Poesía cubana | Dos poemas inéditos de Laura Ruiz Montes

La escritora y editora cubana Laura Ruiz Montes ofrece en estos textos, que nacen de situaciones cotidianas, una profunda reflexión poética sobre la existencia.

Trabajos de amor ¿perdidos?

En casa prodigábamos cuidados al pan con la misma obsesión del minero que protege los puntos brillantes adheridos a la tierra, a la posible veta-niña de sus ojos. Lo acariciábamos con suavidad, como el chofer bruñe las llantas del auto y limpia los espejos: frotando, frotando, frotando… Guardábamos el tesoro en la nevera, con la responsabilidad de los controladores aéreos que vigilan el espacio para evitar colisiones fatales.

Toda la familia comía bocados pequeños. Los hijos guardaban para sus padres el pedazo rezagado y estos, a su vez, lo dejaban para los suyos ya envejecidos, quienes lo defendían a capa y espada para que los nietos lo engulleran al regreso de la escuela.

El ciclo se repetía una y otra vez. El último vestigio quedaba oculto, como niño que cuando acaba el juego y los amigos se marchan sigue escondido y sonriendo con la esperanza de no ser descubierto, sin saber que en verdad los otros hace rato que se fueron y lo dejaron completamente solo.

Esa última fracción de pan cambiaba de color con la misma fiereza con que era respetada por cada miembro de la familia que con humildad, estoicismo o culpa la cedía a su semejante.

La porción mínima terminaba siendo un emplasto ácido. Verde primero, repulsivo después, pero eso no importaba. En casa seguíamos prodigando cuidados al pan. Hay gestos de amor así, casi imposibles de digerir y sin embargo…

* * *

Desenlaces

Me miro en el cristal opaco de la vidriera de una tienda mientras intento comprar algo hermoso o que alimente, cualquiera de las dos funciones es sublime, cualquiera viene bien.

En el espejo de un auto salpicado de barro vuelvo a ser la adolescente con pecas que se escurría en el cine los viernes para tratar de entender por qué insistían tanto en la misma película, aquellos crueles Espantapájaros. O quizás estoy confundida y la fuga era los sábados en la mañana, para ver una y otra vez esa otra donde Palomo Linares regresaba triunfante a sacrificar toros en su pueblo.

La mirada del matador y la del exiliado se parecen. Ambos vuelven a buscar lo que ya no existe. No saben que solo encontrarán las orejas cortadas del animal abierto hace años que todavía yace [sangrante] sobre el mostrador del mercado.

Vuelvo a buscarme en el cristal opaco de la vidriera de una tienda esperando volver a verme, pero ya había pasado por ahí, ya no estoy. Y aunque la mayor parte de las veces me sucede lo mismo y no sepa bien dónde buscarme, sé que ni las carencias, ni el espejo salpicado de barro, ni el matador, ni el exiliado, ni yo misma ―rastreando algo hermoso o que alimente― lograremos ensuciar, aún si quisiéramos, el remoto y soleado barrio de la infancia.

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Alas Tensas comparte dos poemas inéditos de la escritora y editora cubana Laura Ruiz Montes, autora de una obra de innegable calidad. Sus textos nacen de situaciones cotidianas, y desde ellas ofrecen una profunda reflexión poética sobre la existencia. El envejecimiento, el destello sutil de la ternura en las relaciones humanas, y el tedio ante lo rutinario, son temas usuales en su poesía.

“Azul, azul”, óleo de la artista plástica Zilia Sánchez (La Habana, 1926), acompaña estos poemas de Laura Ruiz Montes. Zilia fue miembro del grupo Los Once y desarrollo una intensa labor creativa durante los años cincuenta. En 1960 emigró a España y luego a Estados Unidos antes de establecerse en Puerto Rico. La Metro Art Gallery de Nueva York la reconoció en 1986 con el Premio a la Excelencia.