.”
Investigadora y crítica de arte, María Fals Fors, nacida en Santiago de Cuba, ha desarrollado una obra de gran valor en el estudio de las artes plásticas de la República Dominicana, su patria de adopción desde 1994. Se licenció en Historia del Arte en la Universidad de Oriente, en Cuba, en 1989. Posteriormente, se graduó de una maestría en Metodología de la Investigación y Epistemología en la UASD y de una maestría en Alta Gerencia de la UTE, ya en República Dominicana. Actualmente es doctorante de Ciencias Humanísticas en la Universidad de Oviedo, España. Pero tal vez lo más importante de su formación humanística lo debe a su familia.
Su padre, el destacado músico cubano Santiago Fals Castillo, descendiente de una familia de músicos y poetas, falleció en 2022 en República Dominicana, a donde había emigrado como tantos otros cubanos. No solo fue compositor y trompetista talentoso, director de la Orquesta de Santiago de Cuba entre 1972 y 1976, y extraordinario director de coros, sino que también era Licenciado en Historia, Doctor por una universidad del País Vasco con una investigación magistral sobre la música en el Caribe, y gran pedagogo, en particular universitario y del Conservatorio, formador de varias generaciones de músicos cubanos y dominicanos, así como acucioso historiador y poeta. Su viuda, la Dra. María de las Nieves Fors, es una inteligente y sensible filóloga, profesora de la Universidad de Oriente hasta su emigración a Santo Domingo, donde continuó su trayectoria como educadora.
Con tales antecedentes familiares, María Fals estaba, desde luego, destinada a realizar una intensa labor humanística.
María Fals Fors es miembro fundador de la Asociación Dominicana de Historiadores del Arte (ADHA) y su actual vicepresidente. Desde 1996 ha sido profesora de la Escuela de Crítica e Historia del Arte de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y más tarde de la Escuela de Diseño Industrial y Modas, alcanzando la posición de coordinadora de la Cátedra de Historia del Arte entre el 2014 y el 2018. En la Facultad de Artes, imparte docencia de pregrado y posgrado; en este último nivel académico, desempeña importantes labores en el Máster en Artes Visuales con la materia de Taller de Arte Caribeño.
Coordinó entre 2022 y 2023 un grupo de la maestría en Artes y Educación Intrapersonal de FUNANART en Coordinación con la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA). Ha impartido conferencias sobre Artes Plásticas y temas humanísticos en diferentes universidades. Talentosa investigadora de las artes en Santo Domingo, en particular en su época contemporánea, no ha dejado de ocuparse de las artes plásticas en su tierra natal (la obra de Wifredo Lam, o el Art Déco por ejemplo). Son de señalar sus estudios específicos sobre arte dominicano, en particular sobre el Art Déco, la negritud en la expresión plástica de ese país, y su sistemática valoración de la participación de la mujer dominicana en la creación, la crítica, la historia y la promoción de las artes plásticas.
En este sentido, María Fals Fors tiene mucho que decirle a la revista AlasTensas sobre esos componentes esenciales de la expresión plástica en su segunda patria.
María, ante todo, muchas gracias por compartir con nosotros. El Caribe sigue siendo una región latinoamericana insuficientemente conocida en cuanto a su creación plástica, tanto en Europa como en el resto del hemisferio occidental. ¿Qué valores consideras más importantes en la expresión plástica dominicana actual?
Ante todo, mis afectuosos saludos a ustedes y mi agradecimiento por esta entrevista. La plástica dominicana es producto de una interesante evolución que se produce a partir del siglo XIX, con pintores y escultores como Abelardo Rodríguez Urdaneta, Luis Desangles Civili ―cuya labor también fue fundamental en el desarrollo de las artes plásticas en Santiago de Cuba―, Adriana Billini, quien estudió en la academia de San Alejandro en La Habana, entre otros grandes artistas.
Ya en el siglo XX, se observa una búsqueda paulatina de lo identitario en las obras de Celeste Woss y Gil, quien introduce la pintura del desnudo femenino en el arte dominicano; Jaime Colson, quien se adentra en temas afrodominicanos, sobre todo a partir de finales de la década del 50 del siglo XX; Darío Suro, que explora las raíces negras en su pintura, sobre todo a partir del contacto en México con el arte del muralismo mexicano y la llegada de artistas refugiados de la Guerra Civil Española, como José Gausachs, Manolo Pascual y Antonio Prats Ventós, entre otros.
