La despolitización del género en campañas electorales

"El candidato a la alcaldía de São Paulo, Ricardo Nunes, ha prometido, como parte de su campaña electoral que ampliará la gratuidad de los ómnibus de la capital paulista (que ya son gratis los domingos) para las madres de niños que estén en círculos infantiles y que no tengan acceso al transporte escolar público”.

30/10/2024
mujer dentro de omnibus
Foto: Lela Beltrão

Una vez más escribo desde São Paulo, una de las mayores ciudades no solo de Brasil, sino de América Latina. Con más de 12 millones de habitantes, la ciudad global y cosmopolita reúne en su seno numerosas culturas, gran parte de ellas fruto de la inmigración. Entre muchos recortes posible que pudieran hacerse, un ejemplo que ilustra el carácter pulsante y cosmopolita de São Paulo, es el barrio “Liberdade”, un territorio marcado por la cultura oriental, principalmente japonesa, pero sobre todo un foco de resistencia negra que, muchas veces tiende a ser minimizado cuando se cuenta la historia de ese barrio paulista. 

Sirva esta breve pincelada para ilustrar, aunque sea a la manera de un flash, que simplificar una realidad plural como la de São Paulo, es una misión destinada al fracaso. Infinidad de cuerpos habitan este territorio y a partir de ahí, podemos presumir que una infinidad de géneros componen el paisaje político, social y cultural de este lugar. Curiosamente, las geografías hegemónicas tienden a omitir que género y sexualidad son indispensables para comprender la configuración de cualquier territorio, así como las disputas políticas que se tejen en los mismos. Miento, ciertamente el género es invocado en varias disputas políticas. No obstante, a pesar de la pluralidad incontestable de lugares como São Paulo, la política hegemónica insiste en una visión de género como “construcción social”, arrastrando consigo una perspectiva nociva de binariedad y universalidad que produce exclusión. Veamos qué usos del género son movilizados en la actual campaña electoral para Alcalde de la ciudad paulista, cargo disputado entre dos candidatos, uno de ellos Ricardo Nunes, alineado con la extrema derecha. El otro, con un programa de gobierno de izquierda, por tanto más comprometido con el combate a las desigualdades sociales. 

El alcalde (o prefeito como también se le llama en Brasil) es un gestor municipal, encargado de la gestión de la ciudad en materia de limpieza, alumbrado, servicios municipales de salud, educación, entre otros. 

La “Tarifa Cero para las mamás” de Ricardo Nunes:  género, parentesco y movilidad urbana

El candidato a la alcaldía, Ricardo Nunes, ha prometido, como parte de su campaña electoral que, caso sea electo, ampliará la gratuidad de los ómnibus de la capital paulista (que ya son gratis los domingos) para las madres de niños que estén en círculos infantiles y que no tengan acceso al transporte escolar público. En palabras del propio Nunes “Estoy muy orgulloso del “Domingo Tarifa Cero” y lo mantendré. Ahora quiero crear el “Mamá Tarifa Cero”, porque a veces la guardería está cerca del trabajo de la madre y no de donde ella vive”. En otro comunicado agregó: “Con el programa Mamá Tarifa Cero queremos garantizar mayor tranquilidad y apoyo a las madres de São Paulo. Todas las madres inscritas en CadÚnico que necesiten transporte público para llevar y recoger a sus hijos en las guarderías municipales tendrán tarifa cero en los autobuses

Podemos formular varios cuestionamientos feministas a este proyecto, aparentemente benevolente, de Ricardo Nunes:

