Obituario | Muere Brigitte Bardot a los 91 años, icono del cine francés y defensora de los animales

Protagonista del cine europeo de la posguerra, dejó la actuación en 1973 y orientó su actividad pública a la defensa de los animales.

Brigitte Bardot, actriz y cantante francesa convertida en una de las imágenes más reconocibles del cine europeo del siglo XX, murió el domingo 28 de diciembre de 2025 a los 91 años, según confirmó la Fundación Brigitte Bardot, la organización que ella misma creó y presidía. Medios internacionales informaron que falleció en su domicilio, en el sur de Francia.

Bardot saltó a la fama internacional con Y Dios… creó a la mujer (1956), una película que no solo la convirtió en estrella mundial, sino que fijó su figura como emblema de una época. En pleno contexto de posguerra, su imagen condensó nuevas formas de deseo, modernidad y transgresión, situándola en el centro de una industria cinematográfica que, a la vez que la celebraba, la sometía a una exposición constante.

Durante las décadas de 1950 y 1960, su carrera se consolidó con títulos fundamentales del cine francés y europeo, hoy inscritos en el canon cultural del siglo XX. Entre ellos destacan La verdad (1960), El desprecio (1963), dirigida por Jean-Luc Godard, y ¡Viva María! (1965), junto a Jeanne Moreau, donde dos mujeres terminan liderando una revuelta en un escenario revolucionario ficticio.

Una fama atravesada por la cosificación y el asedio mediático

La notoriedad de Bardot estuvo marcada por una paradoja persistente. Fue celebrada como símbolo de liberación sexual y modernidad, pero también objeto de una mirada cosificadora y de un voyeurismo mediático que la acompañó durante años. Diversas reconstrucciones periodísticas han documentado el impacto psicológico de esa presión, así como episodios de sufrimiento personal en el contexto de una fama omnipresente.

Su trayectoria ilustra una tensión central del siglo XX: la expansión de libertades en el plano cultural y, al mismo tiempo, los límites impuestos a las mujeres por una industria y una prensa que mercantilizaron sus cuerpos y vidas privadas.

El retiro del cine y el giro hacia el activismo animal

El cambio más notable de su vida pública ocurrió fuera de la pantalla. En 1973, a los 39 años, Brigitte Bardot se retiró del cine, cerrando una etapa en la que se había convertido en un icono cultural del cine francés de la posguerra.

Estaba agotada por la presión mediática, el acoso de la prensa y la exposición constante, y se sentía “prisionera” de su imagen y del mito que la industria había creado alrededor de ella. Convertida en símbolo, también para una sociedad de consumo que la moldeó, decía haber filmado lo suficiente y ya no encontrar felicidad ni motivación en la actuación. Con el tiempo, su interés por los hombres en general, quedó desplazado por su pasión hacia los animales: tras dejar el cine, dedicó su vida por completo al activismo y, en 1986, creó la Fundación Brigitte Bardot para la protección de los animales, que sigue activa hoy.

Su evolución ideológica también generó controversia. Desde que dejó el cine —hace ya casi cinco décadas— fue acercándose hacia posiciones de intransigencia con la inmigración y cercanas al entonces Frente Nacional de Jean-Marie Le Pen. En su libro Un cri dans le silence (Un grito en el silencio), afirmó que hay una “islamización de Francia” y advirtió de una “infiltración peligrosa” de musulmanes que, según ella, no se adaptan a las leyes y costumbres francesas y quieren imponer las suyas.

También atacó en los últimos tiempos movimientos como el MeToo, que dijo no entender y observó como una “caza de brujas” a amigos “con talento”, como Gérard Depardieu.

“I don’t need to be beautiful now” (“No necesito ser bella ahora”), dijo en una frase que retrata su relación con el peso de la imagen pública. Sus últimos años los pasó retirada en su hogar del sur de Francia.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, en declaración tras conocer su muerte expresó: “Sus películas, su voz, su deslumbrante fama, sus iniciales, sus penas, su generosa pasión por los animales, su rostro que se convirtió en Marianne: Brigitte Bardot encarnó una vida de libertad”.