Glosario feminista vivo | “Partus sequitur ventrem”: género, patriarcado e historia de la esclavitud
“La esclavización africana tuvo implicaciones distintas para las mujeres negras, envolviendo dimensiones de género y patriarcales que requieren ser observadas".
La esclavitud es una de las instituciones sociales más antiguas. En el caso particular de la esclavización africana, la misma se caracterizó por la captura, secuestro y tráfico de personas del continente africano para las Américas, en el contexto de las invasiones coloniales europeas.
Con la esclavización se consolidó también un modo de producción, las Plantaciones, presentes desde el siglo XV hasta el siglo XIX en el continente americano. Dentro de este modo de producción esclavista, la mano de obra esclavizada era trasladada a la fuerza en los conocidos navíos negreros, los que se distinguían por poseer condiciones precarias que condujeron a la muerte de centenares de africanos y africanas. Se estima que al menos 10 millones de africanos llegaron a las Américas y, consecuentemente, les fue impuesta la condición de propiedad privada de los señores esclavistas.
A pesar de estas condiciones generales, la esclavización africana tuvo implicaciones distintas para las mujeres negras, envolviendo dimensiones de género y patriarcales que requieren ser observadas para alcanzar una comprensión más abarcadora sobre este fenómeno histórico y sus ecos actuales.
¿Cuál fue el mecanismo legal que legitimó que los nacidos de mujeres africanas, heredaran la condición de esclavizados también?
Partus sequitur ventrem
La consolidación de la institución esclavista en las Américas fue posible en virtud del principio partus sequitur ventrem, que significa “el parto sigue el vientre”. Proveniente del derecho romano y constitutivo de las bases jurídicas del mundo ibérico, tal principio establecía que la condición de esclavizado era derivada de la descendencia por la vía materna. Es decir, si una mujer negra era violada por su patrón (lo que no era incomún) y de la violación resultaba un embarazo, parto y nacimiento, la condición de esa descendencia seguía la línea materna.
Así, el principio romano impuesto en las Américas garantizaba que aquellos nacidos en las colonias y que no habían sido traficados, nacieran esclavos y, por tanto, sirvieran como mano de obra esclavizada, independientemente de ser hijos, en los casos de violencia sexual de mujeres negras, de los propios señores esclavistas.
Al considerar el principio de partus sequitur ventrem, se constata que el género de las esclavizadas y su capacidad reproductiva fue una pieza central del modo de producción esclavista. En tal sentido, la historia de la esclavitud requiere de una perspectiva de género que permita que no se homogenize la situación de hombres y mujeres negras. Estas últimas tenían una doble condición dentro de ese sistema: productoras (producían, con su trabajo, la riqueza de los señores coloniales) y reproductoras (sus vientres proporcionaban la mano de obra gratuita para dar continuidad al trabajo esclavo).
Por otro lado, el principio partus sequitur ventrem, impuso una ruptura dentro del sistema patriarcal vigente para los sectores blancos y libres dentro de aquel contexto. En el seno de las familias blancas y libres, el padre era responsable por el linaje familiar, es decir, las condiciones heredadas por la descendencia (desde el apellido, el status, los bienes) estaban dadas por la vía paterna, en tanto figura de máxima autoridad dentro del sistema patriarcal. El partus sequitur ventrem, alteró esta realidad para la descendencia de esclavizadas, al convertir a la herencia materna en la condición sine qua non que definiría el destino de dicha descendencia, lo que obviamente respondía a los intereses económicos y políticos en juego.
Yarlenis M. Malfrán
Psicóloga por la Universidad de Oriente, Cuba. Máster en Intervención Comunitaria (CENESEX). Doctora en Ciencias Humanas (Universidad Federal de Santa Catarina). Investigadora de Post Doctorado vinculada a la Universidad de São Paulo, Brasil. Feminista, con experiencia en varias organizaciones y movimientos sociales.
Responder