Se destacan también Paul Giudicelli, Gilberto Hernández Ortega, la aún plenamente vigente Ada Balcácer, Clara Ledesma, Eligio Pichardo, quienes exploran en lo mítico, en las raíces culturales del pueblo dominicano.
A partir de las décadas del 60 y 70, artistas de gran talla como Elsa Núñez, Cándido Bidó, Leopoldo Pérez, Orlando Menicucci, José Cestero, Aquiles Azar García, Geo Ripley, Ramón Oviedo, el surrealista Iván Tovar, Freddie Javier, Alberto Bass, en la semi abstracción Rosa Elina Arias, Germán García y otros tantos, aportaron su sello al arte dominicano, que desde el punto de vista estilístico entrelaza elementos del surrealismo y del expresionismo y el geometrismo con lo sígnico y lo simbólico, en una producción artística poseedora de un carácter propio.
Los temas son costumbristas, de los elementos de la religiosidad popular, el retrato, los acontecimientos significativos como la Guerra de Abril de 1965, en un arte donde el compromiso social estuvo presente como fue el caso del Grupo Arte y Liberación.
Ya en las décadas de los 80 y 90, nuevas figuras se destacan, como Iris Pérez, Amaya Salazar, Silvano Lora, Genaro Phillips, José Luis Aguasvivas (Sejo), Julia Castillo, el escultor y pintor Freddie Cabral, Carlos Redman, y otros muchos, quienes continuaron la tradición de un arte visual de gran calidad. Se incorporan poco a poco nuevas técnicas y formas de creación como el happening, el performance y el arte efímero.
A partir del 2000, se incorporan figuras como Raúl Morilla, Raquel Paiewonsky, Omar Molina Oviedo, Inés Tolentino, Ángel Urrely de origen cubano, los hermanos José Ignacio y Aquiles Azar Billini, Sole Fermín, Fermín Ceballos, Ezequiel Taveras en la performance, entre otros, junto a artistas aún más jóvenes como Luis Heredia, Ramón Calcaño, Nércido Beltré, Zoraidy García, Mikousi Montana, quien se inicia en el graffiti.
Existe un fuerte movimiento muralista que tiene entre sus cultivadores jóvenes a Ariel Santil, Cromcin Domínguez y Pedro Veras. Muchos artistas dominicanos también destacan en la diáspora, como Scherezade García, Luis Cepeda, Rafael Trinidad, Patricia Tolentino, Van Robert y el dominicano-cubano-norteamericano Raphael Díaz, entre otros.
En la actualidad, hay muchos espacios expositivos, un movimiento de artes visuales pujante, un Colegio de Artistas Plásticos de gran fuerza, pero escaso apoyo a los artistas visuales, escasez de coleccionistas y un mercado de arte que a pesar de sus esfuerzos, no logra las ventas necesarias para que los artistas, en su inmensa mayoría, puedan vivir de su trabajo creativo, teniendo que dedicarse a otras labores en áreas tan diferentes como la docencia, la ingeniería, el mercadeo, u otra actividad que les permitan ganarse el sustento.
Es por eso que desde Philartis R.D, empresa para promover el arte y la cultura, creada en el 2020 por mi esposo Marcos González por mí, nos hemos enfocada en promover la educación, el arte y la cultura a través de la labor dentro de la enseñanza artística, la organización de exposiciones en la parte promocional, curatorial y museográfica, la elaboración de catálogos, conferencias, visitas dirigidas, entre otras actividades.
En tu opinión, ¿cuáles son las características más nítidas en la plástica dominicana contemporánea?
Su calidad, su carácter heterogéneo manteniendo un sello propio, su inserción paulatina en los espacios internacionales, con agrupaciones de artistas que buscan autogestionarse, como es el caso de Coco D’Art, coordinado por Wilkins Terrero, que ha logrado espacios expositivos en Europa y Estados Unidos para artistas dominicanos mayormente emergentes.
También la inserción y los aportes de numerosas mujeres como Iris Pérez, Yuly Monción, Marcia Guerrero, Lucía Méndez, entre otras, y de talentos muy jóvenes como las artistas Aida Vásquez, Amalia Estrada, Betesha Bloise, Mónica La Paz, Mueve Flore, Ana María López, Pamela Polanco y Zoraidy García, quienes participaron en “Inner Canvas”, exposición colectiva organizada a fines de julio de 2024 en Arte San Ramón, en Santo Domingo.
