El #MeToo atraviesa a un Nóbel de la Paz
“Óscar Arias, violador” gritaban las mujeres que se lanzaron este viernes a las calles de San José, en Costa Rica, ante las recientes denuncias por abuso sexual contra el expresidente costarricense.
Arias Sánchez fue electo por primera vez presidente de Costa Rica en 1986. Un año después, 1987, obtuvo el Premio Nobel por participar en los procesos de paz de los conflictos armados de América Central, especialmente por su oposición al apoyo de EE.UU. en la guerra nicaragüense de los contras. Ganó la presidencia de la República también en 2006 y se mantuvo en el cargo hasta 2010.
Actualmente el político enfrenta dos denuncias penales ante la Fiscalía de la República por abuso sexual.
Alejandra Arce von Herold fue la primera en denunciar pública y penalmente el pasado martes 5 de febrero. Contó su historia al medio nacional Semanario Universidad y al New York Times.
“Él me agarró por detrás y me tocó los senos. Yo le dije que no y que él estaba casado. Ese fue mi no. Fue lo único que se me ocurrió decirle. Yo había conocido a la esposa […] No me acuerdo bien qué me respondió él, pero me siguió tocando, me metió los dedos en la vagina y me tocó toda y me besó. Y después dijo que me esperara un toque y se salió de la oficina. Yo estaba como que no sabía qué hacer, me sentía atrapada en ese momento”, explicó Arce a Semanario.
A este relato se le suman ya más de cinco historias. Entre ellas las de “Nono” Antillón, una reconocida periodista de la televisión local, quien dijo que este “la toqueteó”. También sale a la luz la historia de Emma Daly, una comunicadora británica que alegó haber sido abusada por Arias en 1990 cuando este era mandatario.
La segunda denuncia penal llegó el viernes 8 de febrero. Se trata de la ex Miss Costa Rica, Jazmín Morales, quien aseguró que en 2015 recibió un mensaje de Facebook del ex mandatario, en donde la invitó a su casa, con la intención de regalarle un libro, según informó el sitio Amelia Rueda.
Una vez en el lugar, Arias supuestamente se atravesó en la puerta del recinto y la agarró por la fuerza, acercándola hacia su cuerpo, mientras que con la otra mano le tocaba los senos. Finalmente, él le habría dado un beso en contra de su voluntad.
Nace el #MeToo tico
El #MeToo nunca antes había tocado a una personalidad tan alta en Latinoamérica.
En Costa Rica específicamente no se había denunciado a nadie reconocido. Los antecedentes del movimiento antiacoso y antiabuso acá se resumen en un par de páginas de Facebook: “Me pasó en la UNA” y “Me pasó en la UCR”, en referencia a denuncias de estudiantes atacadas por sus profesores en las dos universidades públicas más importantes del país.
Fue el grupo “Me pasó en la UCR” el primero en acuerpar a la primera víctima de abuso que denunció, diciéndole “yo sí te creo”.
Desde el pasado jueves, la Federación de Estudiantes Universitarios de la UCR (Feucr) pide a las autoridades de la institución el retiro del doctorado honoris causa al expresidente.
Los estudiantes también mandaron una nota a la Fundación Nobel, para que se le quite el Nobel de la Paz, que de llevarse a cabo sería la primera vez en la historia de ese premio.
Gabriela Arguedas, catedrática feminista de la UCR escribió en su Facebook: “Si quieren defender el principio de inocencia, con un mínimo de elegancia, no ataquen a priori a una mujer que se atreve a denunciar por violación a un Premio Nobel de la Paz”.
El viernes salieron a las calles cientos de mujeres de diferentes organizaciones ante la convocatoria de “Ni Una Menos”, movimiento que reconoció que “gracias a la valentía de la compañera que se atrevió a denunciar más mujeres rompieron el silencio y alzaron la voz para hacer públicas las situaciones de acoso y abusos a las cuales el prestigioso Óscar Arias Sánchez las sometió”.
Caminaron desde un parque en el centro de San José hasta la Fundación Arias para la Paz, creada por Arias. Gritaron, cantaron, llenaron de carteles las rejas que protegen el sitio.
Heidy Valencia, coordinadora de Las Rojas en Costa Rica expresó que “tienen que haber más acciones de calle donde externemos todo el descontento ante los abusos y ante los intentos de impunidad. Solamente un movimiento de mujeres que se mantenga en las calles es el que puede evitar que este tipo de cosas sucedan. Que haya justicia real para las víctimas y cárcel para los violadores”.
El presidente Carlos Alvarado, que se vendió del lado del feminismo durante su campaña, no ha querido tomar partido en estos hechos. El mandatario escribió en su twitter: “Hay dos elementos centrales e importantes que hay que considerar en este tema. Uno, lo que tiene que ver con las garantías de las mujeres denunciantes […] Y, en el caso también del señor expresidente, tiene que garantizarse su derecho a la defensa”.
Valencia le reclama a Alvarado. “Exigimos una postura pública de apoyo a las mujeres que han denunciado a Óscar Arias”.
Por su parte, Laura Morúa, del Partido de los Trabajadores (PT), una organización socialista costarricense, considera que las denuncias deben seguir saliendo.
“No solo contra Óscar Arias, sino contra todos aquellos que durante años han venido perpetrando violencia sexual contra las mujeres y esa es una batalla permanente. La presión mediática es muy importante y por eso hay que aprovechar la visibilidad que le ha dado la denuncia de Arias para alentar a otras mujeres”, agregó Morúa.*
Dentro de la clase política levantaron la voz, para apoyar a las mujeres denunciantes, las tres diputadas del partido de Gobierno, Paola Vega, Laura Guido y Nielsen Pérez.
Vega es la única que durante una sesión en el Congreso frente al resto de legisladores se atrevió a tocar el tema que ocupa titulares.
“Que quede claro que no hay hombres intocables, que lo único intocable son nuestros cuerpos si no hay consentimiento”, apuntó la congresista.
*El exmandatario está siendo indagado por la Fiscalía debido a las denuncias penales en su contra y el órgano deberá decidir después de su declaración si le pone o no medidas cautelares.
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