Feminicidio | Asesinato por violencia de género en Las Tunas
Tres feminicidios ha registrado OGAT en 2022 en Las Tunas: Lisandra Fernández, Eriday Soto Martínez y el bebé de esta última. Los tres fueron perpetrados por parejas o exparejas de las víctimas.

Lisandra Fernández, una joven de 34 años de edad, fue asesinada por su esposo, el pasado 20 de octubre, en la ciudad de Las Tunas.
Esta información fue verificada por los observatorios de Alas Tensas – Revista Feminista Cubana y YoSíTeCreo en Cuba.
Ambos observatorios han sido alertados de otros tres posibles feminicidios, a través de sus canales de denuncia. Se está reportando una nueva alza de reportes de feminicidios, lo que habla de la gravedad de este problema en Cuba.
En Las Tunas, este año, OGAT ha registrado un feminicidio vicario y un feminicidio que se ubica dentro de la categoría de pareja o expareja. Fueron los casos de Eriday Soto Martínez, de 26 años y su bebé de su cinco meses. Este doble feminicidio ocurrió el 24 de marzo. Ambos fueron asesinados en su hogar, en el reparto Argentina Sur, en Jobabos.
Tipificar el feminicidio
OGAT junto a otras plataformas feministas han demandado al régimen la importancia de tipificar el feminicidio dentro del Código Penal, así como contabilizar de forma oficial los casos que se suceden en la isla. Las razones, las explica muy bien, Isabel Agatón Santander, una poeta, escritora y jurista feminista.
«Lo que no se nombra no existe. Y el feminicidio es una realidad que existe en todas las geografías. (…). La expresión de feminicidio implica reconocer que las mujeres son asesinadas por razones diferentes a aquellas por las que lo son los hombres. Que son asesinadas en el marco y contexto de una sociedad patriarcal por hombres en ejercicio del poder patriarcal sobre su vida, su libertad, su autonomía, su cuerpo, sus decisiones vitales. Por lo tanto, algunas feministas y movimientos de mujeres lo que han hecho es posicionar la necesidad de que el legislador lo sancione como un tipo penal que está inspirado en un móvil de desprecio que constituye la mayor expresión de discriminación y violencia contra las mujeres. (…) De manera que no es lo mismo que se investigue y se sancione la conducta como un homicidio agravado, es decir, como un homicidio más grave, a como un feminicidio».
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