Narrativa cubana | Yovana Martínez Milián: “Janie”
Los cuentos de Yovana Martínez Milián dejan ver una inusual habilidad para trasmitir al lector la tensión interior de sus personajes.
La obra perfecta de la agresividad
es conseguir que la víctima admire al verdugo.
Victoria Sau
Nunca ofrezcas tu corazón
a alguien que come corazones
que encuentra la carne del corazón
deliciosa
pero no rara
que chupa los jugos
gota a gota
y con la barbilla ensangrentada
sonríe
como un Dios.
Alice Walker
Janie's Got a Gun
Aerosmith
Janie tiene una pistola.
Janie's got a gun, está cansada, muy cansada. Janie se levanta, her dog day's just begun y cierra los ojos. Sería tan cálido morir, dejar de respirar y morir. Sería tan suave morir, cerrar los ojos y morir. Sería tan higiénico morir, sacar el pie del freno y dejar que el carro entre en el tráfico, suavemente, en cámara lenta y en silencio. Con los ojos cerrados. No mirar el semáforo en rojo, no mirar la señora a su lado con cara de susto, no mirar las dos líneas de carros acelerados por la avenida. Sacar el pie del freno y dejar que el carro se deslice, suavemente, con los ojos cerrados hasta que el ¡DUM! la estremezca. Dum, dum, dum, honey what have you done? Sería tan cálido morir. Sería tan suave, tan higiénico. Janie's got a gun y está cansada y her dog day's just begun.
Todo está pulcro, perfecto, brillante. La casa es un crisol, la mejor casa del barrio. Con su jardín, su terraza, su perro con lazo, su columpio bajo el árbol, su carro del año en el driveway, sus cristales pulidos, sus muebles pulidos, sus cortinas pulidas, sus cojines pulidos, su pistola pulida.
Janie's got a gun y nadie lo sabe. La acaricia dentro del bolso. A toda hora. Todo está pulcro, pero su esposo no lo nota. Siempre algo está mal. Regresa tarde del trabajo y descubre la única partícula de polvo sobre la mesa. La única partícula de polvo en toda la casa. Le grita. ¡Eres una cerda, no sirves para nada, trabajo todo el día como un esclavo para que vivas como una reina, y no eres capaz de quitar el polvo, eres una desconsiderada, una malagradecida, te lo doy todo y solo quiero mi casa bien, con mi mujer bien, con mis hijos bien, y ni siquiera eres capaz de darme eso! Le grita. ¡Eres una inmunda que no sabe ni mantener pulcra su casa, no sirves para nada, no sirves para nada, no sirves para nada! Janie's got a gun y está cansada. Acaricia la pistola cuando su marido yace tras dos Chivas 18 que usa para relajar. Janie's got a gun y está cansada, muy cansada.
Es muy tarde. De noche. Todos duermen. Solo Janie está despierta. Quehaceres. Nunca termina. Janie en silencio coloca el viril Boss gris, cuidadosamente para que no se arrugue. Saca una Armani y una D&G para que él escoja, cuidadosamente para que no se arruguen. Medias, corbatas y calzoncillos a juego, cuidadosamente para que no se arruguen. Todo en masculina combinación. Todo pulcro, perfecto, brillante. Reactiva la alarma para las 5 a.m., para preparar el café descafeinado with cream lactose, sugar, and gluten-free caliente espumoso, cuidadosamente para que lo beba. Se desviste y abarrotada su piel de cremas se enfunda la seda en su cuerpo perfecto y se acuesta junto a él, cuidadosamente para que no se despierte. Lo mira. The man was such a sleeze and he ain't never gonna be the same. Lo toca con la punta de su manicurada rosada larga acrílica uña índice derecha, cuidadosamente para que no despierte.
¿Desde cuándo no tiene sexo? Janie no recuerda, él desde la tarde con su amante. Pero su terapeuta le dice que no piense en eso y le sugiere más píldoras. Pero su pastor le dice que no piense en eso y le recuerda la recompensa del sacrificio. Pero sus amigas le dicen que no piense en eso y le preguntan ¿para qué tantos buenos colegios y tanto tenis y clubes, si no es para tener al hombre de los sueños? ¡Disfruta a tu sweetheart, honey! Sé perfecta, sé perfecta, sé perfecta. Janie's got a gun y she ain't never gonna be the same. Cierra los ojos. Janie's got a gun y está cansada, muy cansada.
Amanece otra vez. Janie se levanta, her dog day's just begun. Otra vez. Maquíllate esplendorosamente. Péinate esplendorosamente. Vístete esplendorosamente. Entacónate esplendorosamente. Como un maniquí vintage posguerra. Prepara el desayuno de película. Sonríe a todos y todas cuando amanecen. Sírveles. Aliméntalos. Escúchalos. Sé perfecta, sé perfecta, sé perfecta. Como un maniquí vintage posguerra en el centro de la cocina perfectamente pulida. Todo está pulcro, pero su esposo no lo nota. Siempre algo está mal. Sería tan cálido morir, dejar de respirar y morir. Sería tan suave morir, cerrar los ojos y morir. Sería tan higiénico morir. Aguantar el aire y morir. Janie's got a gun y está cansada.