El Art Déco significó, sin dudas, una fundamental renovación en la arquitectura, la plástica, el affiche y, por cierto, el diseño, en particular el diseño gráfico del siglo XX. En Cuba, por ejemplo, tuvo una gran repercusión en la arquitectura, si bien, me parece, se percibe sobre todo en el diseño de fachadas. Dada tu experiencia personal y tus estudios sobre el Art Déco en Cuba y en Santo Domingo, ¿puedes comentarnos sobre las semejanzas y, tal vez, las posibles diferencias entre ambos?
El Art Decó habanero fue un estilo de mucha aceptación entre las altas clases, legando edificios en altura como el López Serrano, clínicas y torres de oficinas como el Edificio Bacardí. En Santiago de Cuba revistió un carácter más popular, siendo muy escasa su presencia en Vista Alegre, la urbanización de la alta burguesía santiaguera, en la que a través de un trabajo de campo realizado como trabajo de curso en 1988, solo encontramos la presencia de una vivienda de ese estilo, predominando el eclecticismo imitativo de lo neoclásico.
Sin embargo, en la zona colonial de Santiago y en barrios como Sueño, Veguita de Galo y otros, pudimos detectar muchas viviendas cuya fachada tenía las características propias de ese estilo, como el escalonamiento, las estrías, los azulejos y las pilastras de remates escalonados. Las de la zona colonial eran remodelaciones de fachadas de edificios más antiguos, en el caso del Reparto Sueño y de Veguita de Galo eran edificaciones nuevas de albañiles anónimos.
En República Dominicana, especialmente en Santo Domingo, vemos un Art Decó muy similar al santiaguero, sin las pretensiones de lujo de La Habana, donde se observa como lenguaje de fachada, siendo escasa su presencia en el interior de las viviendas. Se destaca en la vivienda individual popular de fachada simple de Ciudad Nueva, inicios de Gazcue, San Carlos, Don Bosco y la periferia de la Zona Colonial. También puede observarse, en estas zonas, en edificios de mayor alcance, como el Savignon, el Pavime y la Iglesia Don Bosco.
En el interior de la República Dominicana también es observable en un estilo de carácter popular, y como lenguaje de fachada en ciudades como La Vega, Santiago, San Pedro de Macorís y otras. Son muy hermosas dentro de este estilo la Catedral de Puerto Plata, de 1929, y la de San José de Ocoa, de 1939.
¿Qué puedes decirnos sobre el peso de la plástica en general en la cultura dominicana del presente?
Las artes plásticas son una de las manifestaciones artísticas más destacadas en el ámbito de la cultura dominicana, por la calidad intrínseca de sus obras. Algo que deseo mencionar es la importancia paulatina que se le está dando a la educación artística, en especial las artes visuales, en el sistema educativo dominicano, surgiendo recientemente los Bachilleratos modalidad en Artes, y creándose en diferentes centros de educación superior tanto públicos como privados la carrera de educación artística.
Sin embargo, se necesita que se dé más a conocer su importancia, a través de los currículos educativos de nivel inicial, básico, secundario y superior, para formar un público general que lo valore en su justa dimensión.
¿Cuáles de los diferentes tipos de expresión plástica predominan en la República Dominicana? ¿Qué me dices del estado de la crítica y la historia del arte en ese país?
En la República Dominicana la pintura ha sido la manifestación artística predominante. En la escultura han existido grandes maestros como Urdaneta, también de amplio reconocimiento como es el caso de Rotellini, Freddie Cabral, Juan Carlos Gómez, Guadalupe Casasnovas, Amaya Salazar, Manuel Barías, Susy del Pellerano con su “estética de la máquina”, y también otros más recientes como Juan Trinidad Wilton de Jesús. El material fundamental de trabajo de casi todos estos artistas ha sido la madera, aunque también en ocasiones vemos el uso del metal y las técnicas mixtas.
En la escultura están los trabajos de Rollo, Freddie Cabral, Timo Pimentel y Said Musa, y de diferentes ceramistas que trabajan la terracota vidriada o no, el rakú y otras técnicas con gran acierto. La fotografía es también un arte muy importante, cultivado por fotógrafos de amplia experiencia como Mayra Johnson, Angelita Casals, Kevin Naar, entre otros.
Desde mediados del siglo XX la función del museo como institución cultural ha venido cambiando en el mundo, incluyendo la relación entre el público y la propia institución y sus fondos. ¿Qué puedes decirnos sobre el museo dominicano en la hora presente?
