Narrativa cubana│Las puertas de Shardonk
"Mi pie ya no es un pie sino una bola de carne inmoble donde navegan los gusanos, en las noches los siento enroscados en el cuello".
Shardonk. Shardonk.
He ansiado conocer esas puertas.
Desde niño, cuando aún conocía poco de lo que se dice llamar vida y andaba siempre avispado con un trapito introduciéndolo en mi nariz para hurgar en ella; alguna vez creí que los orificios oscuros de nariz podrían conducirme a esas puertas. Shardonk, ellos me hablaron de ese lugar, en realidad no a mí sino a mis oídos. Siempre escuchaba atento tras la columna del inmenso librero. Recuerdo cierta vez cuando me cayó encima de la pata es por eso por lo que mamá dice que mientras ella viva yo nunca voy a conocer Shardonk. Desde ese día mi pie ha quedado muy mal, y según he escuchado decir a todos, mi pierna no tiene arreglo y cada día que pasa coge más peste. Yo casi ya no puedo andar y me siento triste, ellos prometen mucho.
-TU PIE SE ARREGLARÁ.
-PONDRÉMOS UNA PRÓTESIS PLÁSTICA.
-TE COMPRAREMOS UNA PUTA.
-PELICULAS PORNOGRÁFICAS.
-VIVIRÁS FELIZ.
-NO TE FALTARÁ NADA. ´
Pero solo deseo conocer Shardonk, y con el pasar de las horas mi pie izquierdo se va pudriendo, mi pie ya no es un pie sino una bola de carne inmoble donde navegan los gusanos, en las noches los siento enroscados en el cuello, y les hablo cuando estoy solo, cuando todos están durmiendo. He llegado a pensar que nadie me quiere, ellos me detestan por no poder ir Shardonk, les he dicho muchas veces “deseo ir, mi cuerpo está dispuesto”, y ellos prometen mucho.
-LA PIERNA ADEMÁS DE SER PLÁSTICA DARÁ LOS BUENOS DÍAS Y LAS BUENAS NOCHES.
-TE CONVERTIREMOS EN EL HÉROE DE LOS INCAPACITADOS.
-POR TI, ELIMINAREMOS LAS BARRERAS ARQUITECTÓNICAS.
¡Y gracias a Shardonk podían prometerme que todos los problemas allí se resolvían, y que no habría más dolor, ni pensamientos! Yo quería ir, ir a verme mi pie izquierdo y les gritaba como un demente a todas horas. “¡yo quiero ir a Shardonk!” “¡yo quiero ir a Shardonk!”, a arreglarme mi pie, solo quería eso.
Tarde, tarde, llegó a casa un señor muy misterioso vestido de blanco, mis oídos escucharon que mi pierna y yo corríamos gran peligro, porque una señora llamada gangrena se había hecho dueña de una parte de la cadera y por lo visto me tendría que ir para siempre con esa desconocida a un lugar muy lejano. Mamá lloró tanto que casi se le salen los ojos para fuera, ella esperó toda la noche a mis hermanos que llegaron luego de alguna fiesta, embriagados, para prometer mucho.
-COMPRAREMOS MUCHAS ORQUIDÍAS.
-TE VESTIREMOS DE BLANCO.
-TOMAREMOS FOTOS.
-VENDRÁ MUCHA GENTE.
-NO FALTARÁN LAS CINTAS DEDICADAS POR AMIGOS COMPRADOS.
-SERÁ EN UN SALÓN BIEN GRANDE.
- Y ESCRIBIREMOS AL PIE DE LA LÁPIDA, CON LETRAS DORADAS:
“ESTAS SON LAS PUERTAS DE SHARDONK”.
Nonardo Perea
(La Habana, 1973). Narrador, artista visual y youtuber. Cursó el Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso del Ministerio de Cultura de Cuba. Entre sus premios literarios se destacan el “Camello Rojo” (2002), “Ada Elba Pérez” (2004), “XXV Encuentro Debate Nacional de Talleres Literarios” (2003- 2004), y “El Heraldo Negro” (2008), todos en el género de cuento. Su novela Donde el diablo puso la mano (Ed. Montecallado, 2013), obtuvo el premio «Félix Pita Rodríguez» ese mismo año. En el 2017 se alzó con el Premio “Franz Kafka” de novelas de gaveta, por Los amores ejemplares (Ed. Fra, Praga, 2018). Tiene publicado, además, el libro de cuentos Vivir sin Dios (Ed. Extramuros, La Habana, 2009).
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