Después, lleva a los niños a la escuela, lleva a los niños al deporte, lleva a los niños al arte, lleva a los niños al parque. Vete a hacerte las uñas, vete a hacerte el pelo, vete de compras con tus amigas, vete al club de lectura a hablar de E. L. James y Silvia Day, vete a tomar el té con galletas para planificar el próximo fundraising para los hambrientos de África que nunca conocerás, vete de voluntaria a la escuela de los niños, vete a recoger el drycleaner, vete a cocinar recetas rápidas y saludables, vete a Pilates y Zumba a sudar tu frustración, mirando al latino en mallas dando instrucciones con una risa que lamerías sudada y que moja a todas las que saltan y mueven el fucking culo como tú. ¡Vete, vete, vete, vete! Run away from the pain. Sería tan cálido morir, dejar de respirar y morir. Sería tan suave morir, cerrar los ojos y morir. Janie's got a gun y está cansada, pero su día no termina.
Hoy toca cena con amigos y Janie es anfitriona. Todo está pulcro, perfecto, brillante. La casa es un crisol, la mejor casa del barrio. Pero su esposo no lo nota. Siempre algo está mal. Le grita. ¡Eres una asquerosa, no sirves para nada, trabajo todo el día como un esclavo para que vivas como una reina sin hacer nada, y no eres capaz de ser buena anfitriona, eres una desconsiderada, una malagradecida, te lo doy todo y solo quiero mi casa bien, con mi mujer bien, con mis hijos bien, y ni siquiera eres capaz de servir una sopa sin que se vire sobre el mantel! Le grita. ¡Eres una descuidada que no sabe de modales, no sirves para nada, no sirves para nada, no sirves para nada! Janie’s got a gun, cierra los ojos y suspira. Janie está cansada.
Es día de limpieza general. Janie mira a la mujer que limpia que habla por teléfono. La mujer le cuenta a alguien que su marido llegó anoche borracho como siempre, lanzó la comida contra la pared como siempre, pateó los muebles como siempre, la pateó a ella como siempre, después la penetró a la fuerza como siempre, se desahogó como siempre, y la dejó tirada pateada violada desnuda sobre el piso como siempre. Janie la mira. La mujer que limpia pateada por su marido que le grita. ¡Eres una desastrada, no sirves para nada, trabajo todo el día como un esclavo para traer dinero a esta casa y no eres capaz de tenerme la comida caliente, eres una desconsiderada, una malagradecida, me deslomo todo el día y solo quiero mi casa bien, con mi mujer bien, con mis hijos bien, y ni siquiera eres capaz de servirme un puto plato de comida caliente! Le grita. ¡Eres una marrana que no sirve para nada, no sirve para nada, no sirve para nada! Janie quiere decirle a la mujer que limpia que she's got a gun. Le dan ganas de gritarle a la mujer que limpia: run away from the pain! Cierra los ojos y suspira. Janie's got a gun y está cansada.
La mujer que limpia ahora pule los muebles y vuelve a sonarle el teléfono. Es su hija llorando. La hija va a la mejor universidad de la ciudad para que no sea como su madre, que apenas sabe leer y escribir y vino de su país a limpiar casas ajenas. Para sacarlos de la miseria. Para echar palante con su marido y sus hijos. Para huir de la pobreza y ser una familia de bien, como Janie y los suyos. Suena el teléfono y es su hija llorando, se peleó con el novio porque el novio le grita. ¡Eres una zorra, no sirves para nada, seguro que andabas puteando por ahí y me dices que estabas estudiando, no quiero verte hablando con hombres, no quiero verte esa ropa de furcia que se regala, no quiero verte dándole like a los machotes de la universidad en el Facebook, dame el jodido teléfono para ver con quién hablas! Le grita. ¡Eres una zorra que no sirves para nada, no sirves para nada, no sirves para nada!
La mujer que limpia no sabe qué hacer, no sabe qué decirle a su hija que está llorando. Run away from the pain, le dan ganas de gritarle a su hija. La mujer que limpia cierra los ojos y reza un Dios te salve María llena eres de gracia padre nuestro que estás en los cielos por favor aleja ese mal nacido de mi muchachita que es una muchachita buena que va a la universidad y es correcta y ayuda a todos, y es linda con su pelo negro y sus ojos de inocencia bendita tú eres entre todas las mujeres y líbranos del mal. Janie's got a gun y quiere contarle a la mujer que limpia. Cierra los ojos. Janie está cansada, muy cansada.