Los museos en la República Dominicana son muy diversos. Existen museos dedicados al tema histórico, como el Alcázar de Diego Colón, el Museo de Casas Reales, primera sede de la Real Audiencia en América. Debemos recordar que la ciudad de Santo Domingo es una de las primeras fundadas en América. En su enclave actual en la margen occidental del río Ozama, data de 1502, pero fue inicialmente fundada en 1494, en la orilla oriental del mismo río. Por tanto, al ser una ciudad de las más antiguas de nuestro continente, tiene un valor cultural, histórico, arquitectónico y urbanístico que la convierte en una ciudad museo.
La catedral de Santo Domingo, primada de América, inició su proceso de construcción en 1512, solicitada por el arzobispo Alejandro Geraldini. Su edificación había sido autorizada por el Papa Julio II en 1511. Fue obra de distintos arquitectos, como Luis de Moya y Rodrigo de Liendo. Entre sus estilos destacan el gótico isabelino y el plateresco.
Otros museos importantes son el Museo de la Imagen, dedicado a la fotografía y el cine, el del Ámbar, piedra Nacional de la República Dominicana, y el del Larimar, pectolita azul que solo existe en nuestro país, muy utilizada, como el ámbar, en la fabricación de joyas y accesorios.
Como museos de artes visuales tenemos al Museo Bellapart, abierto a todo público, fruto de la labor de un importante coleccionista privado y dirigido por la destacada intelectual, historiadora del arte y artista Myrna Guerrero, donde se atesora una valiosa colección de artes plásticas dominicanas del siglo XIX a la actualidad, y de los maestros españoles refugiados a finales de la década del 30 y en la década del 40 del siglo XX. También ofrece espacios para exposiciones transitorias y charlas sabatinas sobre temas de arte.
El Museo de Arte Moderno es el museo estatal de la República Dominicana, que posee una colección de arte de gran importancia en su colección permanente, y donde se realizan importantes exposiciones y Bienales de Arte.
A nuestra revista le interesa especialmente el papel de la mujer en la cultura del siglo XXI. Te agradeceríamos mucho tu personal apreciación sobre la presencia de la mujer dominicana en la creación plástica, inclusiva la de carácter arquitectónico; en la crítica y la historia del arte en ese país, y, no menos importante, en la enseñanza, la labor profesional de las galerías, el mercado del arte, la promoción, la edición de materiales artísticos.
La mujer dominicana ha estado inmersa en la evolución de las artes plásticas en nuestro país. Desde las pioneras Adriana Billini y Celeste Woss y Gil, hasta las artistas de vanguardia como Marianela Jiménez, Nidia Serra, Ada Balcácer, Clara Ledesma, Elsa Núñez, Delia Weber, poeta y pintora, y sus sucesoras han ido afianzando el papel de la mujer en la plástica dominicana.
En el plano internacional actual ha destacado Tania Marmolejo, la pintora de los rostros de grandes y enigmáticos ojos. Iris Pérez, que trabaja una temática femenina de profundo carácter social y a la vez espiritual, se ha insertado poderosamente en el espacio artístico internacional y su obra ha sido expuesta en Asia: Japón, Corea, Bangladesh, y en países de Europa y América. Thelma Leonor Espinal se ha desarrollado con un arte innovador dentro de corrientes como el Land Art y el arte efímero, la escultura en acero y la pintura. Raquel Paiewonsky desarrolla un arte crítico, reflexivo e innovador.
El papel de la mujer es cada vez más poderoso en el mudo del arte. Otras dignas representantes de la dominicana se me quedan por mencionar, pero son igualmente valiosas dentro de la producción artística del país.
En la crítica y la historia del arte dominicano han existido grandes mujeres como Myrna Guerrero, Marianne Tolentino, Jeannette Miller, y otras más actuales que han desempeñado una importante labor en la documentación de la historia del arte del país.
La Asociación de Historiadores del Arte, de la cual fue presidente Paula Gómez, y actualmente María Elena Ditrén, y de la cual soy la actual vicepresidente, tiene una gran presencia femenina y sus miembros y afiliados, tanto hombres como mujeres, han contribuido a la difusión de los aportes de la plástica nacional e internacional a través de charlas mensuales, diplomados y su Jornada Científica.
En la Asociación de Críticos de Arte también se aprecia la presencia de mujeres destacadas como Guadalupe Casasnovas, María Elena Ditrén, Amelia Soto, primera directora de la Escuela de Crítica e Historia del Arte, entre otras, quienes junto a sus pares masculinos han venido desarrollando una amplia labor para la cultura artística dominicana.
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