  • Si una parte del trabajo de cuidado que históricamente ha sido asignado a las mujeres, y especialmente a las que paren, - el trabajo de llevar y buscar a los niños al círculo o a la escuela - se ve obstaculizado por la indisponibilidad de transporte público gratuito, por qué no institucionalizar la gratuidad del transporte en sentido general? Obviamente, intereses capitalistas están en juego. El capitalismo, ese mismo que necesita que las mujeres sigan pariendo para reponer la mano de obra asalariada, no puede dejar de lucrar. El lucro, antes que el ser humano, es la premisa básica capitalista que impide la extensión del transporte gratuito o de otra alternativa mucho más accesible que lo que se paga hoy en São Paulo para locomoverse, uno de los transportes públicos más caros de todo Brasil (si consideramos el precio del metro y de los ómnibus).
  • ¿No estaría la “Mamá Tarifa Cero” reforzando que el trabajo de cuidado continúe siendo responsabilidad de las mujeres?
  • Y los hijos de casamientos homoafectivos compuestos por los padres, entrarán en este Programa Tarifa Cero que se dirige explícitamente a las madres? 
  • Una abuela responsable por el cuidado de un menor, entrará en este Programa Tarifa Cero que se dirige explícitamente a las madres? 

Ahora, además de las preguntas podemos pensar de la mano de Gayle Rubin y de su comprensión feminista del parentesco. Uno de los primeros esclarecimientos que nos trae Rubin en su emblemático texto de 1975, es que la división sexual del trabajo (cosa que se observa nítidamente en la forma en que el candidato Ricardo Nunes concibe el trabajo de cuidado de la infancia) es, en sí misma, una forma de negar otras configuraciones sexo-afectivas que no incluyan a un hombre/padre y mujer/madre, constituyendo así un dispositivo que refuerza la heterosexualidad como norma. Justamente por eso la propuesta de Ricardo no es “Tarifa Cero para cuidadores con hijos”. Precisamente también por eso, hombres y otros parientes responsables del cuidado de la infancia no estarían contemplados en este proyecto, reforzando así la narrativa que naturaliza a las madres como únicas responsables de ese trabajo. 

No se trata apenas de que los sistemas de parentesco presuman la heterosexualidad, sino que ellos implican una economía, es decir, una cierta forma en que “cuestiones del mundo natural, son transformadas en objeto de consumo”, diría Gayle Rubin. Así, las sociedades diseminan un conjunto de narrativas por medio de las cuales, “la materia prima de la procreación humana es moldeada por la intervención humana” (palabras de Gayle Rubin). 

Por consiguiente, dentro de una perspectiva antropológica feminista, parentesco es mucho más que una serie de parientes biológicos, siendo sobre todo una organización social del poder. ¿Quién es objeto de esta organización? ¿Quién puede desentenderse del trabajo de cuidado de los menores de edad, que es asignado, en nombre de la posición que cada quien ocupa en el sistema de parentesco? Como afirma Rubin, el sistema de parentesco es un sistema de relaciones sociales que refuerza la subordinación de las mujeres, subordinación esta que es muy bien aprovechada por candidatos como Ricardo Nunes para implementar su campaña. Como también dice la propia Rubin, es preciso que observemos los mecanismos que producen y mantienen las convenciones sobre sexualidad, género, parentesco. 

Cuando se comprende que la supuesta benevolencia de Ricardo Nunes para con las madres es, en verdad, una forma de manutención de un orden de género que naturaliza el trabajo de cuidado como esencialmente femenino y materno (en lugar de ser distribuido entre todes, incluyendo el Estado), vemos cómo este tipo de políticas es una forma de despolitización, una forma de minar el potencial disruptivo del género cuando entendemos que el mismo es una herramienta de combate a las desigualdades que políticos como Nunes prefieren mantener en beneficio de su propia campaña electoral. 

¿Podemos abrazar otra visión del género que favorezca políticas públicas más emancipadoras? ¿La propuesta de Nunes difiere radicalmente de los usos de género que se observan en una campaña política de izquierda como la de Guilherme Boulos? Estos tópicos serán tratados en la próxima columna.

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Psicóloga por la Universidad de Oriente, Cuba. Máster en Intervención Comunitaria (CENESEX). Doctora en Ciencias Humanas (Universidad Federal de Santa Catarina). Investigadora de Post Doctorado vinculada a la Universidad de São Paulo, Brasil. Feminista, con experiencia en varias organizaciones y movimientos sociales.