Run away, run away from the pain, run away, run away from the pain, run away, run away, run, run away, pero ¿a dónde? Sería tan cálido morir, dejar de respirar y morir. Sería tan suave morir, cerrar los ojos y morir. Aquí mismo. Aguantar la respiración y morir. Sería tan higiénico morir. Janie mira a su esposo cuando duerme. Lo mira y recuerda a la mujer que limpia, a la hija de la mujer que limpia, a sus propias hijas e hijos que algún día crecerán y serán como ellos. Janie's got a gun y está cansada, muy cansada y her dog day's just begun. Otra vez. La mujer que limpia y ella, arriba y abajo siempre hay un cabrón que grita.
Reactiva el número de emergencias en marcación rápida en su celular, busca la pistola dentro del bolso, cuidadosamente para que su esposo no despierte. Se desviste y abarrotada su piel de cremas se enfunda la seda en su cuerpo perfecto y se acuesta junto a él, cuidadosamente para que no se despierte. The man was such a sleeze and he ain't never gonna be the same. Lo toca con la punta de su manicurada rosada larga acrílica uña índice derecha, cuidadosamente para que no despierte. ¡Cabrón que grita siempre! ¡Siempre hay uno que grita, arriba y abajo! Janie's got a gun y está cansada, muy cansada. Toma la pistola y le apunta, cuidadosamente para que no se despierte. Dum, dum, dum, honey what have you done?
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Acelerada y circular, como cautiva en su órbita diaria en torno a un vórtice hueco, lúcida y harta pero invisible, sin salida, Janie es espejo de incontables mujeres y se ve en ellas retratada. Una situación común, un círculo perpetuo de esfuerzos vanos, un ideal inalcanzable de felicidad, un alma rota por el esfuerzo inútil y la rabia que crece y la desborda, un desenlace violento que se ve venir desde el principio, que se anuncia y se acerca y ocurre, aunque no por eso es menos impactante. Un impacto, un golpe a la circularidad de la violencia cotidiana y la frustración: eso es “Janie”, breve cuento de Yovana Martínez Milián, la primera historia de su libro Ellas bailan solas (2024).
Nacida en La Habana en 1970, Martínez Milián emigró a Estados Unidos, donde ha desarrollado su carrera como escritora. Uno de los temas que la obseden es justamente la violencia de género, la necesidad de visibilizar esa violencia y las vidas de las mujeres que la sufren. La suya es una literatura comprometida, una forma de lucha contra la circularidad sin fin de la opresión. En su prólogo a Ellas bailan solas, Ena Columbié advierte que, aunque se trate de historias “inverosímiles, duras y dolorosas”, son “historias y personajes reales, ficcionados para poder entregarlo al público, pero sin alejarse mucho de la verdad cruenta”.
Más allá del carácter testimonial de los relatos y de su obvio interés en llamar la atención sobre una realidad terrible y habitual pero con frecuencia encubierta y soslayada, los cuentos de Yovana Martínez Milián dejan ver una inusual habilidad para narrar, para trasmitir al lector sin aspavientos formales, la tensión interior de sus personajes, la urgencia y el dolor que los lacera, y sacudirlo con la fuerza de historias que no por comunes son menos graves.
Se ilustra este cuento con dos piezas de la artista plástica cubana Mabel Poblet. Graduada del Instituto Superior de las Artes en 2012, Poblet ha realizado exposiciones personales en ferias de arte, museos y galerías de Cuba y el mundo; y ha sido reconocida tanto por su versatilidad como por el hábil manejo de diferentes materiales en la creación de sus obras.
Fotografía, video, grabado, instalación, performance… diálogos entre el sonido y la luz, entre lo industrial, lo natural y el cuerpo humano… desequilibrios armónicos donde se muestra un proceso constante de búsqueda y ruptura con lo estereotipado, una inquietud conceptual y una necesidad de mostrar, a través de diversos lenguajes, las paradojas de la existencia en el mundo actual. Entre los temas recurrentes en el arte de Mabel Poblet destacan la cuestión de la identidad individual y colectiva, la función de la belleza en la vida de las personas, la violencia y la muerte, el desarraigo, la emigración, el amor y la siempre ardua pero ineludible necesidad de comunicación.
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Nuestro proyecto, incluyendo el Observatorio de Género de Alas Tensas (OGAT), y contenidos como este, son el resultado del esfuerzo de muchas personas. Trabajamos de manera independiente en la búsqueda de la verdad, por la igualdad y la justicia social, por la denuncia y la prevención contra toda forma de violencia de género y otras opresiones. Todos nuestros contenidos son de acceso libre y gratuito en Internet. Necesitamos apoyo para poder continuar. Ayúdanos a mantener el vuelo, colabora con una pequeña donación haciendo clic aquí.
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